Capítulo 9 "El proceso"

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Carolina mi psicóloga me escuchó con atención, asintió con la cabeza varias veces mientras tomaba notas en una libreta.
-Entonces estuviste con un nuevo hombre
-¡¿Eso es lo que te quedó de todo lo que te conté?!-me molesté, era obvio que yo pretendía seguir fingiendo demencia- te conté de mi ataque de angustia, te conté de que no puedo vivir sola porque me deprimo aún más, ¡¿y te detenes en eso?! ¡También te conté que tengo la intención de poco a poco ir volviendo a trabajar!
Me crucé de brazos en modo caprichosa cómo una nena de cinco años, Carolina elevó sus cejas sin dejar de mirarme seria.
-Y todo eso es positivo, que quieras retomar tu trabajo, que hayas podido superar tu momento angustiante.. igualmente hay algo que contribuyó a que eso sucediera-hizo una pausa- conocer a esta nueva persona te ayudó a comenzar con tu duelo, te hizo bien hablar, compartir con un otro... te incentivó a querer trabajar... y te despertó un deseo muy importante, el deseo sexual-esbozó una pequeña sonrisa- pero estas queriendo convencerte de que eso está mal
-Y está mal-aclaré- por donde se lo mire, Carolina este no es el mejor momento de mi vida, ¿cuanto se cumplió? ¿Dos meses desde todo? Desde que murió Iván, desde que lo encontraron, desde el homenaje, mi vuelta a mi país-mis ojos se volvieron acuosos-¡no puedo superar a mi alma gemela TAN rápido! ¡Estoy siendo LA rapidita!
-Mariana no sos LA rapidita, sos humana, y las emociones generan cosas, en tu búsqueda personal a sanar te encontraste con una persona que parece complementarte bastante bien, por lo menos en este momento de tu vida-suspiró- tal vez más adelante eso sea distinto, hay personas que solo están de tránsito en nuestra vida... y tal vez Iván era una de esas, o este chico Peter, puede que Peter sea la persona para vos en este momento determinado, y que después cada uno siga su propio camino
Me quedé evaluando cada una de las palabras que me dijo Carolina, yo ya había perdido a Iván, y aunque Peter no sea nada sentimental mío, en cierta manera "perder" a su persona a lo mejor iba a afectarme, sería un volver a perder, y no puedo permitirme estar sola, tengo que aprender a convivir conmigo misma, pero no me siento fuerte para eso.
Aparté las lágrimas que se me cayeron por mis mejillas, tomé aire y lo solté de manera lenta.
-Ya no se nada, sólo quiero dejar de llorar y de sentir tanto dolor, de vivir a la defensiva por no parar de tener miedos-se me formó un puchero- y al mismo tiempo... siento que si eso llega a pasar voy a faltarle el respeto a la memoria de Iván
-Mariana podes amar, podes enamorarte obviamente, y no está mal que vuelvas a sonreír y reírte, que vuelvas a vivir por el proceso del enamoramiento y de volver a estar con un otro-asintió con la cabeza- no mereces auto torturarte, sufrir todos los días sólo porque no te moriste con tu novio... ¿hay algo más que quieras contarme?
Y me quedé en blanco por unos segundos que se me hicieron eternos, reviví mi última discusión con Iván, el momento exacto en el que se fue de la habitación que compartíamos y la puerta la cerró de un portazo.
-Soy la culpable de todo...-iba a llorar otra vez pero Carolina me habló.
-No sos la culpable de la muerte de Iván, sucedió un fenómeno climático muy horrible que se llevo la vida de muchas otras personas... no es tu culpa, vos no pudiste manejar la naturaleza, no sos ni Dios, ni la Pachamama ni la energía universal que sea-me lo dejó en claro.
-Pero antes discutimos-la voz se me quebró.
-Todas las parejas discuten, por tonterías, por cosas importantes, en cierta manera siempre van a haber desencuentros y ESO fortalece a los vínculos, si son maduros pueden hablar y superar esos momentos... volver a estar mejor que..
La interrumpí.
-Con Iván no pasó... él se calentó, se fue y no pudimos hacer las pases, no me supo escuchar..
Lloré.
Carolina me pasó una caja con pañuelos descartables y esperó a que termine de llorar.
-Creo que hoy sacaste muchas cosas de tu interior al exterior, y lo mejor es que terminemos la sesión acá, ahora lavá tu cara, caminá por la plaza... o salí a tomar algo sola, conectá con vos y descansá
-¿Va a hacerme sentir mejor?
-Seguro...-hizo una pausa y se volvió seria- hacelo, no NO lo hagas para no volver a sentirte bien, hacé las cosas bien, es momento de que sanes y vuelvas a ser feliz
Con esas palabras me despidió, y completamente movilizada le hice caso, me lavé la cara y abandoné el consultorio, di vueltas a la plaza y respiré otro aire hasta que me cansé.
Al volver a mi barrio entré al café de siempre, vi al mesero desubicado que se hizo el estúpido y me ignoró.
-Un café liviano para llevar-le hablé a la cajera que me evaluó con la mirada, seguro ella era el touch and go de Iván- genial, gracias-recibí el café y le pagué.
Cabreada volví a la plaza y me senté sola en un banquito, tomé mi café y suspiré.
-Hola-me saludaron, levanté mi mirada que estaba clavada en el suelo y en las palomas que buscaban comida-Lali, ¿cómo estas hoy?
-Mejor Peter, ¿y vos?-quise sonar amable.
-Lamentablemente mejor-me respondió también cabreado- no quiero estar mejor
-Yo tampoco-me abrí- pero en la vida si uno se cae hay que levantarse, hay que seguir, y no quiero seguir, porque no merezco seguir, pero.. HAY QUE SEGUIR-suspiré fuerte.
Levante otra vez mi mirada y Peter estaba mirándome.
-Arranqué terapia-me contó- y mi terapeuta está empecinado en que debe de ser casi un suicida... no intenté matarme Lali-me aclaró- pero es cómo si estuviese muerto... bueno, estuve muerto pero ahora-se rió con ironía- siento que no estoy TAN muerto... y no quiero... no lo merezco...
Un impulso me hizo tomarlo de la mano, él se quedó desconcertado de mi acción y eso me desconcertó a mi misma.
-No somos muy distintos eh-me reí de nuestra desgracia- ambos consideramos que no merecemos estar acá y ahora... que no merecemos mejorar...
-Pero vos sí mereces mejorar, porque no tenes porque estar mal por un idiota que lo que menos hizo fue valorarte-se quedó quieto, y en ningún momento apartó su mirada de la mía.
-Dejá de juzgar a mi novio, vos no sabes por todo lo que pasamos juntos, no era el villano que vos crees que es, que mis amigas también creía que era-me mordí los labios de la bronca.
-Me da mucha pena que llores tanto a una persona que realmente no estaba enamorada-disparó- porque una persona enamorada no te mal trata, una persona enamorada si pasa algo te pide perdón, intenta solucionar las cosas, y no se va a dormir peleado-elevó sus cejas.
Sus palabras me sorprendieron y me revolvieron el estómago, porque yo nunca esperé eso de Iván, la personalidad de mi novio no era esa, pocas veces pedía disculpas, todo estaba perfectamente justificado porque volvía tarde y cansado de su trabajo, porque esa era su manera de querer y demostrarlo, él era protector conmigo siguiendo mis pasos desde una aplicación del teléfono, simplemente para cuidarme, no para controlarme, cosa que mis amigas nunca entendieron, aún cuando se los expliqué veinte veces.
-No voy a preguntarte que sabes sobre el amor porque evidentemente saber sobre el amor, y te crees que podes juzgar las relaciones de otro-lo ataqué y lo solté de la mano, le tiré las pocas gotas de café que quedaban en mi vaso descartable y le ensucié otra remera más, esta vez blanca, Peter me miró serio y elevó sus cejas, me miró cómo si esperara una explicación del porque hice eso.
-Tenes que controlar tus impulsos vos, ahora esto, el otro día me besaste...
-Y el otro día yo NO te obligué a eso-le sonreí maliciosamente, yo estaba molesta por haber sido juzgada otra vez estaba harta de que todo el mundo juzgue mis relaciones y lo que yo conozco por amor- ¡a ver! ¡Si tanto te importa que deje de llorar por mi novio presentame a uno que venga y me enamore!-me crucé de brazos, mi nivel de energía cada vez aumentaba más- ¡si TAN maestro te crees el la materia! ¡Lo que yo viví con Iván fue una hermosa historia de amor verdadera!
Peter soltó una carcajada y negó con la cabeza.
-Realmente no tenes idea de que estas hablando, y OBVIO que voy a pensar a quién puedo presentarte-no dejó de sonreírme- creo que necesitas salir, conocer gente y coger libremente así poco a poco vas dejando la culpa atrás, a lo mejor en una de esas te enamoras
-¡Quién necesita coger mucho para dejar de sentir culpa sos vos!-lo ataqué mirándolo fijamente y señalándolo con uno de los dedos de mi mano.

La situación terminó de la siguiente manera: yo cogiendo con Peter Lanzani en el asiento de su auto, el cual terminó estacionando en un callejón desierto.
Terminé agitada y sintiéndome movilizada, el estómago se me revolvió, no, él no tenía por que ser ESA persona de la que él me había hablado, Peter seguramente iba a presentarme a cualquier otro pibe.
Su cara de culpa y arrepentimiento no tardó en llegar, me aparté de él y me vestí cómo pude.
-Me voy-anuncié y sin esperar su respuesta abrí la puerta y me bajé del auto, la tarde se oscureció y durante todo el momento que pasó con Peter se volvió de noche.
Soy una estúpida.
Me bañé en mi ducha, me vestí y me metí en mi cama, me escondí debajo de mis sábanas mientras no paraba de recordar una y otra vez el placer que me hizo sentir Juan Pedro.
-Sos un maldito de mierda-le mandé un audio sacada de quicio.
-Vos sos una mierda que no me pones límites-me acusó también en un audio.
-¡Andate a la puta que lo parió!-me enojé.
-Vos no me pariste pero..-no escuché todo su audio que le respondí.
-NO ME DIGAS PUTA-me quebré y terminé en llanto- solo soy una persona que no sabe lo que le pasa y que ni deja de cometer estupideces porque está perdida, no tengo ninguna brújula, estoy en un terreno completamente desconocido y no sé que hacer con mi vida, sos un idiota, pero si hay una persona que por lo menos por segundo puede empatizar y entenderme ese sos vos, yo no pienso juzgarte, así que no me juzgues, y si tanto te jode no poder dejar de coger conmigo no sé, ¡tratalo en terapia!
Suspiré y terminé agitada, estar siendo bombardeada por emociones no estaba gustándome para nada.

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