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―¿Por qué siempre tenemos que pelear?―El canadiense cuestionó al rubio.

En los últimos días, cuando trataban de hablar sobre el tema terminaban peleando.

―Porque siempre que digo algo sobre esa mujer vienes y te pones como una fiera.

―Te he explicado una y mil veces que somos amigos, no hay nada de por medio.

Aquello se sintió como una punzada en el corazón del estadounidense, Lance llevaba comportándose como un animal cada que el rubio trataba de pedirle explicaciones sobre la relación que parecía llevar con esa linda chica.

―No sabía que los amigos se dicen "te amo" y mucho menos que salen a citas en un plan romántico.

―Pues hasta donde yo tengo entendido, es lo que tú y yo hacíamos.―El canadiense mencionó, mordiendo su lengua inmediatamente.―Lo siento Logan, no quise decir eso, es sólo que a veces siento que, no lo sé...todo sería más fácil si fueses una mujer.

El rubio sintió como tomaron su corazón y lo estrujaron para después tirarlo al piso y pisotearlo.

―Tienes razón.―Sonrió, limpiando cualquier indicio de llanto que quisiese escapar de sus ojos.

Tal vez era su karma por disfrutar del sufrimiento de Nico cuando lewis lo rechazó, más el gusto no le duró porque a la semana el moreno estaba saliendo de la habitación de su hermano.

―Logan, no quise lastimarte.―El canadiense lucía arrepentido de sus palabras, después de todo lo que menos quería era que el estadounidense estuviera llorando a causa suya, pero su situación no le dejaba otra opción.

―No te preocupes.―Sonrió, con sus ojos cristalinos siendo iluminados por las luces de afuera de la cafetería.

Y aquello lance pudo notarlo, logan era precioso, pero verlo así le incitaba a abrazarlo y no soltarlo jamás; más no lo haría, por el bien de ambos.

―Bueno, tengo que ir a cuidar de George.―El estadounidense mencionó adentrándose en la cafetería, y más que ir a supervisar a George, se fue directamente hasta la bodega, encerrándose ahí para poder respirar un poco.

Jamás esperó que lo rechazaran, mucho menos si venía de lance, lo esperaba de todo el mundo menos del canadiense.

Llegando la hora de cerrar el establecimiento, el estadounidense se ofreció a hacerlo, tampoco quería llegar a su hogar, no es que tuviera una mala vida, solamente se sentía tan solo que no quería llegar y ver a Nico mangonear a Lewis, a decir verdad, logan tenía miedo de terminar como el moreno.

Sus papás no eran problema, de hecho ambos eran bastante cariñosos con él, pero no se encontraban en casa, tuvieron que salir debido a un viaje de negocio y fue el adorado hermano de logan quien se quedó a cargo de la casa.

―Vaya día.―Sorbió su nariz y se acercó para dar vuelta al cartel de abierto, sólo para indicar que estaba cerrado.

Y justo cuando estaba quitando su delantal, la campana del lugar sonó, indicándole que habían nuevos clientes; logan dirigió su mirada hacia la entrada, encontrándose con un chico.

―¡Hola!.―El chico se veía alto, de cabellos rubios y piel canela, Logan le veía curioso, entonces fue cuando se percató de que el chico no estaba solo, una joven más baja que él, con rasgos asiáticos y una sonrisa amigable le acompañaba.

―¿Necesitan algo?―Preguntó el estadounidense con una sonrisa amable, ocultando cualquier rastro de lágrimas detrás de ella.

―Te dije que estaba cerrado, el chico ya no tiene su delantal.―La joven mencionó apenada.

El chico del apartamento 512 (chestappen's version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora