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―¡Abre la puerta Max Emilian Verstappen!―Carlos tocaba la puerta desesperado mientras movía la manija de esta.

―No.―Respondió el holandés aferrándose a la puerta a su espalda, mientras ejercía presión para que, en dado caso de que el español la abriera, al menos le costara abrirla completamente.

Carlos soltó un bufido, deteniendo los movimientos de la manija por unos instantes y provocando que Max soltara un suspiro de alivio, el cual no le duró ni unos minutos, pues el español en cuestión de segundos volvió a mover la manija de la puerta provocando que el holandés soltara un grito agudo.

―Carlos, yo creo que lo mejor es esperar a que Max se canse para poder abrir la puerta.―Daniel mencionó cruzándose de brazos.

―No lo escuches maxie, Daniel es un menso.―Mick mencionó en voz alta a lo que el holandés respondió con un "ok".

―C-Carlos no fue culpa de Max.―Sergio mencionó agitado, llegando hasta el español siendo acompañado de Arthur.―Sólo nos besamos y así.

―¿Así?―Carlos preguntó observando al mexicano.―¿a qué te refieres con "así"?

Al mexicano se le pusieron rojas las orejas y Max sintió como su presión casi se subía hasta el cielo.

―Pues tú sabes, cositas pequeñitas.―Mencionó en un susurro, mientras que Carlos le veía fijamente.―Pues nomás, nomás fueron besitos...y nomás nos manoseamos poquito.―Lo último lo mencionó en un susurro.

Y al español casi se le iba la boca de lado.―¿que ustedes qué?―Ahora la insistencia con la que movía la manija era mayor.―¡MÁS TE VALE NO HABERLE PUESTO UNA MANO ENCIMA A MI HIJO, EMILIAN! ¡MIRALE LA CARA! ¡ES UN NIÑO AÚN Y TÚ ESTÁS HACIENDO COSAS QUE NO LE GUSTAN!

Sergio pasó saliva mientras sonreía nervioso.

―¡Pero si me dijo que le gustó!―Se defendió el holandés al otro lado de la puerta, aferrado a ella.

―¡Pero nomás nos tocamos poquito Carlos!―El mexicano mencionó con la cara completamente roja.

―¡ABRE LA MALDITA PUERTA!

―No.

―¡MAX EMILIAN VERSTAPPEN VAS A ABRIR LA PUERTA PORQUE LA VAS A ABRIR!

―¡no!

―Cincuenta dólares a que Carlos abre la puerta.―Daniel mencionó hacia Arthur.

―Cincuenta a que Max se desmaya antes de que Carlos lo golpee.―El monegasco respondió dándole la mano al australiano.

Mientras que a Sergio se le caía la cara de vergüenza y Max se aferraba a la puerta, mick sonrió al escuchar la conversación de los dos chicos atrás de él.―Cincuenta dólares a que charles interviene.

―Trato.―Respondieron los dos al unísono.

Unos segundos fueron suficientes para que los golpes en la puerta cesaran, sólo porque charles se acercaba a paso rápido directo hasta su esposo, cargando a lando en uno de sus brazos y en el otro a Patricio, mientras llevaba su pijama y unas evidentes ojeras.

Charles estaba de mal humor.

―¿Qué está pasando aquí?―Preguntó una vez que estuvo frente al español, que pasó saliva y comenzó a balbucear tonterías.

―¿Siempre le ha tenido miedo a charles?―Daniel preguntó entregándole los cincuenta dólares a mick que los recibía gustoso.

―Desde que lo conozco siempre ha sido así con él.―Arthur mencionó entregándole de igual manera el dinero al rubio.

El chico del apartamento 512 (chestappen's version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora