Capítulo cuarenta y cuatro

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¡Maldita sea! Tori, ¿Por qué siempre estás en el momento menos inesperado? – Esa oración resonaba en mi cabeza, una y otra vez. 

-Aléjate Justin, ¡Aléjate! – Pero estaba claro que él no se iba a ir hasta arreglarlo todo.

-Por favor Tori, tienes que escucharme, ¡Todo esto es un malentendido! – Dijo mientras me estaba jalando mi chaqueta, para que lo viera a los ojos. 

-Un malentendido, si, ¡Siempre es un maldito malentendido!... solo ándate. – Apoye mi frente sobre un casillero y tape mi cara con mis manos. Tenía un nudo en la garganta, no, no iba a llorar. No más lágrimas. 

-Tori…Tori ¿Me estas escuchando? ¡Tori! – Cada vez me jalaba más fuerte la chaqueta haciendo que mi ira aumentara. 

-¡¿Qué?! – Explote de una vez por todas gritando con toda mi fuerza. Toda mi imaginación se confundió y por un momento sentí vergüenza por haber gritado de esa manera.

-¿Qué es lo que te pasa? Yo solo quería pedirte un lápiz. – Hablo el pobre chico confundido y se dio la vuelta para pedirle a otra persona. Mire a mi alrededor aturdida. Ya no estaba en el pasillo con Justin… 

Mier*da, otra vez, otra maldita vez. Todo esto había sido un sueño. 

Cuando toco el timbre para ir a clases, entre a la sala desanimada y me tire en mi asiento sin ganas de hacer nada. Después me debo haber quedado dormida… y ese chico que me pidió el lápiz me despertó.

-Qué bueno que se despertó señorita Miller ¿Cómo estuvo la siesta? – Pregunto mi profesora dirigiéndose hacia mí con una ceja levantada. Maldición. ¿Estuve toda la clase dormida, y nadie me dijo nada? 

-Lo-lo siento Profesora, yo… - 

-¡No!, no diga nada. Tiene detención al toque de timbre final. - Suspire y agarre mi cabeza con las dos manos. 

¿Qué es lo que te sucede Tori? Cada día estas peor - Me dije a mi misma. 

Cuando la clase termino, me dirigí hacia el baño rápidamente. Llegue y me mire al espejo, me acorde cuando lo golpee con mi puño y se hizo trizas, aunque ya lo habían arreglado...

Me lave la cara y después me seque. De repente, una voz me sobresalto. Era Nicole.

-¡Hey Tori! ¿Dónde has estado? No te veo desde la clase de Ética cuando Ryan te agarro de la mano para ir hablar. ¿Paso algo? – Me toco el hombro con preocupación. 

-No, estoy bien, tranquila. Solo quería estar un tiempo a solas. – Le dedique una sonrisa tímida. 

-Está bien, lo entiendo. – Dijo no muy segura. - Oye, por casualidad, ¿No quieres venir a mi casa hoy día? Ayer lo pasamos muy bien y no sé… sería divertido juntarnos de nuevo. – Se notaba en su mirada que estaba entusiasmada que le respondiera con un “si”, pero lamentablemente, eso no iba a pasar. 

-Lo siento mucho Nicole, pero hoy día no puedo, recién estaba en clases y me quede dormida. La profesora me pillo, así que tengo detención a la salida del instituto. – Me acorde del extraño sueño que tuve, se me vino la imagen de April sentada en las piernas de Justin casi besándose. Me sentía tan patética viendo esa escena, pero más aliviada sabiendo que es mentira y que solo fue un estúpido sueño. 

-Que mal. – Me hizo una mueca. – Bueno, será para la próxima. Cambiando de tema, ¿Cómo va lo de Justin? – Me tense un poco, no tenía ganas de hablar ese tema y creo que Nicole se dio cuenta ya que ella también se tensó. – Ups…mal momento… creí que ya lo habías superado, ¡Soy una tonta! Perdóname. – Esas últimas palabras habían sonado tan… sínicas… pero en fin, no me pude resistir a su puchero. 

-No importa, de apoco lo iré superando. Pero va ser difícil ya que vamos en el mismo instituto y es mejor amigo de mis mejores amigos. – Resople haciendo que uno de mis mechones se moviera. Nicole me agarro del brazo. 

-Tranquila, yo te ayudare a superarlo. – Me guiño un ojo y después salimos hacia al pasillo. 

El resto del día estuve todo el tiempo con Nicole, ya que ella me ayudo a evitar a Justin, Ryan, April o a cualquier ser humano que me calentara la cabeza. 

Al fin y al cabo, ya había terminado la última clase del día y toco el timbre para salir. Tome mis libros rápidamente para irme directo a detención. No quería encontrarme con nadie, pero como tengo tan mala suerte…

Justin estaba en el pasillo hablando con April. Él tenía el ceño fruncido y ella estaba como nerviosa. Me escondí detrás de una pared y me puse a pensar si ¿esto era un sueño o no?, mire de reojo donde estaban y volví a mi postura, no, esto no era un sueño, era verdad. Y me sentía como una patética escondida detrás de una pared solo porque quería evitar al imbécil de Bieber. 

¿Es que acaso siempre me iba a esconder cuando viera a Justin? NO SEÑOR.

Respire profundo y salí del escondite siguiendo mi camino. Sabía que Justin y April me iban a mirar cuando pasara alado de ellos, así que me tenía que preparar. Tome otra vez aire y me hice la dura tratando de no mirarle los ojos a ninguno. 

Pero fue en vano. Mire por unos segundos a Justin, en ese momento el solo mantuvo sus ojos en April y se fue caminando sin decir nada por la dirección contraria que yo iba. 

Ni si quiera me miro. Ni si quiera supo que yo estaba ahí, en ese mismo pasillo. Tal vez tenía cosas más importantes en su cabeza en ese momento o tal vez solo me ignoro. 

Y la verdad era que… si alguna de esas dos opciones era cierta, las dos me hacían un nudo en la garganta. 

Una Chica Diferente (con Justin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora