17

2.4K 382 111
                                    

―Luce muy bonito.―Max mencionó cargando a Patricio.―Bonito, bonito.

El infante soltó una risita cuando Max picó su nariz.

―Carlos ya no tarda.

―¿Carlos irá?―El holandés mencionó sentando al pequeño en una de sus piernas.

―Síp, irá con nosotros porque lando también debe de ir a pedir dulces, además charles no se siente muy bien.

Max asintió y dejó un beso sobre los labios de Sergio.―Entiendo, ¿en México también salen a pedir dulces disfrazados?

―Síp, y después se pone el altar para nuestros difuntos.

―¿Altar?

―Si, es una tradición muy bonita que tenemos, todos los años se pone una ofrenda, comida o algo que le gustaba mucho a nuestro fallecido, veladoras, su foto y no pueden faltar las flores de cempasúchil, los pétalos de estas pueden ayudar al difunto a cruzar desde el mictlán.

―¿Cepsuchl?

―Cempasúchil.

―Oh, eso es difícil de pronunciar Sergio.

El mexicano soltó una risita.―Si quieres me puedes ayudar a poner el altar, Carlos me prometió que pondríamos uno y ahí estaría mi papá.

―Me encantaría.―Max mencionó dejando un pequeño beso en los labios de Sergio.

―Madre mía, más respeto por Dios.―Carlos sostenía una pañalera en su hombro mientras que en la cangurera lando descansaba con un disfraz de calabaza, al igual que pato.―Vamos a pedir dulces.

Los dos chicos salieron tras Carlos, y fue una tarde-noche agradable, las personas a cada rato chuleaban a lando y pato, mientras que sus calabacitas estaban llenas de golosinas y chocolates.

―Vale, ha sido una buena noche.―Mencionó Carlos una vez que salieron de casa de Fernando.

―Carlos.―El mexicano trató de llamar la atención del español que iba caminando rápido, precisamente para evitar la pregunta de Sergio.―¿Max puede quedarse a dormir?

―Tienes que preguntarle a charles.

―Vale, vamos Max, hagamos pijamada.

Sergio caminó contento de la mano de Max hacia el apartamento, este último sostenía a Patricio dormido entre sus brazos.

―Bien, hemos llegado.―Carlos mencionó abriendo la puerta, y Sergio fue recibido por un aroma bastante peculiar y familiar.

Flores de cempasúchil.

―Le dije a charles que debíamos de conseguirlas.―El español mencionó con una sonrisa en su rostro.―Hagamos el altar para tus familiares checo, deben de estar ansiosos de verte y ver qué tanto ha crecido Patricio, estoy seguro de que están esperando con ansias cruzar el puente de pétalos de cempasúchil.

Los ojos de Sergio se aguardaron, se sentía como en México, entonces recordó todas aquellas veces en las que su tía junto a su papá armaron altares, y en estos, hasta arriba estaba su mami.

―Gracias.―Susurró acercándose a una de las flores para acariciarla y aspirar su aroma.

―Oh, bebito.―Charles se acercó hasta el mexicano, y al notar que estaba llorando acarició su cabello y le dirigió una mala mirada a Carlos.―Qué le hiciste Carlos Sainz Vázquez de Castro Cenamor Rincón Rebollo Birto Moreno de Aranda de Anteruriaga Tiapera Deltún.

―No le hice nada, de hecho Max puede confirmarlo.―El español se puso nervioso y empujó un poco al holandés para que testificara a su favor.

―N-no le hizo nada...yo...iré a dejar a Patricio a la habitación de Sergio.―El holandés se apresuró a decir.―Con permiso.

El chico del apartamento 512 (chestappen's version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora