Capítulo 44

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El entierro de Cedric se realizó unos días después de que salieran todos de vacaciones, todos los Hufflepuff desde los de primer año hasta los de último año y algunos que ya se habían graduado pero habían tenido la oportunidad de convivir con el c...

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El entierro de Cedric se realizó unos días después de que salieran todos de vacaciones, todos los Hufflepuff desde los de primer año hasta los de último año y algunos que ya se habían graduado pero habían tenido la oportunidad de convivir con el chico asintieron a su funeral.

También algunos chicos de gryffindor y Revenclawn.

Muy pocos chicos de Slytherin fueron capaces de asistir, todo estaba muy tenso si eras un Slytherin y tus padres anteriormente le servía al señor tenebroso.

Draco, Theodore, Adrián, Marcus y Blaise fueron los únicos que se atrevieron a pisar aquel lugar para poder acompañar a la Hufflepuff que se encontraba al lado de su madrina, con un vestido sencillo de color negro, todo su cabello estaba recogido en una cola alta y mal hecha, su piel se veía reseca, pálida y sus ojeras eran notables.

Todos podían ver lo mucho que esto le había afectado.

Estaba más delgada y aún así Theodore y Draco la vieron más hermosa que nunca, con miedo al rechazo se acercaron a Alma.

— Chicos. — Andrómeda les sonrió para luego ver a su ahijada. — Mira quienes están aquí.

Alma alzó su mirada, a los chicos les dolió darse cuenta que aquel brillo que inundaba los ojos miel de la chica ya no estaba.

— Hola amor. — Draco fue el primero en acercarse.

Alma se acercó a él y lo rodeo con sus brazos, no tuvo respuesta simplemente escondió su rostro en su pecho.

— Fiore... — Theodore tomo la mano de Alma y dejo un beso en ella.

Alma no podía negar lo mucho que había extrañado a sus novios y lo mal que se sentía de estar atrapada en aquella profunda tristeza que no le permitía hablarle con sinceridad de como se sentía, de decirle lo mucho que los quería y lo agradecida que estaba por la paciencia que estaban teniendo en estos momentos.

Alma abrazo a Theodore por igual, de la misma manera lo hizo con los demás chicos de Slytherin quiénes de alguna manera siempre fueron un apoyo lindo para ella.

Andrómeda suspiro aliviada, Alma no había dejado que nadie la tocara estos últimos días y que dejara que los chicos lo hicieran le traía mucho alivio.

— Estarás con nosotros por unas semanas, ¿Eso te hace feliz? — Le pregunto Blaise, anhelaba escuchar la voz de Alma.

Ella simplemente asintio.

Los Slytherin se quedaron detrás de Alma como una especie de escudo humano mientras veían como el ataúd iba bajando poco a poco.

Alma se acercó para echar las flores favoritas de su hermano, los tulipanes. De frente a ella pudo ver a la familia Chang, con una Cho que no paraba de llorar en los brazos de su madre la cuál intentaba consolarla.

Alma frunció el ceño visiblemente molesta por la presencia de la Revenclawn, pero, simplemente se dió la vuelta y regreso hacía la fortaleza que habían armado los Slytherin para ella, en este momento los únicos capaces de hacerla sentir segura.

La dulce Hufflepuff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora