Capítulo veintiocho

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Caminaba rápidamente por los pasillos de la escuela, hasta que los encontré. 

-Tenemos que hablar. Es urgente. – Dije mientras lo miraba con furia. 

-Lo siento, pero estoy hablando con Ryan. – Dijo con tono neutral, pero veía en sus ojos una mirada de malicia. 

-¿Y a mí que me importa? – Lo jale de inmediato del brazo y nos metimos a una sala de clases donde no había nadie. - ¿Cómo se te ocurre hacer eso? ¿Acaso estás loco o qué? – 

-¿De qué estás hablando? – Pregunto Justin con el ceño fruncido. 

-¿Por qué fuiste a mi casa y pegaste un estúpido papel donde me amenazabas? ¿Qué tratas de hacer Bieber? 

-¡No fue una amenaza nenita! Solo era una advertencia. – 

-Sí, sí, claro una advertencia. Por eso escribiste “Ten cuidado Miller, mucho cuidado” ¿Tener cuidado con qué? ¿Qué mierda me quieres hacer Bieber? ¡Dime!

-Quiero hacerte sufrir Tori. Quiero hacer de tu maldita vida, una miserable. ¡No sabes cuánto te odio en estos instantes! ¡Por tu maldita culpa termine con Selena! Ella era mi todo, mi único amor. Y ahora todo se arruino. ¡Prometiste que no se lo ibas a decir a nadie lo del beso! Y se lo dijiste a mi NOVIA. ¿Qué clase de persona eres? ¡Ni siquiera tienes las agallas para disculparte! Eres una traidora, una chica bipolar, ósea, primero eras una travesti grosera y ahora la “señorita educada” y después vuelves a ser la chica grosera, ¿Quién mierda eres? ¡Ah sí, Ya se! Eres una hija de… - Vi como la palma de mi mano se marcaba en la mejilla de Justin. No le había dejado terminar la oración. Le había dado una cachetada. Me vino una sensación rara… hace tiempo que no golpeaba nadie. Quise intentarlo de nuevo. Le di otra cachetada, y otra, y otra, y otra. 

-¡BASTA! – Gritaba Justin mientras trataba de controlar mis manos. Pero yo tampoco podía. Todo lo que me había dicho antes, había sido tan cruel. Lo único que quería era pegarle y eso es lo que hacía. Pero me di cuenta que estaba fuera de control, pero por otro lado no quería parar. - ¡TORI, PARA! – Suplicaba Justin, hasta que bruscamente me agarro de las dos muñecas. – 

-¡¿Cuál es tu problema?! – Grite furiosa. - ¡Déjame seguir golpeándote, te lo mereces! – Gritaba descontrolada pero cada vez Justin me apretaba más las muñecas

-¿Cuál es mi problema?– Susurro Justin. - ¡¿Cuál es mi maldito problema?! – Dijo aumentando la voz. - EL PROBLEMA TORI ES QUE…- Hizo una pausa y se remolió los labios. Trataba de buscar mi mirada pero yo tenía la cabeza agachada. Tomo mi barbilla y me dijo suavemente… – Tú me gustas. – Sentí como sus labios se posaban en los míos bruscamente. Los movía lentamente a su ritmo, pero yo todavía no respondía. Estaba en shock. Me empezó acariciar los hombros, haciendo que se me erizara la piel cada vez más, después me empezó a besar el cuello lentamente y fue bajando cada vez más hasta mi hombro. Le dio pequeños besos y volvió a mis labios, y esta vez sí le respondí. Mi respiración cada vez se hacía más rápida y estaba más agitada. ¿Qué estaba pasando? 

De repente abrí los ojos en medio del beso y vi como el profesor de matemáticas estaba detrás de la puerta. 

-Tori… - Susurro mientras nos miraba confuso. Después camino rápidamente hacia mí y me agito los hombros bruscamente. ¿Qué mierda le pasaba? - ¡TORI! 

-¿QUÉ? – Grite sobresaltada. 

-¡Le pregunte cual es la raíz cuadrada del siguiente ejercicio!- Empecé a mirar a mi alrededor. Estaba en clases, todos mis compañeros me miraban y el profesor estaba delante de mí esperando una respuesta. Entonces… todo fue un sueño. – Señorita Miller, usted sabe perfectamente que no se puede dormir en clases. Vaya con el Director. ¡Ahora! - 

-Lo siento. – Susurre y salí de la sala. Justin me dijo que le gustaba, si claro, era obvio que fue un sueño. Y nos besamos de nuevo, agh que asco. Aunque sentí un sentimiento tan raro, el mismo que sentí cuando me beso en la vida real. 

No Tori, a ti no te puede gustar JUSTIN, tan solo, no te puede gustar. Sería un enorme error, asique piensa cosas malas de él. Es un egocéntrico, idiota, estúpido, desgraciado, en fin, Lo odias, y está claro que él también te odia. 

-Disculpe, ¿puedo pasar? – Pregunte mientras abría la puerta de la oficina del director. 

-Pase señorita Miller. – Se acomodó en su silla. – El profesor de matemáticas me acaba de llamar. Usted sabe perfectamente que no se puede dormir en clases. – 

-Lo siento Director. – Dije apenada. Ni siquiera sé porque me quede dormida en clases. Tal vez porque no tome leche ni jugo… 

-Y yo pensaba que estabas cambiando Tori. – Empezó a mover la cabeza con negación. - En todos estos días te estabas comportando de maravilla. Pero bueno, tienes castigo hoy a la salida de clases. – Salí furiosa de la oficina haciendo un portazo. ¿Cómo me podía castigar solo porque me dormí en clases? Esto era estúpido. Nunca me habían mandado a detención por eso. Y más encima tenía que soñar que besaba al estúpido de ese, por dios, como lo odio, ¡Los odio a todos! 

Empecé a golpear los casilleros de la furia que tenía. Vi como unos alumnos me veían raro y se largaban. Fui a mi casillero a buscar un cuaderno, pero me encontré a una diva caminando. 

-Vaya, vaya, a ¿Quién tenemos aquí? La chica anormal bipolar del momento. – Me dijo la diva mientras mascaba chicle con la boca abierta. - ¿Asique ahora eres femenina, no? Pero apuesto que el carácter insoportable que tienes todavía sigue. – 

-April no tengo ganas de hablar, asique ándate a la mierda. – Dije mientras fruncía el ceño. –

-¿Lo ves? Te dije, todavía sigues con ese carácter de niña boba y enojona, eso nunca se te va a quitar querida. ¡LASTIMA! Pero bueno, ahora que ya termine con tu estúpido hermano Dylan… - La interrumpí. - 

-Eres tan puta April. Este año has tenido miles de novios. ¿Para ti los hombres son como un pañuelo, no? Los usas y después los desechas. ¿Sabes? Por primera vez en toda mi vida, había visto a Dylan enamorarse de alguien, y tú rompes con él de la nada. ¿Qué clase de persona eres? ¡Ah sí! Una estúpida prostituta mal parida que abre las piernas a cualquiera. ¡No vales NADA! ¡NACISTE PUTA Y MORIRAS PUTA! Maldita sea. – Veía que en los ojos de April que se sentía ofendida, pero no lo demostraba. 

-¡Ay no! Creo que tienes razón… voy a llorar. – Dijo con sarcasmo mientras fingía limpiarse lágrimas falsas. – Como si me importara lo que una pobre travesti anormal dice. Bueno, como te decía, ya que termine con tu estúpido hermano, ahora voy a pescar a otro. Y quiero que te alejes de ese “otro”. – 

-¿Y quién es ese “otro”? – Cruce los brazos. 

-Justin Bieber, el canadiense. Ese será mi próxima pesca. – Dijo mientras miraba a la nada y se mordía el labio. Después me fulmino con la mirada. – Y quiero que te alejes de él, hablando enserio. – 

-Y ¿Qué te hace pensar que yo tengo un vínculo con ese tarado? – 

-Porque la escuela anda murmurando que entre ustedes dos hay “algo”. La verdad es que no creo mucho porque, ósea, ¿Cómo un chico tan lindo se puede fijar en una… anormal? – 

-Lo único que hay entre “nosotros” es odio. – Dije seria.

-Eso espero. Si algún día escucho un rumor de que “entre ustedes dos hay algo amoroso”, estas muerta. – Dijo mientras se acercaba hacia mí. - ¿Me entendiste? – Dijo escupiéndome en la cara. Yo la empuje para atrás. 

-No me dan miedo tus amenazas April, la verdad es que me valen una mierda. Justin es todo tuyo. – Seguí mi camino dejando a la diva sola. 

¿Enserio April me quería amenazar? Por favor, ni siquiera ella puede asustar una mosca. Y yo NUNCA tendría una relación con Justin “amorosa”. Ósea, los que están murmurando cosas que hay algo entre “nosotros”, están locos de la cabeza.

Esperen… ¿hay gente que esta “murmurando que hay algo entre nosotros”? pero si… nadie sabe lo del beso… ni nos han visto tan juntos. 

Una Chica Diferente (con Justin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora