Prólogo

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LALI
En nombre del amor uno hace y se promete varias cosas, promete, aún no sabiendo que le depara en el futuro, y cuando perdés eso que en un principio te hizo feliz y de la peor manera las esperanzas realmente se hacen añicos, la esperanza de volver a ser quién antes era quedó enterrada.
-Hola-una persona me sacó de mis pensamientos-¿acá es el lugar del homenaje?
La piel se me erizó al pensarlo así, asentí con la cabeza, cuando levanté mi cara me encontré con unos ojos verdes llenos de lágrimas, intenté sonreír estando igual de derrumbada que él.
-Yo.. No me siento fuerte-me habló en voz baja.
-¿Viniste solo?-le saqué tema de conversación solo para también sentirme menos sola.
-Sí.. Me vine de vacaciones con mi novia, y pasó.. el terremoto..-él hombre apoyó su mano sobre su pecho y sin ningún motivo me acerqué, le palmeé la espalda.
-Muchos perdimos gente querida.. muchos..-mis ojos se aguaron- pero.. hay que ser fuertes, ellos no querrían..
-¿Vos perdiste a un familiar o tu pareja?
-A... a mi novio-me costó decirlo- mi última imagen fue horrible, me hubiese gustado quedarme con la de la última vez que dormimos juntos.. Antes de que todo este fenómeno climático hiciera de las suyas
-Ey no llores-el chico suspiró y dudó en abrazarme- somos dos desconocidos, pero.. estamos en situaciones similares, lejos de casa... solos
Y se quedó ido, tomé aire y solté un suspiro.
-Te.. te puedo acompañar a.. a enfrentar la cruda verdad-lo miré a los ojos y él dejó de estar metido en sus pensamientos, me miró y en el medio de tanta tristeza en sus labios se formó algo parecido a una sonrisa.
-¿Me acompañarías? No tenes porque..
-Estoy sola.. y seguro pasar por este momento solo es una mierda-le palmeé la espalda- vamos juntos al homenaje, hay varias personas.. y la única persona a la que conozco o por lo menos hace dos minutos sos vos
-Entonces.. vamos.. entremos-dudó, otra vez para animarlo intenté sonreír.
Noté que tenía ganas de avanzar, de sacarse parte de la angustia de encima, necesitaba soltar a su persona favorita así cómo yo también a la mía.
Caminar en el medio de tanta tristeza fue un parto, lo acompañé y escuchamos la misa, el intendente del pueblito dijo unas palabras y quiénes también habían perdido a sus conocidos estaban en shock, nadie podía creer aún lo que había pasado.
Lloró, el chico lloró y no supe que hacer, así que me permití por un momento esperar cualquier cosa.
El chico de la nada me abrazó y escondió su cara en mi cuello, la misma presión abrazadora apareció en mi pecho, dolor y más llanto y un shock de realidad.
Lamentablemente lo que la mayoría sueña, conocí lo que es el amor de pareja, al amor de mi vida pero la vida tenía otros planes, unos planes de mierda.
¿Volver a revivir y rehacer mi vida después de esto?
No... nunca.

Volver a despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora