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―Espera.―Susurró al oído del más bajo, dejando una lamida sobre el lóbulo de su oreja.

El menor se aferró al lavabo, mordió su labio inferior y frotó su trasero contra la erección del más alto.

―Carajo.―Susurró este al sentir como la tela de su pantalón comenzaba a molestarle.

―Anda, métela.―Mencionó son una sonrisa mientras continuaba frotando su trasero contra la tela del pantalón ajeno.

―Parece que te urge.―Susurró bajando el pantalón del chico frente a él, dejando su trasero perfectamente redondo frente a él mismo.

El más bajo gimió en cuanto el contrario azotó su mano contra su glúteo, después sintió como la mano del contrario tomaba uno de sus muslos y lo levantaba ligeramente, para tener un mejor acceso a su entrada.

―Anda, ruégame.―El pelinegro mencionó viendo al menor por medio del espejo que se encontraba frente a ellos.

Logan sonrió, negándose a tener que rogarle a Lance, el canadiense sonrió de igual forma, acercándose al cuello del estadounidense para dejar una pequeña mordida sobre este, seguido de una que otra lamida.

―Ni en tus sueños más húmedos.―El estadounidense mencionó sonriendo de manera socarrona, aunque no pudo terminar completa la frase, pues el canadiense había comenzado a introducir su miembro en la entrada del más bajo.

―Ahora mismo, este es uno de los tantos sueños húmedos que he tenido contigo.―Mencionó una vez que se adentró por completo en el interior del estadounidense.

Lance se acercó hasta el hombro de Logan, dejó un pequeño beso sobre este y después colocó una de sus manos en el cuello del rubio, mientras que este soltaba jadeos a medida que el canadiense comenzaba a moverse en su interior de una manera que le resultaba bastante placentera; la otra mano del canadiense se colocó sobre las caderas del rubio y comenzó a hacer las embestidas con más profundidad, provocando que el estadounidense comenzara a gemir en voz alta.

―Pareces una maldita prostituta gimiendo en película porno.―Susurró con su voz ronca el más alto, atrayendo el rostro del chico hacia el suyo para besar sus labios y morderlos con bastante necesidad.

―Esa es la idea.―Respondió el estadounidense sonriendo y mordiendo su labio inferior una vez que terminó aquel beso.

Los labios de lance encontraron bastante interesantes los hombros de Logan, pues comenzó a dejar besos, lamidas y una que otra mordida sobre la piel de dicha zona, sin despegar la vista de aquel maldito espejo que retrataba los gestos que el estadounidense hacía cada que se adentraba en él.

Ambos tenían suerte de que la música estuviera a todo volumen, de lo contrario, todos estarían escuchando al estadounidense prácticamente gritar del placer.

―Voltéate.―Mencionó el canadiense cuando salió del interior del menor.

Este de manera inmediata se dió la vuelta, quedando frente a frente con su compañero. Sus labios de manera inmediata atraparon a los de Lance, y este no dudó en corresponderle, introduciendo su lengua en la cavidad bucal ajena y Logan hizo lo mismo, mordiendo los labios ajenos en durante todo el proceso.

El más alto tomó al menor de los muslos, levantándolo contra el lavabo y este se aferró con una de sus manos al borde de este, mientras que la otra se dirigió hasta el hombro desnudó del canadiense, clavando sus uñas en este, provocando que el canadiense soltara un jadeo y sin previo aviso se adentrara en el más bajo, volviendo a iniciar con embestidas lentas que poco a poco se convirtieron en unas más profundas y un tanto rápidas.

El chico del apartamento 512 (chestappen's version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora