One-Shots (Pau Villarreal)

Cryin' (+16)

Punto de Vista de T/N:

Me voy corriendo hacia mi casa, a pesar de saber que no hay nadie que me espere en ella. Por primera vez agradezco que mis padres están lejos de mí, al menos eso debe ser lo bueno de no verlos debido a sus empleos. Me paso directamente a mi habitación, ni siquiera me tomo la molestia de encender las luces, la luz de la luna ilumina gran parte de mi cuarto. Sólo tomo las baquetas de mi batería para sentarme en el asiento frente a mi instrumento para empezar a tocarlo y que me ayude a sacar toda esta confusión que siento.

Inicio de Flashback:

Empiezo a recordar la noche anterior, una de las mejores de toda mi vida. Vacaciones, fiesta en casa de Marta, una amiga mía, todos estábamos reunidos y divirtiéndonos como adultos jóvenes comunes y corrientes, platicando, algunos bebiendo y otros haciéndole dibujos a la cara de quien se encontrase dormido.

Todo iba excelente, pero después la vi y supe de inmediato que algo no estaba bien. Estaba riéndose demasiado alto por un programa que veía en la sala de Marta, un programa que ni siquiera tenía gracia. Me acerqué a ella preguntándole si estaba bien, pero cuando ella me vio sólo se quedó observando fijamente mi rostro, o más bien mis ojos. Eso me puso demasiado nervioso, ella nunca hacía eso, o más bien, nunca lo había hecho. Le dije que dejara de ver el televisor y que mejor fuéramos a otro lugar, pero creo que ella entendió mal, porque al escuchar esto, me tomó del brazo y me dijo que conocía el lugar perfecto para nosotros. Su actuar me sorprendió, pero por un momento me alegré. Ella estaba tomando mi mano.

Por estar disfrutando del momento, ni siquiera me di cuenta que habíamos bajado las escaleras y que nos encontrábamos en uno de los cuartos de huéspedes de la casa de Marta. Cuando traté de pensar el por qué estábamos aquí, ella caminó hacia el centro de la oscura habitación sin mirarme y me dijo, con un tono serio, que cerrara la puerta.

Al escuchar su expresión, no dudé en hacerlo a pesar que no entendía su razón. Cerré la puerta sin ponerle el seguro, cuando me volteé hacia ella, caí sobre el piso a causa de algo que se movió rápido hacia mí. Cuando abrí mis ojos, no pude creer lo que veía. Estaba ella, arriba de mí, con su cara muy cerca de la mía, apoyada gracias a sus manos que se encontraban sostenidas en el suelo, cerca de mi cabeza.

Sin embargo, podía sentir el peso de sus caderas en mi cuerpo. Ella ahora estaba mirándome desde la altura en que se encontraba, logrando que el sonrojo en mi cara apareciera, pero agradecí que el cuarto se encontraba en su mayoría en oscuridad, sólo un cuanto de luz de la noche entrando del exterior auxiliaba a mi vista para saber que era ella la que se encontraba tan cerca de mí.

Pude percatar un aroma que, al reconocerlo, apareció la respuesta del por qué Paulina actuaba así. Alcohol. Alcohol combinado extrañamente con su perfume de vainilla. En el momento en el que apenas iba a preguntarle sobre qué estaba pasando, ella me ganó la idea y dijo algo en forma de canturreo.

—Quiero ser tu primera y única chica. Y quiero que seas mi primer y único chico.—

Cuando trataba de razonar lo que acaba de decir, ella actuó rápido y puso su rostro lo más cercano al mío, uniendo nuestros labios en un beso inesperado. Lo primero que sentí fue el calor en mi cara debido al extremo sonrojo que me imaginé que debía tener en ese momento, para después dejarme llevar por unos segundos de la valentía de mi amiga. ¡Me estaba besando!, ¡A mí!, podía sentir el movimiento de sus labios con los míos, podía percibir su respiración, tan delicada, como si no hubiera querido que se le agotara el aire para no parar. Pero poco después mi mente me advirtió: ¡Está ebria!, ¡Paulina está ebria y tú la estás besando!

Este pensamiento me detuvo, haciendo que terminara con el beso que anhelaba desde mucho tiempo atrás. Me traté de mover para sentarme en el suelo y hacer que Paulina se quitara de mí, pero ella de nuevo me detuvo con una pregunta.