Juan Pedro me llamó al día siguiente, me pidió si podía acompañarlo a hacer algo, que tenía que ver con una cosa que seguramente iba a costarle.
-¿Qué tenes turno para hacerte una vasectomía?-elevé mis cejas mirándolo entre horrorizada y shockeada-¿no tenes amigos que quieran acompañarte ellos? Es algo muy personal y... raro, además, ¿porqué hacértela? Este momento de tu vida no es el mejor para tomar decisiones-intenté ser razonable.
Ambos estábamos sentados dentro de su moderno auto llamativo.
-No quiero tener hijos, ¿ok? Ya no... No creo que vaya a sentir ese deseo en algún momento de mi vida-me miro firmemente a los ojos-¿y vos?
-¿Yo que?-le respondí desconcertada.
-Si alguna vez pensaste en tener hijos...
Mi mente me jugó una muy mala pasada y me sumí ahí profundamente, hubo un momento en el pasado en el que supe que estaba embarazada, yo no lo había planeado pero pasó, no sabía la manera de decírselo a Iván, igualmente no hizo falta, porque lo perdí, entonces nunca lo supo.
Peter chasqueó los dedos de una de sus manos frente a mi.
-Estas... al borde del llanto-me dio un abrazo, Peter me tomó por sorpresa, lo abracé fuerte hasta que sentí que me daba palmaditas en la espalda para que me separe- ya va siendo la hora..
Él abrió la puerta de su auto para bajar y hablé.
-Lo perdí
La voz se me quebró y Peter no bajó del auto, en lugar de eso se quedó conmigo.
-¿Por culpa de ese idiota?-supuso.
Negué con la cabeza.
-No... Simplemente pasó, nunca supe cual iba a ser su reacción porque no lo supo... e hice cómo si nada hubiese pasado, no estaba mentalmente lista, bueno yo creí eso, pero cuando me enteré de mi embarazo sentí ilusión, tan solo por unos días me entusiasme, me sentí feliz... plena... y...-malditas lágrimas.
Juan Pedro apartó mis lágrimas con sus manos y me abrazó de manera protectora.
-Querías eso eh-me lo susurró y asentí- ¿aún si era de un idiota?
-Iba a ser mi hijo-me aparté un poco y lo miré seria- obvio que iba a quererlo o quererla-suspiré molesta- así que antes de dar el paso importante que vas a dar volvé a pensar si queres darle fin a eso... podes ser papá soltero... yo creo que el amor de un hijo puede ser increíble, a lo mejor hasta sanador
-¿Pensas que sería un buen padre?-elevó sus cejas y se cruzó de brazos- no tengo una compañera de vida Mariana, no podría solo... y.. a lo mejor tenes razón con lo de tomar una decisión así y ahora, a lo mejor más adelante y si estoy decidido lo hago
-¿Lo de tener un hijo?
-No, la vasectomía-aclaró.
Avergonzada me reí y me puse el cinturón de seguridad.
-¿Me llevas a mi casa? Supongo que no vas a operarte..
-Hoy por lo menos no-asintió.
El viaje de regreso a mi casa fue silencioso, a pesar de estar sonando la radio no pude evitar el volver al pasado, una y otra vez reviví el momento exacto en el que me había dado cuenta de que había perdido a mi bebé.
-Llegamos-Peter me dio una palmadita en el hombro-¿estas bien Lali?
-Sí...-abrí la puerta para bajar de su auto- y gracias por, por traerme
Prácticamente corrí hacia el frente de mi casa, necesitaba quedarme sola y llorar tranquila, gritar, seguir con mi duelo.
Peter me ganó, y antes de que entre a mi casa sola se metió ahí conmigo.
-Estas mal-era tan obvio-perdón por haberte llevado a que me acompañes a eso.. no sabía esa parte de tu historia..
-Yo también la había olvidado-ironicé, lo triste fue que realmente casi lo había olvidado por completo- en fin, ¿tenes algo hoy?
-¿Se te ocurre algo para hacer?-sonrió para animarme-podemos ir a comer.. cocinar... pedir delivery... ver alguna película mala de Adam Sandler
-¿Esta es tu técnica para levantarme el ánimo?-elevé mis cejas.
-Comer vamos a necesitar comer, y mirar una película siempre es un buen plan
-Buen punto, y sí, que sea de comedia-cambié de tema-¿pedís comida?
-Ya sé que te dije de pedir comida, pero para despejarte lo mejor es hacer algo, así que vamos a cocinar
Me crucé de brazos.
-¿Lo decís enserio?-me reí en su cara.
-Es terapéutico
Que eso haya salido de su boca hizo que soltara una carcajada.
-Me alegra mucho que estes en con este positivismo... ¿leíste algún libre de auto ayuda en este momento?
-Debería, en realidad tendría que empezar terapia
-Yo arranqué y vengo bien
-Bueno escuchar eso-me sonrió, se le formó una sonrisa chiquita y asentí- vamos a comprar ingredientes, podemos hacer pasta casera
Lo miré ahora seria.
-¿Vamos an cocinar de verdad?
-De verdad-Peter asintió con la cabeza enfáticamente.
-Ok-acepté para no contradecirlo- no soy buena
-Yo me defiendo, pero podemos ser un equipo...-hizo una pausa- en la cocina, cocinar para comer
-Ya entendí-suspiré y puse la llave nuevamente en la cerradura para abrir la puerta- vamos a comprar cosas
-Claro-siguió mis pasos y salimos a la calle, caminamos por la vereda y al pasar por la puerta del café al que solía ir con Iván, Peter me tomó de la mano y el mesero lo miró mal, yo quería evitar mirar a ese tipo pero me dijo "puta".
-NO CHABÓN-Peter se giró sacado y su mirada se volvió oscura- PEDILE DISCULPAS
-Disculpas-el cagón del mesero mostró un fingido arrepentimiento.
Me sentí triste e incómoda.
-¡Nunca más le faltes el respeto a las mujeres! ¡En realidad a nadie! Y si hay una próxima vez voy a pedir hablar con tu superior, para que evalúe el conservar a un empleado así..
-¿Estas amenazándome?-la cara del mesero cambió a una de pánico.
-Yo no lo dije, lo dijiste vos-Peter le dio la espalda y sin soltarme comenzó a caminar.
-¿Todo eso que fue?-movilizada tampoco dejé se caminar- puedo defenderme sola
-Te llamó de una manera horrible-me miró a los ojos dejando de caminar- y no pensaba permitir que se saliera con la suya, no va a pasar más, por lo menos si estas a mi lado no va a faltarte el respeto
Al mirarlo detenidamente me di cuenta de que su cara estaba roja de la bronca, y su respiración acelerada.
-Me sorprendió que no le hayas pegado o algo de eso
-No soy esa clase de persona Lali, no soy esa clase de persona a la cual estabas acostumbrada-Peter se dio cuenta de su error, habló demasiado rápido y sin filtros, me dijo mi realidad en mi cara, sí, Iván era de arreglar todo a las piñas, sobretodo si se metían conmigo-yo..
-Voy a hacer cómo que no escuché nada-entré al supermercado.
Peter en silencio revisó la lista de ingredientes que tenía en su celular, iba a pagar pero pagó él, y me enojé, intenté hacer que acepte la plata.
-O aceptas o no pienso permitirte cocinar en mi cocina-molesta le puse varios billetes dentro del bolsillo de su campera.
-Después vemos-me los devolvió.
Abrí la puerta de mi casa, llegué a la cocina y me lavé las manos, le tiré un delantal de cocina a Peter que lo atajó en el aire.
Me explicó con paciencia el cómo hacer canelones, no era un proceso muy complicado, y descubrí que a lo mejor podía llegar a hacerlo sola, la parte de la salsa tampoco era complicada, el secreto estaba en condimentarla bien.
Comimos uno al lado del otro mientras de fondo estaba una película de Adam Sandler, lo escuché a Peter reírse de un chiste muy malo.
-Tenes-lo interrumpí-agarré un papel del rollo de cocina y se la pasé con la comisura de sus labios-tuco
-Ahora no-me sonrió y asentí-¿que tal la comida?
-Me gustó mucho-me sinceré- y no era TAN jodido
-Es una receta bastante sencilla y rápida, ideal para arrancar a cocinar
-Gracias por tus enseñanzas-me crucé de brazos mirándolo- ¿tenes para hacer algo más tarde?
-¿Se te ocurre algo?-me respondió con otra pregunta.
-Sí, un pijama party-lo jodí- no hablo enserio, sólo te preguntaba porque quería helado, y cómo no me dejaste pagar lo del supermercado quiero compensarlo con un postre
-Helado, suena bien-sin dejar de mirarme a los ojos asintió, feliz con su respuesta revisé en una app de mi celular, Peter me dijo que eligiera los sabores que quisiera, que comía de todo.
-Hagamos un pijama party-soltó después de recibir el helado, agarré dos cucharas y al sorprenderme se me cayeron- nunca tuve uno
-Es algo más de las nenas cuando son chicas... juntarse a no dormir, a comer mucho.. pintarse las uñas... maquillarse
-¿Te haría sentir mejor hacer algo así?-se quedó expectante a mi respuesta, y eso me sorprendió- a veces hay que volver a ser chicos por un rato, jugar, relajar... y poder ser felices, por un momento por lo menos..
Movilizada asentí de nuevo, y comimos helado, me permití ser una nena cómo en los viejos tiempos y saqué de un bolso esmaltes de uñas.
-Ya me estoy arrepintiendo de lo que dije-Peter dramatizó y lo miré de manera maliciosa- no soy una mujer Lali
-Ahora todo el mundo usa las uñas pintadas, están a la moda Peter-lo jodí y terminó cediendo, le pinté las uñas de la mano y cuando intentó hacer lo mismo conmigo fue un desastre- tengo esmalte hasta en el brazo
-Ser manicura no es lo mío-bromeó.
-Ni en pedo te confío mis maquillajes, me dejarías desastrosa
-¿Más desastrosa que de costumbre?-elevó sus cejas y le di un golpecito en el brazo-¡sólo dije verdades!
-Sos un estúpido-sonreí y nos reímos juntos- ya sé que se supone que la movida es hacer cosas de niños, que en los pijamas partys no se toma alcohol, pero la realidad es que somos adultos Peter, ¿estas para unas copitas?-busqué complicidad.
-Unas copitas medidas, después hacemos estupideces
-Vos no hiciste estupideces, yo hice estupideces-me sentí avergonzada.
Juan Pedro no dijo nada, se dirigió al estante de mis botellas de vino, licores y whiskys.
Sirvió dos copas y nos sentamos en el sillón, las chocamos.
-Por más momento de paz momentánea-me miró y tomó un sorbo.
Yo tomé todo de una.
-Por...-pensé, ¿por que? ¿Por que motivo brindar?- por volver a disfrutar y conectar con las cosas simples...
-Conectar con el ahora-coincidió, ambos asentimos con la cabeza.
Le acerqué mi copa a Peter para que me de más vinos, dudó pero lo hizo.
-Media más y nada más
-Una-insistí y le sonreí.
-Una sola más-suspiró.
Cuando él estaba sirviéndome vino en la copa hice un movimiento rápido y le tiré todo el alcohol encima, su remera gris se tiñó de bordó y quise matarme.
-Ya la metemos en el lavarropas-insistí y quise sacarle la remera, Peter intento resistirse-¡damela!
-Me la saco YO, no voy a permitir que otra persona me desnude
Me reí irónica.
-¡¿Crees que realmente quiero desnudarte?! ¡Estaba haciendo mi buena acción del día! ¡Odio lavar la ropa! Pero te arruiné tu remera y es lo mínimo que puedo hacer, y si TANTO te preocupa que te pida la remera para limpiarla dámela vos-suspiré y me crucé de brazos cabreada.
-No quise ofenderte....-su respiración se inquietó- y prefiero sacármela yo porque sería ir en contra de lo que me prometí, en cualquier contexto distinto, y en otra etapa de mi vida si me pidieras eso... con gusto yo...
-Bla bla-me harté- lavá tu remera VOS, y dejá tu discurso de las cosas que hubieses hecho en el pasado, yo también me hubiese haber hecho muchas cosas distintas en el pasado, pero ahora estamos acá, ÉSTA es la realidad-soné bastante cruda- y no tengo ninguna intención de querer coger con vos
-Yo tampoco-me respondió con la misma energía rara y potente que yo- nunca más y hasta
-Y hasta el fin de mis días, no va a pasar nunca más NADA-completé su frase.
Él asintió con la cabeza, se sacó la remera y me preguntó donde estaba el lavadero, él tiró su remera en el lavaropas y le di las indicaciones.
-Tocá ese botón y en una hora y media está
-Listo-celebró todo feliz y levantó su mirada, me miró y lo miré seria- no dejo de cagarla en todo, ¿no?
-Vivís a la defensiva, no soy todo el mundo... no quiero cogerte.. sólo me gusta tu compañía para pasar el tiempo, cómo gente que se conoce y decide boludear
-Me doy cuenta de que no sos todo el mundo...-silencio- es que.. desde que volví... no sos la única a la cual le tiraron onda, ex mujeres que pasaron por mi vida ya me mandaron hasta señales de humo para que les de bola, cómo si me interesada
-Es desesperante que nadie se de cuenta de lo mal que estás y que no estás de ánimo para nada de eso...-empaticé, Peter asintió con la cabeza- pregunta... desde.. desde toda la mierda, ¿nunca más hiciste nada? ¿Ni solo?
¿Acabé de preguntar lo que acabé de preguntar? Sorprendido Peter elevó sus cejas.
-¿Pensas proponerme algo?-bromeó y las mejillas seguramente se me volvieron rojas de la timidez-¡¿enserio Lali?!
-¡No tarado!-iba a darle una palmada en uno de sus brazos pero atacó mi mano en el aire, no sé cómo pasó, pero terminó sosteniendo mis brazos con sus manos, mi cuerpo casi sobre el suyo, ambos parados y cerca.
Me miró firme a los ojos y cuando estaba soltando su agarre tuve mi instante de hacer el ridículo y posiblemente humillarme.
Mis labios terminaron sobre los de Peter, pero no los rocé cómo la vez pasada, arriesgué, él podía rechazarme.
Estaba esperando el que me haga separarme de él de manera brusca, y pasó todo lo opuesto, de un momento a otro nuestras bocas se buscaron de manera ansiosa, atraídas por una fuerza rara, increíble, e indebida.
La respiración se me agitó y supe que necesitaba más, necesitaba todo lo que en último tiempo no tuve, pero no quería zarparme, no quería ser una acosadora.
Me alejé recobrando el sentido común, la boca de Peter quedó hinchada.
-Ese no fui yo-nervioso negó con la cabeza.
-No, yo tampoco fui yo-ironicé- bueno, ahora es la parte del pijama party en el que uno deja de hacer estupideces y se va a dormir
¿Fingir demencia? Podía ser fácil o difícil.
Aproveché y antes de ir a mi cama me encerré en el baño, me puse un pijama de media estación.
Me desplomé de un lado y al lado mío se desplomó Peter.
-Buenas noches
-Buenas noches-miró al techo.
-Apago la luz-anuncié y sin esperar su respuesta la apagué.
En silencio y en la oscuridad me puse a llorar, era imposible oírme, Peter se giró, y me abrazó, ¿cómo lo supo?
Entre sus brazos lloré, sentía una mezcla de tristeza, enojo, nostalgia y culpa.
-Yo soy quién debería estar llorando-me lo susurró, me habló en voz baja- yo dije que nunca más iba a pasarme algo así... estoy en mi duelo... vos estas en tu duelo... aunque vos nunca.. nunca conociste lo bueno, ¿no?
-¿A que te referís?-me reí irónica sin dejar de llorar.
-¿Alguna vez fueron delicados con vos?-su pregunta fue rara.
-Sí, supongo, no sé porque estas hablando de esto...
-Lo de recién fue un desliz, no un momento de calentura, nada de eso.. algo que no tuvo que haber pasado, ¿ok?
-¿Qué tiene que ver lo que me estas diciendo ahora con la pregunta de antes? Y sí, mi novio vivía caliente, la delicadeza no era lo suyo, y lo de recién.. fue calentura, ponele, vos lo dijiste, vos hace mucho que no... yo tampoco
-Me daba curiosidad saber sobre eso... aunque no tendría porque interesarme-soltó un suspiro fuerte- buenas noches
-Buenas noches-iba a girarme pero él no me soltó de su abrazo-¿y ahora qué?
-Extrañaba esto...
-¿El que?
-Abrazar a una persona en el momento de dormirme
-No seas una persona tierna conmigo, nunca estuve con una persona tierna, y creo que no debe haber nada peor que probar algo que nunca más vas a poder probar...
-¿Estas hablando de mi?-se rió irónico-¡¿porque carajo no nos callamos y dormimos!?
-¡Estoy a favor de eso! ¡A dormir Peter!
Silencio... el silencio duró solo tres minutos, pasados esos tres minutos mi respiración se aceleró al besar a Juan Pedro, le abracé el cuello con mis brazos.
Poco a poco sentí a su mano deslizarse por uno de mis muslos y volví a la realidad, lo que estábamos haciendo era real, y si seguíamos los dos íbamos a querer matarnos.
Sentí a su respiración agitada pegada a mi oído, y su mano se quedó ahí, sin realizar otra acción.
-Podemos... podemos satisfacer una necesidad humana y volver a no pensar en eso, ¿no?-el nerviosismo de su voz me hizo reírme del mismo nerviosismo.
-¿Sexo?-lo nombré en voz alta.
-Eso, sólo eso... y fingimos demencia
-¿Donde quedó el Juan Pedro que no quería que le saque la remera para lavársela?-lo jodí.
-No me hagas pensar Mariana-su nariz termino encima de la mía.
Me besó y me dejé besar, dejé a mis manos explorar un nuevo cuerpo, uno desconocido y que al pmismo tiempo se me hacía familiar, era raro, muy raro.
Ni bien terminamos nos apartamos, ambos lo más lejanos del cuerpo del otro, compartiendo cama pero casi cayéndonos al suelo, la situación era bizarra y ridícula, ¿qué otra cosa podría pasar? Lo peor ya había pasado.
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Volver a despertar
FanficDos almas rotas y perdidas, un camino por recorrer, ¿vale la pena intentarlo?