Capítulo 23.

718 68 5
                                    

[...]

Josh McCain en multimedia.

-Kendall, Carlos, despierten, conseguí boletos para el vuelo de las diez.

Ellos de inmediato abrieron los ojos y se levantaron.

-Genial -dijo Carlos restregandoose los ojos.

[...]

09:45 a.m.

Ya habíamos pasado seguridad, y habíamos entrado en el avión. Desgraciadamente, me tocó viajar con Kendall y Carlos a mis lados, lo que es obvio ya que compré los boletos juntos. Lo lamento, es que sin _________ a lado no pienso.

Solo unas horas más tarde vería a mi ________.

POV _________.

Ésta mañana había ido por leche a donde están las vacas. Todo fue como lo recuerdo. Ya habíamos desayunado. Fred seguía en la casa.

-Abuela, hay algo que tengo que contarte -dije.

-Te escucho...

-Yo... me casé.

Sus ojos brillaban.

-¿De verdad? -asentí-, ¡oh mi Dios! ¡es genial! -me abrazó.

-Yo... Te iba invitar a la boda, pero realmente no sabía si podrías viajar... ya sabes, todo es tan confuso.

-Estoy bien, cariño. Es genial que te hayas casado con el amor de tu vida, porque es el amor de tu vida, ¿cierto?

-Claro... pero tuve un problema con él, y por eso quise escapar de todo.

-Esa no es la mejor solución, linda -me miró sobre sus lentes.

-Yo sé, pero últimamente ha estado rodeado de mujeres bellas, por su trabajo y eso me pone mal.

-¿No le tienes confianza?

-No es eso... tengo miedo a que se enamore de una de ellas, o eso.

-No dejaría a una mujer tan linda como tú para irse con otra, eso te lo aseguro.

Sonreí. La abuela siempre me ha hecho sentir bien.

-¿Podemos hablar de eso después? -dije con un tono de voz apagado-, ahora quiero ir con Gus.

Ella sonrió melancólica.

-Solo quiero que estés aquí a la hora de la comida.

Volví a asentir, besé su mejilla y salí de la casa.

Decidí vestirme conforme a el lugar, así que me puse un pantalón de mezclilla, una blusa manga larga de vestir blanca, un chaleco encima de ella color café con terminación en pico y botas del mismo color. Dejé mi cabello suelto y me maquille.

Las piedras en el camino hacían que caminara con dificultad.

Sentí que alguien venía atrás de mi.

-Oye, espera -me alcanzó y caminó al mismo tiempo que yo.

-Fred, pensé que te habías quedado.

-No, tenía que preguntarte sobre tu marido. No sabía que estabas casada -me miró con asombro.

-Sí, lo estoy -seguí caminando.

-Oh...

-¿Te pido un favor?

-Claro, el que quieras.

-Déjame sola un rato, cuando llegue a la casa platicamos ¿vale?
Asintió.

-Ten cuidado.

Sonreí y caminé hacia las caballerizas.

Más bien, antes que como una granja, era como un rancho. Todo esto era propiedad de la abuela.

-¿Josh? -pregunté con una gran sonrisa.

Él hombre se giró y me vio con confusión, pero después lo cambió a una cara de sorpresa y una sonrisa.

-¡_________! -corrió hacia a mi y me cargó en el aire.

Comencé a reír como desquiciada y luego intenté tocar el piso con mis pies.

-¿Eres tú? -me bajó.

-No, soy la abuela.

Reí.

-Señora Schmidt, usted se ha puesto más bella.

Me sonrojé.

-Gracias -sonreí-. ¿Cómo has estado?

-De maravilla, soy capataz.

-Es genial, tenía siglos sin verte.

-Te olvidaste de mi -se hizo él dolido.

Josh era mi mejor amigo de la infancia, es un chico con ojos mieles y cabello castaño oscuro. Había cambiado bastante.

Él era todo un rey. Siempre que venía de Los Angeles me trataba como princesa. Aun que es mayor que yo por dos años.

Siempre cabalgaba conmigo.

-No te olvidé... -negué.

-Lo sé, ni yo a ti, siempre me la vivía pensando en el porqué de tu alejamiento.

-Ni yo misma lo sé -suspiré-. ¿Podrías preparar a Gus?

Él sonrió y caminó hasta una caballeriza.

Gus siempre fue mi cómplice junto con Josh. Éramos un equipo, más o menos.

Gus es mi caballo. Lo tengo desde los dos años. Así que ya es todo un adulto.

Josh lo traía de una cuerda y le puso la silla de montar.

-Aquí está.

Me acerqué a él y lo acaricié.

-¿Te ayudo? -preguntó Josh.

-Por favor.

Subí a Gus y me acomodé.

-¿Quieres que te acompañe?

-Sí, pero ahora no, déjame estar un rato sola y después vengo a contarte todo lo que ha pasado, ¿si?

-Claro -sonrió.

Admito que tiene una muy linda sonrisa. Nada igual a cuando tenía quince, parece que cambió demasiado, como ya dije antes.

Comencé a cabalgar en mi Gus.

[...]

03:50 p.m.

POV James.

-¿Está seguro que no hay paso? -pregunté viéndolo.

-Joven, por billonésima vez, no, no hay pasada -comenzaba a irritarse.

-Kendall, ¿cuánto hay que caminar? -me giré para verlo, ya que yo estaba sentada en el asiento del copiloto.

-Mmmh... tal vez una hora y media.

Rodeé los ojos y pagué al taxista.

-Bien, vamonos.

Tomamos nuestras maletas y caminamos.

[...]

04:30 p.m.

POV __________.

Ya había terminado de cabalgar, así que regresé con Josh.

Guardó el caballo y nos sentamos en la paja.

-¿Qué ha sido de ti en todo este tiempo? -dijo alargando "todo".

-Estudié diseñadora de modas -abracé mis piernas entrelazando mis dedos por debajo de las rodillas y lo miré.

-Cumpliste tu sueño, ¿eh? -sonrió.

Asentí sonriendo.

-Así es -recordé que había quedado en comer con la abuela-. ¡Oh por Dios! Tendría que estar con la abuela.

-No creo que se moleste al saber que estábamos platicando.

Era cierto.

-Cierto, pero aún así, hoy estaba pensando en ir al festival, ¿vamos?

-Por su puesto que sí, solo si tu abuela me deja.

-Pues vamos, que el tiempo es oro.

Se levantó, y luego me estiró la mano para yo levantarme. Estiré mis piernas y tomé su mano, me levanté.

Caminamos hacia la casa grande.
Entramos.

-Abuela... -ella salió de la cocina-, lamento no haber llegado a la hora de la comida, pero platicaba con Josh.

Josh le sonrió a mi abuela.

-Está bien, no hay problema.

-Señora Schmidt, ¿puedo salir con _________ al festival?

-Claro, diviértanse.

La abracé y salimos rumbo al festival.

POV James.

Por fin estábamos frente a la casa de la abuela Schmidt.

Kendall tocó la puerta.

Una anciana de cabello blanco, más baja que _________ y muy linda abrió la puerta. Ella sonrió de inmediato.

-¡Kendall! -lo abrazó con intensidad.

Carlos y yo nos dirigimos una mirada cómplice. Ellos se veían muy felices.

-Abuela... que gusto verte.

-Es asombroso que esté aquí mi pequeño Francis -apretó sus mejillas y Carlos y yo nos reímos-, ¿y quienes son tus amigos?

-Carlos y James -nos apuntó a cada uno después de decir nuestros nombres.

La anciana me miró con una sonrisa inocente, pareciera que me conoce.

-Tú debes ser el esposo de mi nieta...

Sonreí con los ojos abiertos. ¿Cómo lo supo?

-Así es... Es un gusto conocerla, señora Schmidt.

-Solo dime abuela, cariño -me abrazó y después a Carlos-. ________ me contó que han tenido problemas seguidos.

_________ si está aquí.

-Lo sé... pero yo la amo, abuela -fruncí el ceño-, ¿ella está aquí?

-No, está en el festival con Josh.

¿Josh? ¿quién demonios es Josh?

[.........]

Xoxo❤

Juntos, ¿para siempre? |James Maslow|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora