Mick soltó un suspiro al escuchar todo el ruido afuera del apartamento, tomó su teléfono para ver la hora, eran alrededor de las tres de la mañana, y como era de esperarse habían unas cuantas llamadas perdidas de lewis y mensajes de Nico en donde le agradecía por alejarse de su novio de buena manera.
Se alertó al escuchar los gritos pero lo que más le alertó fue que al intentar moverse unos brazos en su cintura se lo impidieron.
Y al ver el rostro de la persona que se trataba su corazón comenzó a enloquecer.
El monegasco lucía tranquilo, soltando uno que otro suspiró cada cierto tiempo, mientras dormía. A mick no le hubiese molestado volver a dormir junto a él pero no podía hacerlo, no después de escuchar todo el escándalo.
―Arthur.―Susurró el rubio hacia el monegasco, que decidió abrazarlo con más intensidad y atraerlo a su cuerpo, que por cierto estaba calientito.
―Cinco minutos más.
Era como Daniel.
―Arthur, algo está sucediendo.
El monegasco sólo jadeó acomodándose contra el rubio.―Sí mick, si me gustas, me gustas mucho.―Respondió entre jadeos, parecía estar bastante dormido.
El rubio se sonrojó hasta las orejas y con nerviosismo se acercó hasta el oído del más alto.―¡ARTHUR!
El monegasco soltó el cuerpo del más bajo en cuanto esté gritó en su oído, y de tanta sorpresa se fue directo al suelo.
―¿Qué pasa?―Respondió agitado levantándose.
―Hay mucho ruido afuera, tenemos que ir a ver, además Daniel no ha llegado.
El monegasco asintió, colocándose su suéter y escondiendo a mick atrás de él.
Aunque los dos gritaron al unísono al escuchar quejidos desde un rincón, y lo que parecía ser un fantasma también gritó de manera aguda.
―¿qué pasa? ¿Por qué gritamos?―Daniel preguntó levantándose como resorte para esconderse detrás de mick.
El australiano pasó de tener un traje de tomate a llevar un tutú, la pintura de su cara toda corrida, además su cabello estaba bastante despeinado y no había rastro de su ropa ni de uno de sus zapatos, mick pudo deducir que la fiesta estuvo bastante buena por el aroma a alcohol que emanaba Daniel.
―Nada, lo que pasa es que hay mucho ruido afuera.―Mick mencionó.―Arthur, ¿sucede algo?
―Es charles.―Respondió el monegasco apresurándose a abrir la puerta principal.―Está llorando.
Mick se preocupó y Daniel igual, aunque a este último no podían tomarlo enserio por su aspecto.
―¡CARLOS! ¡CARLOS NO DEJES QUE SE LO LLEVEN!―El monegasco lloraba mientras era sostenido por su esposo, pues trataba de ir tras Sergio.
El mexicano lucía asustado, sólo abrazaba a Patricio y trataba de protegerlo con su cuerpo mientras que los policías lo tomaban del brazo.
―¿Qué sucede?―Arthur preguntó acercándose con rapidez a su hermano.
―Estábamos tranquilos, hacia algunas horas habíamos terminado de poner un altar, Sergio y Max estaban viendo una película y de la nada tocaron la puerta, charles y yo aún estábamos despiertos, no pensamos que detrás de la puerta estaría un oficial de policía preguntando por Sergio.―Respondió el español.―Venían con una orden de deportación.
Mick pudo ver a su hermano hablar con un oficial, desesperado, a tal punto que parecía querer llorar.
―¡Checo!―Charles lloraba desesperado, tratando de soltarse del agarre que Carlos mantenía, evitando que fuese hacia el mexicano.―¡Suéltame! ¡Carlos suéltame! ¡¿Acaso no lo vez?! ¡Está sufriendo Carlos! ¡Está asustado!―Como si se tratara de un niño, charles hacía ademanes con su mano hacia el mexicano, como si eso fuese suficiente para que lo dejaran y regresara a casa con ellos.
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El chico del apartamento 512 (chestappen's version)
FanfictionSergio no puede evitar emocionarse al pasar frente aquella puerta con el número 512 grabado en ella, esperando ver al chico que hace su pobre corazón saltar.