Capítulo sesenta y dos

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-¡Director se lo juro por mi madre! ¡Ella fue la que me ataco primero! - Empezó a chillar la rubiecita. Estábamos en la sala de detención, el profesor de Idiomas nos había enviado las dos haya.

-April por favor - Hable rodeando los ojos. Era tan mala mentirosa. - Dile de una vez por todas al director que tú cerraste la sala de Idiomas para amenazarme.

-¿Eso es verdad? - Pregunto el director mirando acusadoramente a April.

-¡Claro que no!

-¿Y cómo explica señorita que la puerta principal de la sala de Idiomas estaba cerrada con llave?

Se quedó callada, ¡la pillaron!

-Pues tal vez se cerró sola o... una de mis estúpidas amigas la cerraron sin querer. - Vaya, que linda, le echa la culpa a sus "BFF".

-No meta a las señoritas Baker en este tema, ya hable con ellas y me dijeron que fue toda "idea suya". - April puso una cara furiosa, o mejor dicho desilusionada. Bueno cariño, eso se llama traición.

-¡Esto es injusto! ¡Ella también me agredió! - ¡Excusas, excusas y mas excusas!

-Pues era obvio ¿no?, tenía que defenderme, ¡No iba a dejar que ellas me agredieran! - Ahora le hablaba al director, él nos miraba pensativo a las dos.

Lo único que esperaba era que no me mandara a detención ya que eso sería inmensamente injusto.

-Señorita April, voy hablar unos minutos con la Señorita Miller, le pido que se retire por favor. - Ella se paró de la silla y me miro con furia. - ¡Ah! Y por cierto, hoy en la tarde llamare a sus Padres para que vengan hablar conmigo y tiene detención por una semana.

Esto sí que era bueno, tuve que cubrirme la boca para no reírme. Nunca me iba a olvidar de la cara que puso April en este mismo instante. Ella abrió la boca para protestar, pero solo gruño y salió de la sala dando pisadas fuertes. El director tampoco pudo resistirte y se rio.

-Sí que es un animal con garras - Dijo con una sonrisa en la cara.

-Sí, y las tiene muy afiladas que digamos.

-Bueno señorita Miller, todo de lo que hemos hablado, es verdad ¿cierto?

-Sip - Dije orgullosa, sentía que por primera vez el director no me iba a poner detención.

-Entonces, es verdad que agrediste a tu compañera, ¿no? - Mi sonrisa se iba desvaneciendo de apoco.

-Si... pero ¿no me va a castigar por eso, verdad? O sea, ¡usted ya sabe lo que realmente paso! - Ahora me está defendiendo. Él se echó para atrás y se recostó en su sillón gigante.

-Sabes cuales son las reglas Tori. - Ok, esto era injusto.

-¡Pero director, tenía que defenderme! No me puede castigar por eso. - Él se quedó un momento en silencio mirándome.

-Hagamos un trato - Yo rodee los ojos, ¿ahora qué? - No te voy a dar una detención o algo por el estilo - Suspire. - Pero, vas a tener que quedarte hoy una hora extra practicando. - Ahora sí que me sentía aliviada. - No creo que haya problema con eso, ¿verdad? - Dijo levantando la comisura de sus labios un poco, el gesto que estaba haciendo el director ahora, me hacía quererlo un poquito.

-Claro que no. - Dije ahora sonriendo.

-Entonces, está hecho. Puedes irte a clases.

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-Y después, le di una patada y le tire del cabello. ¡Estuve a punto de sacarle un mechón! ¿Puedes creerlo?

-¡WOW!, ¿sabes? Estoy orgulloso de ti, primera vez que veo a alguien pararle los carros a esa plástica. - Dijo Chaz dándome una palmadita en el hombro. Estábamos en hora de almuerzo y ahora estábamos haciendo la fila.

Una Chica Diferente (con Justin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora