Odiaba al idiota de Harry Potter, normalmente ignoraba su existencia y todo lo que tuviera que ver con su maldita y complicada vida, pero está vez se había pasado de la ralla, no tuvo compasión al ver a Draco en tal mal estado ¡Al contrario! Seguía hablando provocando que Draco se desmayara en mis brazos, menos mal Blaise se preocupo cuando se dió cuenta que no regresábamos al comedor y salió a buscarnos, me ayudó a llevar a Draco a la enfermería.
Madam Poppy nos recomendó irnos a nuestra sala común ya que le había dado algo a Draco para que pudiera dormir toda la noche y no despertaría hasta el día siguiente por lo que nos dijo que no valía la pena quedarnos con él.
Así que Blaise y yo nos fuimos.
— ¿Por qué Draco se puso así? — Me pregunto Blaise visiblemente preocupado.
— Por culpa de Alma y de Potter. — Rodee los ojos.
— ¿Que hicieron?
— La primera insinuar que ya no nos ama. — Negué rodando los ojos una vez más. — Y el último provocar a Draco, nos contó algo muy fuerte que lo alteró mucho y no le permitió tomar el control.
— ¿Que les dijo? — Pregunto con curiosidad.
Hice una mueca, no había analizado las palabras de Potter porque estaba muy preocupado en que Draco pudiera estabilizarse, pero, ahora que estaba más tranquilo podía recordar perfectamente todo lo que Potter había dicho. Amos estaba lastimando a Alma cada vez que se acercaba a nosotros, Hermione vigilaba constantemente a Alma y como venganza del golpe que le dió la otra vez cada vez que tenía la oportunidad de delatarla lo hacía sin importarle las consecuencias para Alma.
Maldita sangre sucia.
Le conté a Blaise lo que había escuchado cuando llegamos a mí habitación, no me sentía seguro hablando de esto en la sala común ni en los pasillos.
— Esa maldita sangre sucia. — Blaise se levantó del escritorio molesto. — Y ese maldito viejo, ¿Cómo se atreve a hacerle algo tan cruel a mi cielito? Ella no se merece absolutamente nada de esto.
— Lo sé. — Suspiré. — Me duele saber que la están lastimando, no pensé que Amos llegaría a esos alcances, lastimar a la niña que vio crecer, a su propia hija.
— La muerte de Cedric realmente lo lastimo.
— No es justificante. — Dije con seriedad.
Aunque sabía que Blaise tenía razón todo esto empezó desde la muerte de Cedric, Amos se estaba aferrando de lo único que le quedaba de él sin darse cuenta que la estaba destruyendo en el proceso, estaba dañando a Alma y ya no era la misma chica que Diggory tanto amaba y protegio como una hermana.
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La dulce Hufflepuff
أدب الهواةAlma Hagrid es una niña que apareció en la puerta del semi gigante y se volvió su más preciado tesoro desde ese momento. Quedó en la casa de Hufflepuff demostrando que todos tenían razón cuando de pequeña notaron que era una chica muy dulce con buen...