- Capa de hielo-

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Invernal estaba mandando a hacer una capa de regalo, bordada con escarcha. Era realmente hermosa y tenía que dársela a Invernal para la reunión de reinos. Quería que Simón llevara una capa a juego con la suya, porque... ¿Por qué es su futuro esposo? Usaría la capa como una forma de compromiso para advertir a los demás. Claramente, no le diría a Simón, pero eso llamaría la atención de los demás y los mantendría lejos de su bello y hermoso príncipe.

Simón estaba en su cuarto, nervioso. No sabía cómo tomarían esto las niñas. ¿Y si no querían más bebés? Las niñas ya le habían dicho que amaban a su hermano, pero... ¿Y si habían cambiado de opinión? Después de todo, Marceline revivió con magia, Mely y Doty nacieron de la magia de manera espontánea en un laboratorio. Un embarazo, y más si es mágico, sería complicado para toda la familia.

- ¿Príncipe? - Simón se giró rápidamente, asustado y nervioso. Suspiró al ver a Invernal apoyado en el umbral de la puerta.

- Ay, eras tú. Casi me mandas al otro mundo - Simón suspiró con una mano en el pecho, aliviado.

- ¿Y quién iba a ser? - Invernal se sentía celoso, pero no podía mostrarlo o Simón se enfadaría.

- No lo sé, mis nervios y emociones están a mil por hora, y ya lo sabes - Simón rio cuando Invernal se acercó para abrazar su cintura. - Celoso - murmuró en una risita.

- ¿En qué estabas pensando, dulce Simón? - Invernal susurró divertido. Le gustaba que Simón estuviera de ánimo.

- En cómo les diremos a las niñas. ¿Y si comienzan a preguntar cómo se hacen los bebés? ¡No estoy listo para darles la charla! - Simón se escondió en el hombro de Invernal.

- Pues... ya lo saben, y todos han nacido con magia. ¿Qué te preocupa? - Invernal sonrió, y Simón se dio una palmada en la cara.

- Ellas no saben todo lo que conlleva un embarazo, y sé que la parte más involucrada son los padres, pero los cambios hormonales pueden afectar a toda la familia. ¿Y si eso hace que ya no quieran al bebé? - Simón miró abajo, frustrado.

- Está bien, está bien, hablaremos ahora mismo con ellas - Simón suspiró. Estaba un poco nervioso, pero esta era una de las cosas que hacían los padres.

- Bien, vamos a la sala, esto será... especial - Invernal sonrió viendo a Simón bajar las escaleras hacia la sala, el camino a los cuartos de las niñas, Marceline y ellas estaban jugando con nieve en el cuarto de Mely.

- ¿Mely, Doty, Marceline? - Invernal saludó a las tres niñas que se levantaron para correr hacia el grito de su padre. Al principio, las perlas no eran así, pero después de la magia de Simón, sus tías aventureras y Marceline como ejemplo, ahora eran sus princesas.

- ¿Qué pasa, padre? - Mely sonrió. Mely lo llama padre, Marceline papi, y Doty pa. Era tierno.

- Bueno, Simón quiere hablar con ustedes abajo sobre el bebé. Él y yo vamos a explicarles todo lo que es un embarazo, y él está un poco nervioso. Quiere que quieran al bebé - Invernal acarició la cabeza de Marceline.

- Pero si queremos al bebé - Chillaron las 3 al mismo tiempo, y a Invernal se le escapó una risita por lo bajo.

- Entonces cuéntenselo a su madre, ¿Bien niñas? - Las 3 asintieron y se fueron corriendo hacia la sala, mientras Invernal las seguía a paso elegante por detrás.

Llegaron a la sala y se sentaron mirándose entre ellos.

- Niñas - comenzó Simón - Su padre y yo vamos a hablarles sobre un embarazo. Ahora, una semillita está creciendo dentro de mí, mi estómago va a comenzar a crecer, eso me hará cambiar. Tal vez llore y me ponga sensible, o muchas cosas. Entonces, el bebé puede ser cualquier cosa, una niña o un niño. ¿Eso...? ¿Eso está bien para ustedes? -

Invernal no pudo evitar casi reírse por la cara de las niñas, pero rápidamente cambiaron a sonrisas y chillidos. Sus niñas corriendo sobre el regazo de Simón para calmar a su Simón.

- Pero claro que sí, madre. No hay forma en la que nosotras podamos odiar a nuestro hermanito, no importa lo que sea - Mely gimoteó con ojitos de cachorro.

- ¡Si es niña vamos a tener muchas pijamadas! - Doty levantó las manos.

- ¡Y si es un niño vamos a practicar con la tía Fiona y Cake para tener muchas aventuras! - Marceline abrazó a Simón, que no pudo evitar que de sus ojos salieran muchas lágrimas. Besó la cabeza de sus tres niñas una por una y las sostuvo en sus brazos, hasta que Invernal rodeó la cintura de Simón con un brazo. Eran una gran familia ahora, y si Glob les había hecho este regalo, ¿quién demonios era él para rechazar una bendición de este tamaño?

Esperaba que esta nueva gran aventura resultara como él la estaba viendo, porque ya no podría soportar perder una vez más a las personas que lo hacían sentir vivo.

- ¿Cómo te sientes, mi pequeño Simón? - Invernal besó la mejilla de Simón, y le sonrió a Marceline que se colgó del cuello del rey para abrazarlo, mientras Invernal la tomaba en sus brazos y Simón sostenía a Mely y Doty, una en cada brazo.

- ¿Cómo te sientes, mi pequeño Simón? - Invernal besó la mejilla de Simón y sonrió a Marceline, que se colgó del cuello del rey para abrazarlo, mientras Invernal la tomaba en sus brazos y Simón sostenía a Mely y Doty, una en cada brazo.

- Como si estuviera en el mejor sueño de toda mi vida, y de verdad, de verdad no quiero despertar - Invernal sonrió. Se quedaron ahí hasta que las niñas se durmieron entre risas y gorgoteos infantiles.

Invernal se las llevó a sus cuartos mientras Simón se quedaba en el sillón pensando un poco sobre su vida.

- Oh, mi dulce Betty, yo sé que tal vez esto está mal, pero permíteme ser egoísta una vez más, por favor - Simón suspiró. Lo que no sabía Simón es que una Glob lo miraba desde el infinito del cosmos, desde sus lentes. Glob Betty mira inexpresiva. Estaba bien. Ella los había unido como almas gemelas. A veces, cuando amas demasiado, debes dejar a los demás irse y volar. Ella amaba a Simón, y Simón amaba a su nueva familia. Eso era suficiente para hacerla sentir felicidad.

❄️El rey quiere un principe ❄️[TERMINADA][corregido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora