Ya lo sabía

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T/N se encontraba de pie frente a la chica pelirroja, la cual lo había citado en ese lugar. Ella no estaba vestida igual que siempre, T/N podía ver a simple vista que se había arreglado más ese día. Estaba intentando esconder su rostro, T/N no sabía qué pasaba.

La chica miró al suelo y extendió un regalo al muchacho frente a ella. T/N no podía verlo, pero ella estaba muy sonrojada.

—¡T/N T/A...!—

T/N prestó atención a lo que iba a decir, tomando la cajita de sus manos.

—¡Estoy enamorada de ti!— Gritó con vergüenza.

T/N guardó la caja en el bolsillo de su sudadera y la miró sin expresión, como si fuera algo normal. Paulina levantó la mirada al ver que no respondía, siendo imposible para ella pensar bien en tal estado de pánico. 

—¡Di algo! — Exigió.

T/N la miró unos segundos más para luego empezar a reír. La chica se indignó, pero no dijo nada.

—¿Qué es tan gracioso?— Preguntó molesta, haciendo un puchero.

—Es que.— Rió un poco. —Yo ya lo sabía.—

Paulina se sonrojó, no sabía qué rayos significaba eso pero no se sintió bien. Estaba molesta porque se había reído y se sentía patética. Entonces corrió a casa con T/N detrás y se encerró en su habitación. El chico volteó a la sala de estar de la casa de Paulina y vió al papá de las chicas y a Dany en la habitación, una mirada rápida entre los tres y entendieron que estaba pasando. Luis simplemente rió de la situación, al igual que la hija mayor.

Mientras Paulina seguía encerrada en su habitación. No estaba llorando, pero estaba haciendo algo así como un berrinche.

—Pau, ábreme.— T/N pidió.

—No.—Negó. —Eres cruel.—

—Paulina, abre la puerta.— Insistió.

T/N no esperó más y abrió la puerta sin su permiso. Paulina levantó la cabeza de su almohada para encontrar a T/N caminando hacia ella casualmente.

—¡No, vete de aquí! — Lloriqueo, T/N ignorándola totalmente.

T/N la tomó por las piernas y la cargó sobre su hombro cual saco de papas. Ella comenzó a patalear y a golpear su espalda, pidiendo a gritos ser liberada. Una vez que T/N bajó las escaleras, lanzó con poca fuerza a Paulina de nuevo a su cama. Ella lo miró mal y se cruzó de brazos.

—¿Cuál es tu problema, T/A?—

—Estás actuando como una niña. Tienes casi 22 años.—

—¡Pues tú eres muy cruel y eres malo!— Reprochó la baterista.

—¿Por qué soy malo?— Preguntó riendo un poco.

—¡Porque te burlas de mí! ¡Yo me estaba confesando y tú riéndote!—

T/N negó divertido con la cabeza y la obligó a levantarse de la cama. Paulina lo miró hacia arriba, porque desde luego él era más alto que ella. El le plantó un beso en los labios con un poco de lengua incluida, cosa que la sonrojó mucho.

—¿Mejor?— La chica negó con la cabeza, inflando los cachetes. —¿No? Qué mal. Tendré que usar mi arma letal.—

Paulina se arrepintió de todo lo que había hecho en su vida cuando T/N se lanzó sobre ella a hacerle cosquillas.

—¡No! ¡Jajajaja, basta, basta!— Pataleó y dio manotazos a todos lados, intentando quitarse al chico de encima.

—¿Cuál es la palabra secreta?—

—¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, por favor! — No podía hablar por la risa. T/N se detuvo y se levantó de encima. Ambos se sentaron mirando al otro. — ¿Cómo te diste cuenta?—

—Villarreal, literalmente nos hemos besado más de diez veces, claro que lo sé.—

—Once — Corrigió la chica, robándole un beso. T/N tomó eso como un reto y sonrió de lado.

—¿Me estás retando, Villarreal?— Preguntó amenazante en buen modo.

—Tal vez, no lo sé...— Respondió coqueta, echándose hacia atrás al paso que T/N se iba acercando.

T/N se lanzó sobre ella y depositó besos por toda su cara: en la frente, las mejillas, los párpados y la barbilla, la nariz y se detuvo en los labios con un beso cargado.

—¿Paulina?—

—¿Mm?—

—Yo también estoy enamorado de ti.— Susurró antes de juntar sus labios en un suave beso.

One-Shots (Pau Villarreal)Where stories live. Discover now