Maid

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Perder, jamás había tenido una derrota de esa manera, ni siquiera jugando Mario Kart con sus hermanas, pero, ¿era necesario vestirse de esa manera? Parecía la sirvienta de alguna familia de la realeza, pero... ¿Cómo fue que llegó a esas circunstancias? 

Había perdido en un juego de ajedrez y él había impuesto esas condiciones: Si ganaba T/N, ella debía aceptar que era una mala perdedora y debía vestir aquel uniforme de maid francesa, cosa que le dejaba un verdadero sentimiento de repugnancia a su ser. Por otro lado, si ella ganaba, T/N debía grabar un video cantando I Want It That Way de los Backstreet Boys.

—¿Paulina, ya estás lista?— Preguntó el chico, el cual la estaba esperando su habitación y de ahí la pelirroja entró, vistiendo aquel uniforme de maid, caminando con torpeza por aquellos zapatos negros y demás accesorios.

—Solo...solo terminemos con esto de una vez, ¿sí?— Pidió con un tono de disgusto en su voz, pasando delante del chico, el cual le detuvo, tomándole de las manos.

Ella se volteó y lo miró a los ojos.

—¿Por qué dices eso?— Preguntó el chico, cosa que incomodó a Paulina.

Jamás en su vida iba a perdonarse algo como eso, no podía dar crédito a lo que estaba pasando delante de sus ojos: Ella, Paulina Villarreal quién nunca permitiría que nadie la venciera, había perdido en una partida de ajedrez, ¿acaso fue una conspiración de T/N contra ella? 

Se preguntaba qué había hecho de malo, ¿fue por una mala maniobra de sus piezas? y ahora, al verse de esa manera, solo le causaba asco, ya que su reputación había sido dañada por completo.

—¿Acaso no lo ves?. Tener que vestirme de esta manera, me hace ver como una estúpida, una fracasada.— Sostuvo con desilusión en su voz, mientras que se sentaba en la cama con su mejor amigo, el cual le gustaba aquella Paulina, se veía tan tierna y dulce. 

La chica se encontraba destrozada anímicamente en esos momentos, el chico la tomó suavemente de la cintura y la arrastró hasta él, quien la abrazó y apoyó la cabeza de la joven contra su pecho.

—Oye, no digas eso, además, no te hace ver como una perdedora eterna, mira, entiendo que eres tenaz y qué quieres humillarme en todo lo que requiera estrategia, pero solo no seas así todo el tiempo, sé alguien más moderada, que no haga tanto escándalo y, ups, perdón.— Se disculpó a lo último, tras darle ese apoyo, pero temía que ya lo hubiera arruinado todo.

—No te preocupes.— Respondió ella y dio un respiro muy hondo. —Aunque me veo horrible con esto.— Se lamentó por ese "estado" en el que se encontraba, pero el chico simplemente volvió a atraerla y no la soltó.

—No, no eres horrible, te ves muy hermosa.— Señaló el chico y de ahí la besó en los labios.

Las mejillas de Paulina se volvieron carmesí, no podía creer que estaba siendo besada por su mejor amigo, ¿acaso era un sueño?. A él le gustaba que se vistiera de esa forma y que ahora ese fuera el "plan" suyo, tenerla en sus brazos. Pronto, la chica retrocedió un poco, pero volvió a caer rendida sobre sus brazos.

—No temas, Paulina, yo no le diré a nadie de esto.— Prometió el joven, jugando con los cabellos de la pelirroja.

—¿Lo prometes?. Jejejeje, igualmente creo que esto me está gustando mucho.— Mencionó la chica, quien volvía a aquel "juego" con el chico, recostándose en la cama, no sin antes cerrar la puerta de la habitación y de ahí seguir con los besos.

—Te lo prometo, ninguno de los dos dirá nada de esto.— Prometió el chico, quien se acercó aún más a la baterista y ésta quedó unida a sus labios.

—Así será.— Finalizó la joven y continuaron besándose por un largo tiempo.

One-Shots (Pau Villarreal)Where stories live. Discover now