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El frío de la mañana hizo que Sergio se removiera en la cama, buscando los brazos y el calor de Max, dándose cuenta de que el holandés no estaba en la cama.

―¿Max?―El mexicano susurró sentándose en la cama, apoyándose en el respaldo de esta y soltando un quejido debido al dolor en su espalda.

Observó toda la habitación, pero no había rastro del holandés, de cierta forma, se sentía solo.

Suspiró volviendo a recostarse en la cama, deseando que el holandés aún lo estuviera abrazando, pero al parecer había salido muy temprano.

El sol comenzaba a pasarse por la ventana, provocando que los rayos de sol iluminaran parte de la piel morena del mexicano.

La puerta de la habitación fue abierta, dejando ver a Max con Patricio en uno de sus brazos, el holandés al ver que el mexicano estaba despierto sonrió.

―Oh, despertaste.

―¿dónde estabas?―Preguntó con intenciones de levantarse de la cama, soltando un quejido.

―Oh, no, no te levantes cielo.―Max mencionó acercándose al más bajo para dejar un beso en su frente.―Fui por pato, no quise despertarte porque te veías muy cómodo y bonito mientras dormías.

Sonrió, colocando su mano libre sobre la frente del mexicano.

―¿Cómo te sientes?

Las mejillas de Sergio ardieron en calor, y Max soltó una pequeña risita al igual que Patricio.

―Bueno, prepararé la tina para que te des un baño calientito. Por cierto.―Hizo una pausa.―Charles dijo que bajes a desayunar, además quieren ir a la playa.

―Uhm.

―No te preocupes, puedes estar sentado en uno de los camastros junto a pato.

El holandés mencionó, sentando al infante al costado del mexicano.

―Iré a preparar el baño, necesitas relajarte.

Una vez que dijo aquello, se adentró al baño para comenzar a preparar la tina con agua calientita y un poco de aromatizante a lavanda y lechuga, había leído que esos aromas eran buenos para que las personas se relajaran.

Tras unos minutos, salió del baño, sólo para acercarse al mexicano y tomarlo entre sus brazos, con delicadeza y sin lastimarlo.

―Max, no soy de cristal.―Mencionó una vez que el holandés lo dejó en la tina de baño.

―Cuando se trata de ti no puedo evitar ser delicado.―Sonrió.―Bueno, toma todo el tiempo que necesites, iré a cuidar a pato, pero no tardes mucho o Daniel vendrá por nosotros.

Mencionó aquello saliendo del baño, dejando solo al mexicano.

―Papá.―Patricio soltó una risita en cuanto el holandés hizo "brr" en su cuello y comenzó a jugar con él.

Después de unos minutos en los que Max jugaba con Patricio, Sergio había terminado de ducharse y cuando ambos bajaron a desayunar se encontraron con la noticia de que el viaje a la playa había sido cancelado, Sergio realmente se sintió aliviado.

―Mañana iremos por tus documentos checo, y probablemente nos regresamos a Los Ángeles en ese mismo instante.―Carlos mencionó tomando un poco de agua.

Sergio sonrió asintiendo y dejando un beso en la mejilla de Patricio.

―No me siento muy bien.―Susurró el mexicano hacia el holandés, quien sin dudarlo acarició su cabello.

―Debes de descansar un poco más.―Respondió y tomó a Patricio entre sus brazos.―Nosotros nos retiramos, Sergio quiere dormir un poco y yo estoy exhausto por el viaje.

El chico del apartamento 512 (chestappen's version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora