Capítulo cincuenta

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Cuando llego a casa, todavía siento como late mi corazón. Esta más rápido de lo normal, y eso que no me he agitado. No podía dejar de pensar lo que me dijo Justin hace unos minutos. Aunque no sabía si lo dijo jugando en broma o en serio. De las dos formas estaba conmocionada con las palabras que uso. ¿Eso es lo que quiere probar? ¿Qué me enamore otra vez de él?

Saco una carcajada que tengo atorada en mi garganta. ¡Ni sueñe que va a pasar eso! Aunque tengo un remordimiento dentro de mí, porque sé que Justin es bastante astuto. Sé que está planeando algo y también sé que está muy seguro de recuperarme otra vez. 

Pero esta vez sí que vas a perder Justin… no lo vas a lograr, no vas a conseguir que me enamore de ti. 

“Bueno… a no ser que tus sentimientos te jueguen en contra”, habla una voz dentro de mí. Un escalofrió recorre por mi espalda. 

Tengo que pensar en otras cosas, pensar en Justin y su plan me está matando. Mejor me concentro más en los maravillosos ojos del nuevo chico británico. Siempre cuando lo miro fijamente siento que me sumerjo en un océano azul profundo, pero después bruscamente aparecen los ojos color miel de un idiota. 

¡Ugh! Esto es increíble, ¡No puedo dejar de pensar en el por solo un segundo! 

-¡Hola cariño! ¿Cómo te fue en el instituto? – Hablo una voz de repente, era Kiara. 

-Me fue bien. –Mentirosa. – Kiara, ¿Dónde diablos estas? – Pregunte aturdida mirando por todos lados. 

-¡Estoy aquí! – Escuche una voz a la izquierda. Mire para ese lado y estaba apoyada en el cuadro de la ventana por afuera. Parecía cansada.

-¿Qué haces ahí afuera? – Me acerque a ella y me apoye también en la ventana. 

-Estaba fertilizando las plantas de la entrada. Parece que tu padre no se preocupa mucho en jardinería. Cuando llegue a la casa por primera vez, pensé en lo horrible y descuidado que era su patio, sin ofender. – Nos reímos las dos juntas. – Que suerte tienen de que yo esté aquí. O sino seguirían viviendo en esta porquería de jardín. 

-Gracias Tía. ¿Sabes? Ahora que lo recuerdo, mamá hacia ese trabajo cuando estaba viv… - Cerré mi boca. La verdad es que no quería decir esa palabra y hablar más del tema. Agache la cabeza y Kiara me toco el hombro. 

-Tranquila, no tienes que hablar de eso. ¿Por qué mejor no entramos a la casa? – Yo asentí y me dirigí a la entrada. 

-Oye Tori, ¿Te importaría se me abres la puerta? – Se me había olvidado que la deje afuera de la casa cuando entre. 

-¡Oh!, Lo siento. – Dije apenada haciendo una mueca y le abrí la puerta. Kiara me dio las gracias y paso alado mío, pero yo no me moví. Se me congelaron los músculos. 

-¿Paul? – Susurre para mí misma. ¿Qué estaba haciendo aquí? Estaba detrás de un auto a escondidas observándome. 

-¿Dijiste algo? – Hablo Kiara volviéndose hacia mí. Yo cerré de inmediato la puerta. 

-No, no, nada. – Le dedique una sonrisa pequeña. Ella asintió curiosa y se fue a la cocina.

Me asome por la ventana y vi que él todavía estaba observándome. Su mirada me penetraba haciéndome sentir incomoda. Tenía una mirada tan… dura y concentrada. ¿Qué es lo que tramaba? 

Negué la cabeza y cerré la cortina. Lo que estuviera tramando no me debería importar, él no tiene ningún significado en mi vida. Solo es un desconocido. 

~~~

Ya había pasado un par de semanas, en mi vida todo seguía igual, pero extraño a la vez. 
En el instituto me juntaba con Nicole, Chaz y de vez en cuando con Ryan. Él se juntaba más con Justin. Parecía que volvíamos a los antiguos hábitos, pero sé que solo lo hace para investigar porque me engaño con April o que es lo que estaba tramando, pero yo le volvía advertir que no se metería en asuntos que no le incumben.

Una Chica Diferente (con Justin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora