Me recargué en la puerta y suspiré.
-¿Estás bien? Te vez un poco triste.
Lo miré y entrecerré los ojos.
-Estoy... Bien -incliné un poco la cabeza.
-Me gusta tu cabello -lo acarició-. Es castaño y ondulado...
Me estremecí ante su acto.
-¿Estás bien? -frunció el ceño.
-Lo estoy... Solo que es extraño que un chico que ni siquiera me ha dicho su nombre me toque el cabello.
Él sonrió con las mejillas rojas y aclaró su garganta.
-De verdad que lo siento... Me llamo Frederick Lee, tengo veinticinco años y soy originario de Austin, Texas.
-Eso está mucho mejor -sonreí a fuerza.
Él me miró con cara de "tu turno" y giré mi cabeza para despabilarme.
-_________ Schmidt, soy originaria de Los Angeles pero mi infancia entera la pasé aquí. Tengo un hermano mayor, mis padres y la abuela, que hace siglos que no la veo.
¿Olvidé mencionar a James? Él no forma parte de mi vida. Al menos no por ahora que el coraje sigue en mi.
-Es genial, supongo.
Asentí y cerré los ojos para que entendiera que ya no quería platicar más. El sueño me comía, y él hablando no era de mucha ayuda.
[...]
-_________, despierta -movió mi hombro y yo abrí los ojos con dificultad.
-¿Llegamos? -levanté la cabeza, ya que estaba en las piernas de Frederick.
-Si a "llegamos" te refieres con llegar a la mitad del camino, entonces sí, llegamos.
Miré por la ventana. Habíamos llegado a la zona donde estaban acomodando todo para el festival. Sonreí.
-Entonces sigamos, que la noche caerá.
Frede pagó. Intenté hacerlo yo, pero es terco como una mula. Bajamos las maletas y comenzamos a caminar entre todos los organizadores del rodeo.
-¿Y por qué no habías venido a visitar a la abuela?
Me levanté de hombros.
-Supongo que por que lo olvidamos. No quiero sonar grosera, pero mis padres no venían ya, y yo era menor de edad hasta hace dos años. La abuela siempre fue la mejor, y ahora estoy arrepentida de no haber viajado antes.
-¿Tus padres son malos?
-¡Claro que no! -sonreí de lado-. Es solo que... La verdad no tengo una buena explicación.
-Siempre me contó de ti y de tu hermano, los extraña mucho.
-¿Qué te dijo?
-Que era feo que la familia no la visitara.
Solté un suspiro. Esto se sentía muy mal.
Ni siquiera le marcabamos seguido. Tal vez una o dos veces por mes.
Ella siempre fue una buena mujer. Pero la razón por la que no la procurabamos no la sé.
-Aún así ella no guarda rencor, y estoy seguro que le dará mucho gusto verte -sonrió y miró al frente.
-Eso espero... -dije casi en un susurro inentendible.
Seguimos caminando. No faltaba mucho para que el sol se metiera y la luna cayera.
[...]
09:10 p.m.
Habíamos llegado a la zona de las granjas. Todo estaba como lo recuerdo. El césped verde y hermoso, los animales en sus respectivos lugares, las caballerizas de color de la madera. Todo tan perfecto.
La casa de la abuela era un lugar donde no importaba nada. Uno no se preocupaba por que iba a comer el día siguiente. Podrían dejar las puerta abiertas y un millón de dólares centímetros dentro de la casa y nadie robaba. Era verdad. Era un sueño.
Muchos no dejarían Los Angeles donde podrías encontrarte a artistas, por venirse a un rancho humilde, donde desde temprano tienes que levantarte para ir por la lechera al rebaño, o por los huevos a la casa donde se encuentran las gallinas. Pero yo si. Podría dejar la ciudad y todas sus comodidades para venir acá.
El aire de Texas era cálido en el día. Y en la noche era frío. Pero un frío que se disfruta.
Por fin estábamos frente a la casa de la abuela.
-¿Lista? -dijo sonriendo.
Asentí después de suspirar. No creo poder ver a la abuela sin llorar.
Frederick tomó el arito de madera y lo subió y bajó una y para vez, haciendo tocar la puerta.
Se escuchó un "voy". Su voz era tan idéntica a como la recordaba. Tan linda.
Abrió la puerta.
-¡Frederick! ¡hijo! -lo abrazó y el se inclinó, mi abuela está aún más pequeña de como la recuerdo. Miró sobre su hombro y frunció el ceño, pero después sonrió-. ¡Que linda es tu novia!
Un choque de emociones hubo dentro de mi. La abuela no me recordaba. ¿Cambié tanto?
-Señora Schmidt, ella no es mi novia.
Los dos me vieron. La abuela parecía tener un gesto de "déjame recordar" y después sonrió con los ojos cristalinos.
-¡_________! -tapó su boca con las dos manos de pasta.
Solté mis maletas, evadiendo el hecho de que se cayeron, y corrí los tres metros que nos separaban. Me incliné un poco para abrazarla y ella lo hizo con sus máximas fuerzas.
-¡Tanto tiempo sin verte, cariño! -sentía como sus lágrimas humedecían mi hombro-. Te he extrañado tanto -agarró un mechón de mi cabello y sonrió.
-Lamento no haber venido antes -limpié una lágrima que caía rodando-. No tengo una buena explicación para eso...
-Está bien... ahora solo te disfrutaré como nunca.
Volví a abrazarla y me giré para ver a Frederick.
-Son tan lindas -musitó y nosotras reímos.
Tomé mi maleta (la cual ya había recogido Frede) y entramos a la casa de la abuela.
Era un lugar enorme. Pareciera que era la casa de la reina. Los candiles de cristal adornaban el techo. Todo el trabajo del abuelo Schmidt había traído tantas cosas buenas.
Observé cada cosa del lugar. Todo seguía intacto. Todo...
-Abuela... aún lo conservas -musité.
Ella sonrió con ternura e inocencia.
-¿Cómo lo iba a quitar?.
Era la gran foto de Kendall y yo cuando teníamos apenas cinco y siete años. Yo sonreía con una mano en la barbilla y dejando ver una ventana que había dejado el diente que se cayó, y Kendall apoyado sobre mi cabeza con una gran sonrisa. Ambos vestidos con nuestros trajes preferidos. Estaba colgando sobre la chimenea, la cual estaba prendida.
Frederick solo nos observaba.
-No lo había visto desde que tenía doce... O no recuerdo muy bien.
-Aveces solo lo quito para limpiarlo, pero eso cuando viene tu tía Challen y me ayuda.
Éramos tan tiernos.
POV James.
-¿Llamaste a la policía?
-James... ________ está enojada, no estúpida. No se perderá -rodeó los ojos y siguió llamando al teléfono de _________.
Fruncí el ceño. Todo esto me tiene muy tenso. Tanto que hasta se me ha hecho una bola enorme en el cuello. No miento.
Tomé aire y seguí marcando.
-¿Carlos?
-Hermano, ¿cuánto tiempo?
-Demasiado, ahora solo quiero preguntar si _________ está contigo, solo dime y no voy a buscarla por ahora...
-James, tranquilo... Ella no esta aquí.
Tomé mi nuca con la otra mano y apreté el teléfono con más fuerza.
-¿Qué fue lo que sucedió?
-No tengo mucho tiempo, ¿puedes venir a ayudarnos?
-Claro, ¿dónde están?
-Casa de Kendall.
Colgó y yo me tiré en el sofá.
Todo esto pasa por un estúpido beso que no vi venir.
Los hombres somos tan estúpidos y no nos damos cuenta cuando una mujer nos coquetea, ni cuando están a tres centímetros de ti. Es como que no lo vemos venir. Si hubiera sido un poco más listo, y me hubiera hecho para atrás, ahora estaría con _________ en la cama. Estaríamos abrazados, y su respiración se juntaría con la mía.
Soy un estúpido.
[..........]
¿Cuántos años tienen y de donde son? Quiero conocerlas.
Xoxo❤
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Juntos, ¿para siempre? |James Maslow|
FanfictionDesde el principio hubo pruebas, malas decisiones, personas heridas sentimentalmente y hasta físicamente. Lograron estar juntos. Ahora ya crecieron, y son felices. Pero, ¿que pasará ahora? ¿personas querrán destruir su amor? ¿o simplemente será otr...