Dulces Sueños

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Noche de tormenta, noche de películas de terror que Ale había propuesto ver con sus hermanas, padres y T/N, un amigo cercano de las hermanas Villarreal. Quién era un invitado frecuente en esa casa debido a que trabajaba en el proyecto musical de las chicas, como asistente de Rudy, el mánager de las chicas.

Pero había un pequeño problema. ¿Cómo podía sacarse esas imágenes de la cabeza?. 

Era un cóctel explosivo por donde ella mirara, sentía miedo, no quería salir de su cama, era como estar vigilada por aquellos seres, esos monstruos de fantasía pero que su cerebro "proyectaba" al igual que una película en el cine. Quería sacárselos de encima, pero ¿cómo?, esa pregunta era difícil de responder, ya que se sentía totalmente abatida, atravesada por esas "flechas" del terror.

Se acurrucaba contra la almohada, tapaba su cabeza con las sábanas y abrazaba con fuerza a su querido elefante rosa de peluche, no quería alejarse de él, era el único objeto que la protegía del terror que golpeaba todo su ser.

Un rayo cayó e iluminó los exteriores de la casa Villarreal, justo en el árbol que estaba afuera, llamando la atención de Paulina y cuando miró hacia esa "silueta", pegó un grito que llegó a oírse por toda la casa, pero, ¿qué ganaba con eso?. 

Era obvio que Dany o Ale le pedirían que no hiciera eso, ya que estaban durmiendo y no querían ser perturbadas por sus gritos. En aquel árbol, creyó haber visto al monstruo de la película, el cual "avanzaba" de forma amenazante ante ella, quien solo podía protegerse con sus sábanas y su peluche, pero nada más.

Justo en esos momentos, se escucharon pasos que venían desde el pasillo, ¿quién podría ser a esas horas de la noche?. Todo estaba apagado, sumido en la más profunda oscuridad, igual que en el Foso de las Marianas, donde allí podían verse a "monstruos" de verdad, no de las películas, sino de este mundo y que podrían aterrar a la pequeña pelirroja, quien se resguardó nuevamente y de ahí esperaba su "final".

Alguien estaba afuera, caminando y se detuvo; creyó que todo había terminado pero la perilla de su puerta comenzó a moverse lentamente, llevando a que el corazón de Paulina latiera con más fuerza, se mordió los labios hasta casi llegar a sangrar, mientras que su cuerpo se congelaba, volviéndose pesado e imposibilitado de llevar a cabo cualquier acción que ella misma ejecutara.

No, no, no, no, ahí viene, no, no, no, por favor, no.— Rogó ella, ya bajo el terror más profundo y de ahí tenía que defenderse, tomar algo y arrojarlo contra aquel intruso.

De ahí se abrió la puerta y alguien extendía su mano hacia la luz para encenderla. Oprimió el botón y de ahí se reveló a un chico de cabello corto, pijama de mangas cortas, colores blanco y rojo, shorts de los mismos colores y con chanclas de baño.

—¡Paulina! ¿Estás bien? ¿Te pasó algo...?.— Preguntó aquel muchacho, pero en ese momento recibió una "lluvia" de peluches contra su cuerpo, llevando a que se protegiera.

—¡Aléjate de mí, monstruo, no me vas a comer!.— Gritó la baterista aterrada, quien no cesaba con el "bombardeo", sin saber de la persona a la que estaba atacando.

—¡Paulina, Paulina, soy yo, soy yo, T/N, tranquila!.— Avanzó el chico hasta ella, llevando consigo los peluches que había lanzado y de ahí los ponía alrededor de ella, deteniéndose y mirándola con preocupación, ya que ahora estaba un poco más calmada.

—T/N, ufff, T/N, ufff, Dios, creí...creí...creí que eras el monstruo.— Respiraba la pobre baterista con dificultad y alivio al recordar que el chico se había quedado a dormir en su hogar, ya que había pasado un momento muy crudo.

—¿Y yo tengo cara de monstruo? Sé que no soy tan guapo, pero no me ofendas.— Preguntó el chico, rascándose la cabeza, confundido.

—No, tú no, bueno, Dany sí, cuando se enoja.— Mencionó Paulina, quien se sentía apenada por lo que había hecho.

One-Shots (Pau Villarreal)Where stories live. Discover now