One-Shots (Pau Villarreal)

Llorar

Nota: Uso de OC's

Punto de Vista de Pau:

No sé en qué momento dejé que esto pasara, no se cuando ni como me rendí, ni siquiera recuerdo haber renunciado todavía, pero es obvio que, si aun no lo he hecho, es hora de hacerlo, por más que me duela. Mi papel en esta lucha se había terminado.

La música lenta suena, las parejas felices bailan tomadas de las manos, pero yo me limito a estar sentada en una silla apartada de la gente. Estoy sola y la verdad, lo agradezco. Mis ojos tristes siguen continuamente a la misma pareja, a los recién casados. El novio, mi mejor amigo y amor de toda la vida, parece no quitarme sus ojos preocupados de encima.

La novia, Natalia, es una chica guapa, simpática, lista, divertida, positiva... en otras palabras, perfecta. Como la odio.

En un momento de su baile, mi mejor amigo le dice algo a su esposa, deja de bailar, se acerca a mí y se sienta a mi lado.

—¿Qué te pasa?— Me pregunta preocupado.

—Nada.— Le contesto intentando sonreír, pero no me sale muy bien.

—Te conozco lo suficiente para saber que si te pasa algo, vamos, dímelo ¿No estás feliz por qué me case?— 

—Sí, claro que lo estoy, espero que sean muy felices y les deseo lo mejor.— Le digo intentando sonar creíble y esta vez si lo consigo.

—Entonces ¿qué te pasa?— Vuelve a preguntar.

—Te agradezco que te preocupes por mí, pero deberías volver con Natalia.— Trato de alejarlo, el que esté conmigo me lastima.

Él niega con la cabeza, se levanta de la silla y me tiende una mano, la cual acepto, para sacarme a bailar. Durante ese baile, por un momento, siento como si yo fuese la chica afortunada que se casa con Lucas, me siento feliz por primera vez en unos días. Pero mi cerebro intenta recordarme una y otra vez que ese no era mi cuento de princesas, ya no más.

Acaba la canción sin que ninguno de los dos haya dicho ninguna palabra pero diciéndonos todo lo que necesitamos con la mirada. Lucas consigue ver que estoy menos deprimida así que me sonríe, me pide que me divierta y se va con unos invitados de la boda.

Yo me vuelvo a quedar sola pero no tarda en aparecer Natalia por detrás de mí sonriéndome, no una sonrisa de victoria ni malvada si no una sonrisa de comprensión, como si me quisiera pedir perdón.

—¿Cómo estás?— Me pregunta.

No respondo y me limito a suspirar y a volver a mi silla apartada de la pista de baile a la que ella me sigue.

—No puedo disculparme por haber entrado en la vida de Lucas porque le amo y no me arrepiento por ello.— Comienza a explicarme. —Pero sé lo que duele que alguien te quite al que parece el amor de tu vida, yo lo he vivido, sin embargo, seguro que algún día, alguien aparecerá en tu vida y esa persona te podrá hacer sentir igual que Lucas o incluso mejor que él. Lo único que lamento de esta situación es que tú y yo no podamos ser amigas, Paulina.— Su voz llena de sinceridad me hace pensar que tal vez estoy actuando de forma infantil.

Me quedo mirándola, Natalia siempre me ha ayudado en todo lo que podía a pesar de que yo siempre me he mostrado fría y distante con ella. Ella es una chica increíble y si yo y Lucas no estábamos destinados a estar juntos... me alegro de que haya sido ella y no otra persona.

—Siento mucho como te he tratado desde que nos conocimos Nat, espero que tú y Lucas sean muy felices y que algún día me perdones y podamos ser amigas.— Le digo con una sonrisa después de todo, la gente no elije de quien se enamora y ella no tenía la culpa de haberse enamorado de Lucas.