Capítulo 14.

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No pude evitar sonrojarme. Sonreí he hice un mechón de cabello hacia atrás.

-¿Lo crees?

-¡Claro!

[...]

12:46 p.m.

En el tiempo que pasó, Valerie me contó sobre su vida en Inglaterra. Tiene cinco años, pero tiene mente de una niña que le dobla la edad. Es impresionante.

Ella se duchó con mi ayuda (aunque tengo que aceptar que fue más ella), y se puso un vestido aqua holgado y unas zapatillas brillantes blancas.

Yo por mi parte me puse unos jeans claros, una blusa de tirantes holgada color crema y unos zapatos altos del mismo color.

Tome mi bolso crema y después de haberme maquillado salimos de casa.

[...]

-Hola, ¿qué tal, Marian? -sonreí aún con la manita de Valerie en la mía.

-Señora, Maslow -levantó la vista del ordenador-. Todo va muy bien, gracias a Dios. ¿Y que tal usted?

-Hablame de tú -sonreí-. Y todo igual, gracias.

-Ahora le aviso a su marido que está aquí.

En un intento que hizo de levantar el teléfono yo negué.

-Primero tengo que preguntarte algo.

Asintió como relámpago.

-Claro... lo que quiera.

-¿Victoria ha estado por acá? -musité.

No quería que Valerie se diera cuenta, pero al parecer ella observaba todo, y no me prestó atención.

-Si, hoy estuvo aquí. Pero el señor se porta distante y frío con ella. No se preocupe por eso -susurró.

Levantó el intercomunicador y habló.

-Su esposa... y una niña están aquí, señor -dijo-. Claro.

-Que pasen.

Sonreí y entramos a la oficina.

-Hola, amor -me besó-. Y hola, Valerie. -la cargó y le dio un beso en la mejilla.

-Primo, James -sonrió y puso las manitas en el pecho de James.

-¿Qué quieren comer, bellas damas? -la miró y después me miró a mi.

-¡Pizza! -dijo casi en un grito.

-Pizza -dije yo en una sonrisa.

-Pizza será -siguió James.

James tomó la manita derecha de Valerie, y yo la izquierda. Entonces salimos al coche de James y nos dirigimos a una pizzería en el centro.

-¿Como te la pasaste hoy con ____________? -preguntó viendo por el retrovisor.

-Muy bien, me hizo hot cakes con mucha mantequilla de maní.

No pude ver su rostro, ya que venía viendo el camino.

-¡Oye! -dijo James exageradamente exagerado-. ¡A mí jamás me haces hot cakes con muchas mantequilla de maní!

-No quiero que pierdas ese cuerpo que me vuelve loca -mordí mi labio inferior.

Pude notar sus mejillas rojas y su sonrisa.

-Eso me reconforta.

Llegamos a una pizzería con un diseño muy padre, queríamos que Valerie se sintiera cómoda.

Nos sentamos en una mesa como la del starbucks. Esta vez Valerie se sentó a mi lado, de lado de la ventana. Y James frente a nosotros.

Pedimos una pizza de pepperoni y refrescos.

-Y dime, Valerie... ¿por qué no vino tu padre?

Le mande una mirada fulminante. Es una niña de cinco años.

-Él... se quedó con su otra familia.

Apreté los labios, James sabía que estaba molesta, ya que solo agachó la mirada.

-Lo lamento... yo no sabía. -dijo mirándome como con disculpas.

Ella siguió comiendo como si James no le hubiera dicho nada. Pero le dijo.

Yo solo negaba con la cabeza cada que me veía. No pude evitar sentirme mal por ella. Solo espero que cuando tengamos un bebé no sufra de tener padres separados...

[...]

Terminamos de comer y James pagó la cuenta. Subimos al auto.

-¿Te llevo a casa? -puso la mano en el volante.

-La verdad es que no tengo ganas de llegar a casa. -dije con mi mano en la sien.

-¿Quieres estar en el despacho conmigo? .

-No sé... supongo que tienes demasiado trabajo -hice una mueca.

-De hecho lo único que tengo ahora es el caso de Victoria.

-Llevame a casa de mis padres. No tengo ganas de ver a Evelyn, pero voy a hablar con Kendall.

-¿No está trabajando? -frunció el ceño.

-Los lunes descansa.

-Bien, entonces vamos allá.

Nos dirigimos a casa de mis padres.

Dije a James que no se estacionara.

-¿Segura?

-Sí, tienes que trabajar... quiero que termines rápido para que estés temprano en casa... la verdad es que te extraño mucho todo el día -fruncí los labios.

Era verdad. Extraño demasiado a James. Se va desde temprano, y no llega hasta las seis de la tarde. Y no echo en cara nada, porque gracias a eso tenemos todo lo material que necesitamos. Pero la verdad es que creo que estamos cayendo en la rutina... tengo miedo de que una mujer guapa entre al despacho y este mas tiempo con mi marido que yo, si entienden ¿no?.

-Tenemos que hablar en un rato, ___________. Te noto extraña.

-Hablamos entonces -le di un beso rápido y acaricié su mejilla.

-Te amo -me dijo antes de salir del coche.

Volteé a verlo.

-No creo que más que yo -hic una mueca.

Valerie se despidió de James y me tomó de la mano. Nos acercamos a la puerta, al abrí y entramos.

-¡Mamá! -grité, pero no respondió.

-¡Hey! -me abrazó-, ¿que haces por aquí?

-Vine a hablar contigo, Kendall.

Miró a Valerie, que también lo veía con mucha atención.

-Hola -se hincó frente a ella-, ¿como te llamas?.

-Valerie -sonrió.

-Pues eres una niña muy linda -le devolvió la sonrisa.

Se puso de pie.

-¿Y quien es ella? -me preguntó.

-Prima de James -sonreí-. Se quedará con nosotros toda esta semana.

-Que lindo. ¿Y de que quieres hablar conmigo?

-¿Valerie? -me miró-, ¿te gustan los perros?

-¡Me encantan! -sonrió.

-Sube, en la recámara de Kendall esta Fox, mi perro. Es la de la puerta blanca.

Asintió y subió corriendo.

Nos sentamos en el sillón.

-Mira... quiero que hables con James. Necesito saber si a él le gusta como va nuestro matrimonio.

-¿Por? ¿te ha dicho algo? -se notó preocupado.

-No, él dice que me ama. Pero ¿sabes?, siento que estamos cayendo en la rutina.

-¿Lo dices por su trabajo? -hizo una mueca.

-Sí, entiendo que tiene que trabajar, pero, yo no quiero que me deje de querer.

-Siento que te estás preocupando de más. James te ama, y te lo ha demostrado.

[...]

03:15 p.m.

Después de haber hablado bastante rato con Kendall, me quedé más tranquila, aunque no desapareció mi preocupación.

Ni siquiera llevamos un mes fe casados, y no quiero ser de las parejas que duran mucho tiempor de novios, pero nada de casados.

El ruido de un coche se escuchó.

-¿Quién será?

-No sé -respondí-. ¿Y donde está mamá?

-Fue a comprar cosas con Evelyn -rodeó los ojos-, con eso de que la quiere más que a nosotros.

-¿__________? -apreció en la sala y después sonrió.

-¡Kendall! -este se levantó y se abrazaron golpeando sus espaldas.

-Hermano, ¿saliste temprano?

-Sí, me apuré para estar mas tiempo con ____________.

Kendall en envió una mirada como diciendo "Ya vez" y yo solo volteé los ojos.

-Amor... -me ayudó a levantar y me besó.

[.........]

Aoous, cotita.

Gracias por sus comentarios. Si todavía no leen "Vientre alquilado" pues leanla.

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