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―Logan, tengo que irme.―Lance mencionó dando suaves toques en la puerta del baño.―Nos vemos más tarde en el trabajo.

No recibió respuesta, así que lo tomó como alguna afirmación.

Toparse con Nico fue de las cosas más desagradables que le habían sucedido en lo que iba del día. Aunque afortunadamente, el alemán no notó su presencia, pues estaba muy ocupado hablando por teléfono.

―Lewis, necesitamos hablar.―Mencionó azotando la puerta de su habitación.―Es en serio, anda.

Te he dicho que no necesito nada de ti, Nico.

―Es porque aún no dejamos las cosas en claro lewis, de verdad.

No tenías por qué decirle eso a mick.―El británico sonaba molesto.

Y Nico sólo soltó un suspiro y acarició su cien, todo este tema con mick ya lo tenía cansado.

―Mick esto, mick aquello.―Respondió con su voz entrecortada.―Ya estoy cansado lewis, siempre es lo mismo, no sale de tu boca ninguna oración que no lleve ese nombre de por medio.

Porque me gusta, rosberg.―El silencio por parte de Nico hizo que lewis soltara un suspiro.―Gracias, fuiste una hermosa experiencia.

El moreno terminó aquella llamada iniciada por el alemán, mientras que este sólo se quedó en silencio.

―Tú lo fuiste todo.―Susurró soltando un sollozo.

Digamos que las cosas no iban bien para los hermanos, pues logan se tomó un largo y cálido baño mientras meditaba las cosas.

―Estúpido lance y estúpida marilou.―Mencionó apagando la regadera.

El aroma a manzanilla sobre su piel estaba fresco, al igual que el de su cabello húmedo.

―Cómo se atreve, es un desgraciado.―Suspiró colocándose su uniforme, para después tratar de secar su cabello.

Terminó de ponerse el uniforme y de secar su cabello, para después observar por la ventana, el día estaba nublado.

―Me voy.―Mencionó en voz alta bajando las escaleras, no necesitaba una burla de Nico en esos momentos.

Salió de la casa lo más rápido que pudo, necesitaba pensar las cosas fríamente, así que decidió caminar.

Y su humor empeoró cuando al ir a mediados de su recorrido las gotas de lluvia comenzaron a humedecer el pavimento y su cabello, se había esforzado en secarlo; soltando un bufido, tomó su bolso para colocárselo en la cabeza, sólo quería llegar a la cafetería y tomar un buen té caliente.

―Es que no puede ir peor mi día.―Mencionó apresurando su paso, pues la lluvia comenzaba a ser más fuerte.

Y de pronto la calle estaba casi inundada, era un mal día para llevar converse blancos, pero tenía que cruzar, de otro modo no llegaría.

Resignándose y aceptando su destino, cruzó la calle pero un auto pasó a rápida velocidad, provocando que toda su ropa se empapara.

―¡carajo!―Maldijo sacudiendo su ropa, como si eso fuese a revertir todo.

Debió de llevar su sombrilla pero no creyó que comenzara a llover de la nada, y no era una lluvia cualquiera, los truenos comenzaban a ser cada vez más seguidos y comenzaba a sentir frío, genial, una tormenta y él en camino a su trabajo, sólo esperaba que Mark entendiera su situación.

Ahora caminaba por las calles, completamente mojado y sin intenciones de esconderse bajo su bolso, también estaba completamente mojado, ahora agradecía haber hecho caso a George cuando le dijo que siempre pusiera su cartera y teléfono en una bolsa ziploc.

El chico del apartamento 512 (chestappen's version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora