Sentí como la sangre se me venía. Siempre había querido trabajar en diseño, pero por distintas cosas no se había podido. Como por ejemplo: cuando terminé la carrera fue cuando empezamos con los preparativos de la boda, entonces realmente no había tiempo de trabajar o pensar en otras cosas. Y ahora, que estoy sola la mayor parte del día, me vendría bien un trabajo de por lo menos tiempo medio.
-Claro, me encantaría -dije sin más.
-Muy bien, entonces la vemos mañana en el edificio de Gucci en el centro de Los Angeles. Ahí le daremos toda la información.
-De acuerdo -sonreí.
La verdad es que me emocionaba la idea de trabajar en lo que más me gusta.
-En cuanto esté en recepción, pregunta por el señor Kingston. Hasta mañana, señora Maslow.
Colgó.
Es bueno, muy bueno.
[...]
05:56 p.m.
Ya había hecho todo para cenar. También había puesto la mesa y limpiado la casa. Estaba tan emocionada que me apresuré en los que haceres de la casa.
Cuando el coche de James se escuchó arreglé mi bata de encaje hasta un poco más arriba de rodillas. Era de seda y de tirantes. Aparte de que quería convencer a James de dejarme trabajar, también quería quitarle lo tenso que lo deja el trabajo.
Abrió la puerta y dejó las llaves en un pequeño colgadero.
-He llega... -me miró y soltó el portafolio- estás... hermosa -sonrió.
Me acerqué a él y lo besé.
-Gracias... -reí por lo bajo.
-De verdad que estás preciosa -tomándome por la cintura.
-¿Cenamos?
-Mejor pasemos al postre.
Me subió entre sus brazos, me puso delicadamente en la cama y se puso arriba de mí.
[...]
10:36 p.m.
Acomodé mi cabeza en su pecho, el cual estaba descubierto.
-James...
-¿Mmmh? -dijo mientras me acariciaba el cabello.
-Necesito decirte algo.
-Dime...
-Ésta tarde me llamaron los de Gucci... quieren contratarme.
Se sentó y yo también.
-¿Gucci?
-Sí...
-Pues... si tú quieres trabajar, adelante.
Me recargue en él.
-Gracias. -sonreí, pero no lo notó.
[...]
Miércoles
06:32 a.m.Una vez que me arreglé para ir al edificio Gucci, bajé para desayunar con James.
Me puse una falda hasta arriba de las rodillas color negra de encaje, una blusa de tirantes beige, que la verdad dejaba ver un poco mi pecho, pero después me puse un saco negro de tres cuartos. Y unos zapatos altos beige. Y el mismo bolso beige.
Me maquille de acuerdo a lo que traía.
-Necesitaremos a alguien que nos ayude con la casa -dijo.
-Lo sé, buscaré a alguien.
Desayunamos y subimos al auto.
Nos dirigimos al edificio y se puso en la puerta, pero del otro lado de la calle, ya que el edificio estaba del lado contrario.
Giré un poco mi cabeza para ver a James.
-Nos vemos en la noche -dije.
-¿No vamos a comer juntos?
-Bueno , esta bien -sonreí.
-Paso por ti, me marcas cuando sea la hora de comida.
Asentí.
-Te amo.
-Te amo -dije.
Nos besamos, me bajé, crucé la avenida y entre al edificio.
Vi una joven en recepción.
-Hola -dije sonriente.
Ella levantó la vista y me vio indiferente.
-¿Qué necesita?
-Vengo a ver al señor -intenté recordar su nombre... mejor dicho, apellido- Kingston.
-No sé si la pueda atender... él señor es muy ocupado.
-Claro que puedo atenderla -dijo un hombre un poco más alto que James, muy apuesto-. ___________ Schmidt, ¿cierto? -hizo una sonrisa de lado.
-Sí -respondí.
Se acercó a mi y me hizo un ademán para que le diera mi mano, y la besó.
-Soy Oliver Kingston -sonrió.
-Mucho gusto, señor Kingston -sonreí.
-Pasemos a mi oficina.
Me dio la pasada primero, subimos al elevador. No sé el porqué de mis nervios.
¿Tal vez por el trabajo?
El elevador se abrió en el último piso. El veinticinco.
Al fondo del piso había una gran puerta color cromo.
-Es por ahí -dijo el hombre apuntando la gran puerta.
Entramos en esa oficina.
Nos sentamos.
-Bien, ____________... ¿te puedo llamar por tu nombre de pila? -asentí-, bueno, necesitamos una diseñadora así como tú, ya que me llegaron algunos de tus diseños de prueba que hiciste en la universidad, ¡y me han encantado! -dijo dramático-. Eres muy buena en esto, y Gucci te necesita. Así que tú dices, ¿firmamos el contrato?
No tardé un segundo en responder.
-Claro que sí -sonreí.
Levantó un teléfono demasiado moderno.
-Kenedy, traeme el contrato de la señorita Schmidt en este momento -me dirigió una mirada.
Una mujer como de veinticuatro años de edad, rubia y con un lindo cuerpo entró por la puerta de cromo.
-Aquí está, señor Kingston -le entregó una carpeta del mismo color que la puerta.
-¿Se te ofrece algo, ___________? -me miró y después volvió la vista a la carpeta.
-Un café esta bien.
-Que sean dos -dijo Oliver.
-Con permiso -siguió Kenedy.
Salió. Pero había algo que le molestaba. Parecía que Oliver la intimidaba.
-Puedes leerlo si quieres. También puedes llevarlo con un abogado para que lo revise. -me entregó la carpeta.
De inmediato pensé en James.
-Lo haré -dije.
-En cuanto lo traigas firmado puedes comenzar a trabajar.
-De acuerdo.
-Y dime, ¿desayunaste?
-Sí -respondí.
La verdad es que había algo que me intimidaba a mi también de Kingston. Parecía que ya había visto esos ojos antes. Solo que esta vez en color gris.
-¿Estás bien? -se notó preocupado.
Y parecía que comenzaba a notarse mi miedo.
-Lo estoy, solo que estoy muy emocionada... trabajar por primera vez y además, en una de las empresas Gucci, es impresionante -mentía, pero no mentía.
-Bueno.
Kenedy entró con una bandeja plateada y dos tazas encima de ella.
-Aquí está, señor -dejó la bandeja en el escritorio.
Él, le lanzó una mirada asesina, parecía que se la quería comer viva. Y no de buena forma.
-Lo lamento... -dijo frunciendo el ceño y caminando hacia atrás.
-Está bien -sonrió.
Su cambio de humor era impresionante. No entiendo.
Sentí mi espalda tensa.
-Toma tu café -dijo él haciendo la bandeja hacia a mi.
[.........]
Xoxo❤
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Juntos, ¿para siempre? |James Maslow|
FanfictionDesde el principio hubo pruebas, malas decisiones, personas heridas sentimentalmente y hasta físicamente. Lograron estar juntos. Ahora ya crecieron, y son felices. Pero, ¿que pasará ahora? ¿personas querrán destruir su amor? ¿o simplemente será otr...