Capítulo 12 "Vínculo raro"

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Le acaricié el pelo mientras mirábamos una película en el sillón, en silencio, él entre mis brazos y sin soltarme, parecía un niño, no un adulto.
Todo era felicidad, Iván abrió sus ojos y se tornaron de color verde, toda su cara se distorsionó y terminó siendo la de Peter, jadeé desconcertada.

Abrí mis ojos sintiéndome movilizada, y evidentemente lo que estaba pasando ahora era bastante similar al sueño, Peter se quedó dormido en el sillón y apoyado sobre mi hombro, de fondo se veían los créditos de una película terminada, ¿hace cuando?
Quise despegarme de él pero estaba dormido muy profundo, y eso me hizo terminar de decidirme por no moverme, cuando se despertó solito me pidió disculpas avergonzado.
-Todo bien Peter, cosas que pasan, gastamos mucha energía-le di palmaditas en el pecho con la intención de que se aleje, él se dio cuenta de mi especie de indirecta y lo hizo.
-Lloras es agotador-coincidió y asintió con la cabeza-y gracias por dejarme descansar acá..
-Yo también me dormí, todo bien Peter-me puse de pie, el hizo lo mismo y nos despedimos, ¿cuando pasó que se hicieron las once de la noche?
Aproveché para ir directo a mi cama y seguir durmiendo, aunque el asunto se complicó porque a la cabeza no paraba de venirme una y otra vez el sueño que tuve, me estaba empezando a asustar el hecho de soñar tanto con Peter, ¿porque mi cabeza le daba un lugar tan importante? Él fue directo, sincero, no le interesa conocerme porque no quiere recuperarse de la tristeza.
Cerré mis ojos y sentí una sensación rara en mi interior, una mezcla de querer llorar y al mismo tiempo no.
Y por suerte me dormí.

No dejó de sonar el timbre de mi casa, con cara de zombie y pijama abrí la puerta, Eugenia traía un paquete en sus manos.
-Pasé por una panadería de mi barrio, compré facturas-besó mi mejilla- ¿te desperté?
-¿Acaso no se nota?-respondí sarcástica y ella se rió.
-Estas recuperando el buen sentido del humor-celebró.
Eugenia se instaló en mi cocina para trabajar de manera online, me preparó mates, yo le di a ella y me charlo de cosas que me distrajeron bastante.
-Entonces-cambió de tema y dejó la computadora de lado- ¿que onda todo con Juan Pedro? Necesito una actualización de ese apunto-me miró interesada.
Pensé muy bien que palabras podía usar, porque después podrían ser utilizadas en contra.
-Es un vínculo raro... es una persona rara, y por el otro lado la entiendo porque la manera en el que me conoció fue rara, lo que esta pasando él es una situación rara
-Traducción amiga, te gusta, pero no queres admitirlo porque ambos están completamente jodidos en este momento de sus vidas-mi amiga se cruzó de brazos.
-No... No es eso..-negué con la cabeza- es... es todo tan raro que no se que otra palabra usar para describirlo a él, para describirte la situación-suspiré fuerte molesta.
-Te gusta demasiado-siguió insistiendo Eugenia-¡y ojalá si este pibe te enseñe lo que es el amor!
-¡Dejá de juzgar a mi relación pasada!-me saqué- ¡y no celebres nada estúpida! ¡Es cómo si estuvieses celebrando el que Iván por fin se murió!-la hice entrar en razón.
La cara de Eugenia mutó a una de arrepentimiento.
-Tampoco estoy celebrándolo... pero..-hizo una pausa- es lo mejor que te pudo haber pasado, cuando lo superes y sigas adelante vas a ver lo feliz que vas a ser.. y ni lo vas a recordar
Era algo increíble el odio que Eugenia le tenía a Iván, ¿ella siempre lo había odiado así y nunca antes lo vi?
Sorprendida dejé de responderle, me alejé de ella para salir al patio de mi casa y hacer yoga.
Eugenia se acercó y se puso en la misma postura que yo para seguir hablándome.
-No quise sonar cómo una bruja sin corazón, pero la realidad es que cómo tengo corazón se que ese idiota no merecía el tuyo-se le formó un puchero, otra vez la ignoré, pero no pude evitar que resone entre mis pensamientos el desprecio que le generó mi novio a toda la gente que quiero.
A lo mejor en un chat privado mis amigas hicieron un meme con mi cara que diga "amiga date cuenta".
Otro día pasó y me tocó hablar en terapia, Carolina anotó todo y después atacó con preguntas.
-¿Y cómo anda actualmente ese corazoncito?
-Mi corazón... latiendo... vivito, estoy viva... y... por momentos me sigo sintiendo mal, pero por otros...-hice una pausa, no sabía si contarle algo o no- ya van varios sueños en los que sueño con Iván... y después no es más él
Carolina elevó sus cejas.
-¿Entonces en quién?
-En Peter-disparé de una- creo que todo lo que pasó con él en el último tiempo me está mareando, se cuela en mis sueños, se cuela en mis pensamientos y mi cabeza no esta para eso, ¡estoy sobrecargada de pensamientos!-me enojé con la situación- y él viene, necesita de mi... y me creo la mujer maravilla que puede sacarlo del pozo, pero no puedo sacarlo del pozo, porque él no quiere salir del pozo, ¡y sobretodo porque yo también estoy metida en un pozo profundo y oscuro!-me quebré-¡la puta madre! ¡Ya estoy quedándome seca de tanto llorar! Convivo constantemente con mi dolor de cabeza y los fantasmas del pasado... Siento que voy a explotar
-Ahora mismo estas colapsando Mariana, tratá de relajarte, respirá.. hacé ejercicios de respiración de manera lenta, ¿me seguís?-me dio un instructivo, le presté atención e hice lo que me dijo, cuando me calmé decidí seguir hablando.
-Me pasa que me siento sola... y en el medio de esa soledad... lamentablemente encontré una persona que me comprende y con la que conecté-la voz se me siguió quebrando- y no recuerdo cuando fue la última vez que conecté con una persona tan rápido
-Hablas de Peter, ¿no?-Carolina quiso asegurarse la respuesta, desanimada asentí con la cabeza-¿y él lo sabe?
-No le interesa saber cómo estoy, no quiere relacionarse conmigo de una manera más humana, ¿cómo se daría cuenta de lo que está pasándome? Si es obvio que nunca me presta atención
Mi psicóloga se me quedó mirando fijo.
-No creo eso de que no te preste atención, por algo estas mal ahora mismo... porque justamente te prestó atención, pero no de la manera que estarías necesitando
-¿Y cual sería esa manera?
-El cariño Mariana, el cariño...-sus palabras tocaron una fibra interna muy escondida en alguna parte de mi interior- tenes el cariño de tus amigas, de tus papás... toda tu familia... ¿pero tuviste el cariño del obre al que llamaste tu amor?
Me quedé en blanco, tuve un acto fallido y negué con la cabeza, al darme cuenta de eso me reí con nerviosismo.
-Obvio que sentí amor, recibí amor de parte de mi novio-defendí su memoria.
-Creo que revolviste muchas cosas por hoy... pero pensa bien en tu acto fallido-Carolina se puso de pie e hice lo mismo, le pagué- nos vemos la próxima, y su hay algo que te da vueltas por la cabeza y tenes miedo de olvidartelo anotátelo en una agenda
-Entonces tengo tarea para el hogar-comenté sarcástica.
-Solo si se te viene algo a la cabeza-Carolina se despidió de mi y me fui.
Salí del edificio donde estaba el consultorio y pasé caminando por la puerta del de mi trabajo, el de la recepción me dejó pasar y subí por el ascensor.
-Hola-saludé a Clementina sintiéndome avergonzada-¿tenes un minuto?
Ella le dijo a su ayudante que se encargue del resto.
-Hola-me saludó cordial-¿pasas a mi oficina?
-No, no hace falta.. quería pedirte disculpas por todo lo que monté, evidentemente no estoy del todo bien, lo mejor va a ser que siga de licencia, y si después me seguís queriendo en tu equipo sabes que estoy
Esbocé una pequeña sonrisa y Clementina me abrazo, me prohibí ponerme a llorar.
-Hablamos-la saludé y volví al pasillo, pedí al ascensor y una vez ahí dentro suspiré aliviada, había dado un gran paso para sentirme un poco mejor.
Caminando llegué a un café nuevo del barrio y me pedí una para llevar, venía sumida en mis propios pensamientos cuando me choqué con alguien, mi café saltó a su remera blanca.
-¡Qué talento para ensuciar mis remera que tenes!-Juan Pedro se burló de mi y una sonrisa chiquita se le formo en los labios.
-No es mi culpa que te pongas en mi camino-le di una palmadita en el pecho para se corriera-¿qué hacías acá?
-Quería probar café del café nuevo, uno que no se babosea por vos y te falta el respeto-¡lo recordó!
Sorprendida lo miré de reojo.
-Te invito un café... te arruiné otra remera
-Vos me invitas uno y yo te invito otro-me desafió con la mirada.
-¿Me estas invitando a hacer un plan juntos que no sea solo llorar?-seguí maravillada.
Él suspiró y negó con la cabeza.
-Sólo te debo un café, y vos vas a compensarme lo de la remera con un café para mi-dio vuelta todo para que no quede cómo una supuesto plan en conjunto.
Me quedé en silencio y eso a él lo incomodó.
-A lo que voy es que quiero intentarlo, el tratarte cómo a otra humana... vos me tratas cómo un humano, sos demasiado paciente y buena, no sé cómo hasta ahora no me mandaste a la mierda
-Osea que sí tenes sentimientos-lo molesté.
-Tampoco para tanto, soy humano, vos sos una humana, pero los sentimientos que desarrollé en el pasado van a ser imposibles de que vuelva a desarrollarlos, supongo que solo son cosa de una vez en la vida-abrió la puerta de la cafetería para que pase primera.
-Estos gestos de caballerosidad nunca me enamorarían-a lo mejor estaba cruzando una linea delgada entre los dos, una que si pudiese cruzarse nos haría terminar para la mierda-¡solo jodo! ¡Reíte Peter!
Me apresuré y llegué al mostrador, sin preguntarle a Peter le pedí lo que siempre tomaba, él pagó lo mío y yo lo suyo, al salir de la cafetería con nuestras bebidas calientes me miró de reojo.
-Sos bastante observadora-lo notó.
-Siempre me gustó hacer sentir bien a la gente-me encogí de hombros y él me sonrió, Peter sonrió de manera genuina, y su sonrisa me dejó descolocada.
-Gracias-me agradeció el café- y una cosa, ¿hoy hacemos noche de películas?
-¿Un pijama party?-elevé mis cejas.
-Un pijama party no, eso es algo para nenas.. y soy
-¿Hombre?-me quedé con la boca abierta, ¡¿a que se debía este cambio de actitud de su parte?!
-No lo decía desde esa manera, no sé ni de que manera estoy hablando, entonces, ¿nos juntamos a hacer noche de pelis?
-Ok... noches de pelis-me quedé mirándolo a los ojos, él me agradeció el café otra vez y se alejó, me saludó con la mano.
¿Acaso Juan Pedro se había invitado de manera voluntaria a pasar un tiempo a solas conmigo? Siempre pasábamos tiempo a solas, pero no denominado cómo un plan y menos a solas.
No pude evitar entusiasmarme, el buen humor hizo que olvidara el hecho de que yo también había arruinado mi remera con café.

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