Capítulo treinta y siete

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El empezó a mover sus labios lentamente sobre los míos, no sabía cómo reaccionar asique solo le seguí la corriente.

Estaba teniendo tantos sentimientos en un segundo. Mi piel se erizaba con tan solo que él me tocara. Las yemas de sus dedos iban acariciando mis hombros, mi respiración iba cada vez más rápida. Justin hizo que botara el trapeador, poniendo ahora mis manos en su nuca. Me empezó a tomar de la cintura y apretarme más hacia él. Después me choque contra el piano que estaba detrás mío, pero a ninguno de los dos nos importo.

Empezó a bajar sus labios hasta mi cuello, sentí como lo acariciaba, lo rozaba y lo besaba lento…, eso me hacía sentir pequeñas cosquillas y hormigas en mi estómago. Me ponía nerviosa, ya estaba claro que mi cuello era mi punto débil.

Puso su frente contra la mía y nos miramos fijamente mientras nuestros alientos calientes se mesclaban entre sí. En su mirada sentía muchas cosas, confusión, tristeza, serenidad, desesperación, respeto, confianza, inseguridad…

-¿Por qué llorabas? – Susurro entre mis labios. Por un momento cerré los ojos y empecé a analizar, ¿Esto en verdad estaba pasando? Justin… ¿me beso…, por segunda vez? 

Quería sentir este momento, quería saber cuáles eran mis emociones que tenía cuando estaba cerca de Justin, aunque ahora mismo solo me sentía débil y avergonzada por tenerlo tan cerca mío… nuestros cuerpos y labios estaban pegados. Tenía ganas de retroceder pero no podía, el piano me lo impedía. Trague saliva. Después abrí los ojos de golpe, él todavía me miraba tranquilo, esperando una respuesta mientras me acariciaba la cadera con sus manos. Me empecé a poner nerviosa, no sabía que decirle, no podía concentrarme mientras él me miraba así, lo único que se me ocurrió fue tomarlo de la cara con mis manos y besarlo. Otra vez el empezó a mover sus labios primero y yo le seguí la corriente, Pero esta vez fue más acelerado, Justin movía tan bien su boca que yo me quedaba como una principiante.

Nos estábamos quedando sin aire, asique quise morderle el labio inferior lentamente para después separarnos un poco y parece que le gusto ya que saco una sonrisa satisfactoria, mientras se lamia los labios. 

-Qué linda. – Levanto la ceja izquierda con una mirada coqueta. Yo lo mire confundido. El me respondió mordiendo mi labio inferior, igual como lo hice yo pero esta vez él lo hizo mucho más lento haciendo un escalofrió por todo mi cuerpo.

– Pero yo siempre gano en las mordidas. – Sonrió entremedio de mis labios y me dio un beso corto. Yo me reí un poco. 

Quedamos en una distancia donde podíamos ver todas nuestras facciones de la cara, pero nuestros cuerpos todavía seguían muy pegados. 

-¿Por qué haces esto? - Pregunte impaciente para que me respondiera rápido. Pero el solo miraba mis labios. – Justin… - Me miro a los ojos. 

-Primero respóndeme la pregunta que te hice. - Desvié la mirada hacia otra parte ¿Por qué estaba llorando? La verdad es que no sabía. – Tori mírame. – Dijo insistiendo, pero no le hice caso, no quería mirarlo, estaba a punto de romper en llanto, otra vez, y no sabía porque. Era estúpido. - ¡Tori! – Hablo un poco más fuerte presionándome mientras tomaba mi cara y con su dedo limpiaba las lágrimas que iban a salir. - ¿Por qué lloras? – Dijo mirándome desesperado. 

-¡No lo sé Justin! ¡No lo sé! Soy una estúpida, me arrepiento de cosas que hice en el pasado y ahora en el presente las tengo que pagar. No entiendo porque siempre hago las cosas mal, siempre arruino todo, claro que antes todo me importaba una mierda, pero ahora que he cambiado, me doy cuenta que fui una idiota y todavía lo sigo haciendo. Algunas veces me gustaría desaparecer, ¿Sabes? Irme de este maldito mundo y estar con mi maldita madre que no sé porque mierda se fue al cielo… ¡Esto es muy injusto! – Golpee al piano con las dos manos. – Algunas veces me pregunto si fue culpa mía… aunque suena muy estúpido porque ella tenía una enfermedad, pero igual sería lógico, ya que siempre todo es mi culpa. – 

Una Chica Diferente (con Justin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora