Simon se despertó abrazado al Rey Invernal, le pareció extraño, ya que no sentía frío. El toque del rey siempre le había hecho temblar de frío, pero ahora era más cálido.
- ¿Te gusta estar abrazado a mí, lindo Simon? - Simon se sonrojó y retrocedió, ya no tenía fiebre.
- Solo era con fines experimentales - Acomodó sus lentes en la cara; tenían roturas que se arreglaron con cristales de nieve al tocarlos con sus dedos, lo que lo dejó boquiabierto.
- Parece que ya no tienes fiebre, pero aún tienes problemas para controlar tus poderes - el Rey Invernal se levantó, y Simon sintió de repente un frío glacial que lo hizo estremecer. ¿Por qué el Rey Invernal se veía tan bien en pijama?
- ¿Te gusta la vista? - Simon se sonrojó hasta las orejas.
- ¡No! - Y escapó avergonzado de la cama, dirigiéndose al baño mientras el Rey Invernal pensaba en cómo probar a Simon; después de todo, ya podía soportarlo.
- ¿Papi? - El Rey Invernal miró hacia la puerta, donde se asomaba la cabecita de su hermosa Marceline.
- ¿Sí, mi princesa? - El Rey Invernal se levantó de la cama y se acercó a Marceline, que venía en su pijama de pingüino.
- ¿Por qué mami salió corriendo? - El Rey Invernal miró a los lados para asegurarse de que Simon no lo escuchara.
- Oh, Marceline, mami pronto será la pareja oficial de papá - Los ojos de Marceline brillaron- Pero mami es un poco tímida, solo necesito que acepte un poco de mi amor. Pero no tienes que decir nada; que este sea un secreto entre tú y yo... y Hambo pup - El Rey Invernal besó la cabeza de Marceline, y la niña rió y se fue corriendo de los brazos de su padre.
El Rey Invernal caminó hacia el jardín del palacio, con árboles nevados y demás. Tal vez un poco de aire frío lo ayudaría a pensar.
Cuando estaba paseando, una perla llegó corriendo a su lado.
- ¡Mi rey! - La perla parecía un poco nerviosa.
- ¿Qué sucede? - El Rey Invernal sonrió.
- Oh... bueno, hay... algunos problemas entre los ciudadanos... sobre... uh... su nuevo interés amoroso - La perla tembló.
- ¿Oh, es así? ¿Qué dicen? - La sonrisa en el rostro del Rey Invernal no desaparecía, pero estaba a punto de tomar medidas.
- Bueno... que no les gusta cómo se ve si... - La perla no se dio cuenta cuando estaba en el suelo con una parte de su cabeza rota - Mi... mi rey - La perla se arrastró.
El Rey Invernal se acercó con una sonrisa y, lentamente, se agachó frente a la perla que temblaba.
- ¿Qué opinas tú de Simon? - la perla gimoteó.
- Es agradable... me trata bien. Solo comuniqué lo que una minoría piensa para usted, mi rey - La perla agachó su cabeza, y el Rey Invernal acarició su cabeza, haciendo que se regenerara con magia - gracias, mi rey.
- Sigues siendo una buena perla. Simon los quiere mucho, y yo también, pero no soportaré esta rebeldía en nuestro mundo perfecto - el Rey Invernal se levantó, arreglando su ropa, y la perla se paró a su lado - Acaben con los rebeldes. Antes aceptaba sus juegos, pero pronto Simon será mi esposo, y no puedo permitir esto - la perla asintió y se retiró.
- Bueno... supongo que tengo que hacerte mío pronto - El Rey Invernal decidió tomar una decisión audaz; tendría que saltar 39 pasos de su plan.
Caminó hacia la habitación de Simon, y al entrar, observó al castaño sosteniendo un libro y bufando porque cada vez que daba vuelta una página, esta se congelaba.
- Despacio... - Simon lo miró nervioso. El Rey Invernal se acercó con una sonrisa - Déjame ayudarte, querido Simon...
- ¿Sabes cómo controlarlo? - Simon preguntó mirando su libro congelado.
- Se controla con las emociones, querido... - El Rey Invernal movió sus manos hasta la cintura de Simon, haciendo que el hombre saltara en su lugar - Oh, tienes una cintura más pequeña que la mía - Fingió sorpresa.
- Supongo... que nuestros cuerpos no son iguales - Simon dejó su libro a un lado.
- Oh, ¡Eso es una genial teoría a comprobar! - El Rey Invernal tomó la cintura de Simon y lo levantó, sentándolo sobre sus piernas. Simon chilló y puso sus manos en el pecho del rey; salió hielo, pero no le hizo daño. Simon estaba rojo.
- ¿¡Qué diablos crees que estás haciendo!? - El Rey Invernal rió.
- Solo estoy usando el método científico - Simon chilló cuando el Rey Invernal comenzó a meter las manos debajo de su ropa; su cuerpo temblaba, y las emociones en su garganta lo habían congelado. Su marca de alma ardía. ¡Oh, Dios, Invernal le gustaba tanto!
Simon gimoteó cuando sintió que sus pezones rozaron con la mano del Rey. Quería alejarse por la vergüenza, pero su cuerpo quería acercarse más al toque. Se arqueó.
- ¡Por... todo Ooo! - Simon gimoteó.
- Oh, ¿tu pecho es sensible? Interesante, el mío no lo es - ¿Este tarado estaba jugando con él?
- ¡Te voy a dar tus pataditas si no me sueltas! - Simon se levantó de un golpe, pero el Rey Invernal lo empujó sobre la cama, haciéndolo caer de estómago sobre ella, y el Rey Invernal se subió sobre él, recorriendo con su mano su espalda.
- Oh, mi dulce Simon, ya te tengo. - Simon se sonrojó cuando la otra mano de Invernal acarició su muñeca con su marca.
- ¿Tú lo sabes? - La voz de Simon salió temblando.
- Lo sé, mi dulce Simon. - Invernal besó su cuello.
- ¡Pero... me tengo que ir! Yo no pertenezco aquí. - Simon gimió cuando la mano de Invernal se apretó fuerte en su cintura, manteniéndolo en su lugar.
- ¡NO TE IRÁS! - La habitación se congeló por completo. Simon cerró los ojos, asustado y con lágrimas. Invernal se arrepintió y dio vuelta a Simon para quedar cara a cara, besando sus mejillas. - Perdóname, mi príncipe, pero Golb te unió a mí. Perteneces aquí, tú y tus amigas, y ya no puedo dejarte ir. Por eso te trajo a mí...
- ...Está bien. - Simon lo entendió, pero aún así, tenía que acostumbrarse a su nueva vida.
- ¿Podemos hacer el amor? - El rey Invernal empujó a Simon contra la pared y susurró en su oído.
- Mmmm... - Simon miró a otro lado.
- Vamos, mi príncipe... ¿acaso no eres un científico? - dijo coqueto el rey Invernal.
- Sí... - Simon lo miró. - Pero soy virgen, nunca he estado con un hombre. - El rey Invernal sonrió.
- ¿Y no quieres experimentar? - Ambos se miraron.
-Si....
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❄️El rey quiere un principe ❄️[TERMINADA][corregido]
Fanfiction{SISTEMA DE MARCAS ALMAS GEMELAS} Simón, Fionna y Cake terminan por error en el reino de winter king, está asustado, ¡más cuando esté rey se abalanza sobre el!