Un Beso Para Distraer

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Paulina aquella chica que siempre veía seguir adelante a pesar de todo, alguien quien jamás se rendía y jamás se dejaría derrumbar o al menos esa era la Paulina de antes ya que la que tenía al frente estaba devastada con el corazón hecho añicos aunque dudaba que este estuviera tan mal ya que el orgullo le dolió más.

Era inteligente como para idear planes para ayudarla pero ahora su mente se encontraba en blanco ya que era una situación desconocida para todos y ahora se encontraba con la hermana mayor de Pau: Daniela. Aunque ella sabía que el chico no tenía la culpa de nada, el amor llegaba y se iba de la nada solo pocos tenían suerte en ello. Por más que el chico intentó ayudar a Paulina a conquistar al chico.

—Daniela ¿Puedo preguntarte algo?—

—Claro, ¿En qué te puedo servir?—

—¿Alguna idea de cómo distraer a Paulina para que olvide a Julián?—

Hubo un momento de silencio entre ambos, eso suponía que era un caso difícil de contestar hasta que el chico entró haciendo que Daniela se hundiera en hombros, era una simpática escena algo extraña.

—Ale ¿Podrías ayudarnos?— Llamó la mayor.

—Claro que puedo ayudarlos ¿Qué pasa?—

—Quiero alguna idea para que alguien olvide un amor que es imposible—

—Piensa que tan solo un beso de alguien olvidara para ponerse a pensar en ello—

—¿Segura? Ella es alguien difi...—

En un abrir y cerrar de ojos, la bajista tomó por los cachetes al amigo de Pau y le dió un pequeño pico en los labios. Probando su punto.

—¿Ves?—

—No era la forma en la que esperaba que probaras tu punto, pero sirve, gracias Ale y Daniela. ¿Cómo podría agradecerles?—

—Me basta con el gracias.—

—A mí también— T/N vio cómo se metían a sus respectivos cuartos.

Se despidió de ambas no sin antes de volver agradecer y caminar en silencio a la habitación de la pelo rojo intentando pensar quién le podría dar un beso para que pueda olvidar aunque eso era lo difícil Paulina era de provocar miedo a cualquier género además de que no muchas personas hablaban con ella incluso sentía que la única amiga era ella.

Suspiro intentando aun pensar quien podría ser hasta que una idea vaga subió por su cabeza ¿Qué tal si la besaba? Negó por un momento bajando la mirada avergonzado mientras sentía su cara arder, se había sentido bien pensar aquello pero no era el indicado ¿O sí? Tal vez pensar tanto en la distracción le empezaba hacer daño a su cabeza pero levantó la mirada al ver la casa.

—¿Paulina?— Preguntó abriendo la puerta de la cual ya sabía que estaba abierta entrando, miro alrededor y se la encontró tirada en el sofá como esas películas románticas donde todo acababa mal.

—¿Qué quieres?— Incluso sonaba más fría de lo que recuerda

—Venia a visitarte ¿Cómo estás?—

—¿Cómo crees que estoy?—

Tomo aire sentándose a lado de ella aun dejándole espacio para que estuviera acostada claro que no sería nada fácil intentar subir el ánimo y reponer un orgullo que como era difícil de derribar sería difícil de volver a construir o al menos reponer por unos momentos pero ya tenía una idea: tan solo un beso; un beso que empezaba a jugar con su cabeza.

La miro y cerraba los ojos intentando ahogar las lágrimas que caían por lo cual se acercó a su rostro quedándose hipnótico ante su rostro, volvió a tomar aire profundamente acercándose a sus labios para robarle un beso un beso que hizo que se sonrojara de manera violenta y haciendo su corazón latir.

Era demasiado listo para su gusto, lamentablemente era demasiado inteligente como para disimular que no sentía algo descubrir a quien le había dado su corazón, llevaba hace mucho tratando de olvidar lo que simplemente era obvio no podía dejarla de amar.

Después de unos segundos que parecían eternos se separó con el corazón en la garganta sin desaparecer aquel sonrojo que había invadido su cara no podía ocultarlo pero si podía disimular. Le sonrió de manera amable mientras desviaba su mirada levemente a otro lado sin escuchar ninguna palabra

—¿Cómo te encuentras?—

—No se...—

La miro un poco viendo que estaba con un rostro sorprendido no era molesto ni nada de eso solo era sorpresa, se quedó mirándola sin nada que decir hasta que volvió a escucharla.

—T/N ¿Por qué me has besado?—

—Y-yo solo quería d-distraerte—

Más silencio en la habitación hasta que vio una sonrisa en esta, una sonrisa sincera antes de volver a cerrar los ojos con calma alguna, ya no sabía cómo interpretar eso ya que era absolutamente nuevo verla así por lo cual solo se acostó a lado de ella sin decir ninguna palabra después de todo no sabría que decir en esa situación. Si eso no funcionaba juraba que no saldría de su casa por lo que había hecho en aquel momento

—Gracias—

¿Había escuchado bien? ¿Paulina le había agradecido? Solo sintió un poco más de vergüenza mientras se ruborizaba levemente sintiendo cómo se apoyaban en ella para estar más cómoda su compañera lo que solo le hacía sentir mariposas en el estómago.

—N-no hay de que Paulina— Para ser alguien que tenía un gran cerebro era pésimo para evitar ponerse nervioso pero como ha pensado desde hace mucho el amor era así de inesperado.

—¿T/N?—

—¿Si?—

—No se te ocurra hacer planes para mañana, estarás conmigo para hablar un poco—

—¿Estoy en problemas?—

—No, pero quisiera pasar un tiempo lejos de aquí—

—Está bien, cuenta conmigo—

Tan solo un beso fue necesario para que re-descubriera aquellos sentimientos que había ocultado y ahora no se arrepentía de haberla besado ya que ahora salían aun cuando fuera un poco difícil saber si era un sueño o realmente eso sucedía aunque eso no importaba ahora ya que Paulina lucía feliz incluso que ya podía hablar con su hermano llevándose mejor y eso era lo raro.

Aunque no podía negar que disfrutaba esa paz aun cuando Paulina fuera la misma de antes aunque mucho mejor y no importaba lo que pasara siempre tendría una forma de distraerla de cualquier cosa y esa cosa era tan solo un beso, un beso que expresaba mucho mejor lo que sentía que con sus mismas palabras

La amaba, se amaban ¿Qué más quería? Era todo perfecto y si le dieran la opción de cambiar alguna cosa no la aceptaría ya que como estaba escrito en el destino era más que suficiente había terminado con la persona a la que desde hace mucho le había regalado su corazón.

One-Shots (Pau Villarreal)Where stories live. Discover now