-Polaridad-

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Simón se siente muy incómodo, todo le molesta, todo lo irrita, todo le da ganas de llorar. Al principio, solo fue una pequeña molestia, pero todo empeoró cuando el rey invernal se alejó. Quería su aroma, quería estar sentado con él, pero tenía que cumplir con su deber como el rey de estas tierras y debía ir a las asambleas reales. Los únicos que podían calmar su irritación eran su familia.

Las niñas, Mely, Doty y Marceline, por supuesto, también a quienes consideraba sus hermanas, Fionna y Cake.

¡Hola, hellow! - Hablando de la reina de Roma, Fionna y Cake estaban aquí.

Hola, mis niñas, bien - Simón saludó a las chicas con una sonrisa. Estaba extremadamente feliz de verlas.

Hola, compadre - Cake saludó con una sonrisa, pero de repente comenzó a oler el ambiente.

¿Qué pasa, Cake? - preguntaron Simón y Fionna curiosos.

Mi chico aquí presente huele a bebé - Fionna y Simón se rieron de las ocurrencias de Cake.

Bueno, eso es porque estoy acostumbrándome a mis nuevos bebés, ya sabes, Marceline e Invernal me dieron dos perlas, Mely y Doty. Vengan aquí, niñas - Simón sentía su corazón reventar de alegría por presentar a sus bebés.

Las niñas llegaron corriendo con Marceline, que saltaba detrás de ellas.

¡Qué pasa, qué pasa, niñas, somos Fionna y Cake! - Fionna besó la frente de Marceline.

Somos sus fabulosas tías - Cake ronroneó.

Hola, tías - Mely y Doty dijeron tímidamente mientras se iban a sus cuartos a jugar. Marceline se despidió con su manito mientras se subía a los brazos de Fionna, pero Simón se sintió nervioso y tomó a Marceline en sus brazos. Fionna y Cake se miraron sospechosamente.

¿Qué es lo que te pasa, hermanito? - Cake ronroneó.

Sí, los amigos se ayudan siempre - Fionna se puso la mano en el pecho.

Solo... creo que es la marca de alma gemela y mi magia. Ya sabes, siento que con Invernal lejos, tengo que proteger a mis bebés - Simón se sonrojó. Estaba sensible, y como científico, le daba vergüenza ser tan... salvaje.

Oh, pero eso se entiende completamente - Fionna se rió. Ella lo entendía.

Bueno, tenemos que irnos, misión - Cake estiró sus brazos, haciendo reír a Marceline.

¿No puedo ir? - Fionna diría que sí, pero Simón estaba muy receptivo.

No podemos, nena - Cake gruñó ante las palabras de Fionna.

¿Por qué? - Marceline puso carita de perro muerto mientras Simón le besaba el cabello.

Sí, fionna, ¿por qué? - Cake se cruzó de brazos.

Porque Marceline es súper súper divertida, y como siempre dices, no mezcles trabajo y diversión - Fionna dijo, con un aura heroica.

A menos que seas payasa, sí, yo inventé eso - Cake se rindió, y ambas se fueron prometiéndole regalos a la pequeña que se fue a su cuarto a jugar con sus peluches, feliz porque recibiría un regalo de sus heroínas favoritas.

Simón se fue a recostar en su montón de mantas. Estaba muy raro últimamente, como si algo fuera a pasar, como si algo estuviera pasando, y quería estar con sus bebés. Pero sabía que ser un padre helicóptero es malo, y él necesita ser bueno para que sus bebés crezcan sanos y fuertes.

Tal vez es solo la marca de alma gemela... o tal vez es solo un efecto secundario de la magia y muy pronto todo se estabilizará, como alguna hormona nueva o algo por el estilo - Simón se puso la mano pensativo.

Oh, dulce Simón - El castaño no pudo evitar levantar los hombros entusiasmado. Su lenguaje corporal era realmente feliz. Aunque era un poco extraño, había pasado mucho tiempo desde que tenía esta tranquilidad, esta felicidad... podría ser un poco egoísta, pero, ¿tal vez esta vez podría quedarse en un hogar seguro y feliz?

Hola - Simón se dio la vuelta con una sonrisa, viendo a Invernal con algo escondido detrás de su espalda. Curioso, movió la cabeza, y el rey sonrió. Le gustaba mimar a Simón y a las niñas. Dejó regalos en la entrada porque cuando las fue a ver, las tres estaban acurrucadas en la gran cama de Marceline, durmiendo como bebés.

Son camarones del río helado para ti - Simón quería sonrojarse, pero su cuerpo no se lo permitió. Apenas el aroma llegó a su nariz, sus ojos se llenaron de lágrimas, y se puso una mano en la boca. Se levantó rápidamente y se fue corriendo directo al baño. El rey dejó el plato de camarones en la mesita de noche y fue detrás de Simón. No esperaba que su regalo le resultara asqueroso. Solo pudo escuchar los pequeños balbuceos de su pareja en el baño.

Ugh - Simón se limpió la boca con agua.

¿Estás bien, mi dulce Simón? - Simón se sonrojó. Debe haber parecido un idiota delante de su novio.

Claro, solo... todo bien - se cepilló los dientes. Invernal esperó pacientemente del otro lado de la puerta, y cuando Simón abrió la puerta lentamente, Invernal empujó la puerta a un lado para poder abrazar a Simón.

¿Todo bien, pequeño Simón? - Simón se abrazó al pecho de Invernal. - Lamento eso. No sabía que no te gustaban los camarones - Simón miró a Invernal.

No es eso - Simón negó con una sonrisa.

Dime que es - Los ojos de Invernal estaban vacíos. Si algo le estaba pasando a su Simón, mataría y destrozaría en mil pedazos lo que sea que estuviera sucediendo, como el otro día, que mató a un ser del bosque para ayudar a Fionna y Cake sin que se dieran cuenta. Si algo tocaba a su nueva y fabulosa familia, él no lo resistiría.

Solo... siento asco de casi todas las comidas, estoy un poco adolorido y no quiero alejarme mucho de las niñas sin saber si están a salvo o no - Simón confesó. La mano de Invernal lo sostenía en su cintura con seguridad.

Umm, bueno, podrían ser efectos secundarios de tus poderes - Simón asintió. Él había pensado exactamente lo mismo que Invernal, pero el rey estaba muy pensativo - pero, por tu seguridad, cariño, me gustaría que te revisara el médico oso polar - Simón asintió, solo por seguridad.

❄️El rey quiere un principe ❄️[TERMINADA][corregido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora