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Narcissa subió hacia la habitacion de su hijo, no habia bajado en toda la mañana y le preocupaba que no apareciera; despues de todo, Naruto tendría que estar presente en todas las reuniones que organizara el mago tenebroso.

Toco suavemente la puerta, sin embargo, nadie respondió; abrió lentamente la puerta siendo cegada por la oscuridad. Recordaba que a Naruto le gustaba la luz entrar por sus ventanas, pero ahora solo habia frio y oscuridad en aquel lugar.

Naruto. — Lo llamo con suavidad.

Escucho varias botellas caer en el armario de su hijo, con preocupación siguió hacia la pequeña habitación. Silenciosamente abrió la segunda puerta, encontrándose varias botellas de licor regadas desde la entrada.

—¿Madre? — Balbuceo con una botella en su mano.

—¿Qué haces? — Pregunto con el ceño fruncido. — ¿Estas tomando? — Cuestiono mientras se acercaba y le quitaba la botella.

Naruto solo suspiro desordenando sus cabellos, tomo su varita y la agito suavemente; entonces todo poco a poco empezó a acomodarse. No esperaba que su madre lo encontrara asi, pero se sentia mal que lo viera en tal estado.

—¿Necesitan de mi presencia? — Pregunto mientras se levantaba y acomodaba su ropa, camino tambaleándose directo a su cama y espero a que su madre lo siguiera.

—¿Necesitas hablar?

—Solo necesito tiempo a solas. — Murmuro dejándose caer en el cómodo colchón. — Pronto tendré que salir. — Confeso con una mueca.

—Pero no has bajado, el no te ha dado nada.

—No es necesario que baje para recibir una misión, madre. — Aseguro con desagrado. — Para eso esta mi padre, el puede subir a decirme lo que el señor tenebroso quiere que haga. — Suspiro en satisfacción al sentir los suaves dedos de Narcissa en su cabello. — Habia olvidado estos momentos. 

—Aquí estoy.

—Lo se, aquí te siento; madre. — Murmuro sonriendo levemente.

Narcissa observo como su hijo cerraba sus ojos mientras le dedicaba mimos, nunca lo habia visto tomar y para ella era preocupante; Naruto era el típico chico que se restringía de cosas para tener une mente despejada. Además, podía notar fácilmente las ojeras debajo de sus ojos, el nulo brillo que sus ojos expulsaban y de su ya desinteresada forma de prestarle atención a las cosas o al entorno que lo rodeaba.

Esperaba que pudiera desahogarse con ella, que le contara las cosas. El habia dejado de recurrir a ella. Lo espero luego de enterarse que el habia matado a Dumbledore, pero el se habia encerrado en su cuarto y no habia salido. Se encerró el mismo, sin decir algo mas.

El ya no era el mismo.

—¿Estoy haciendo bien al proteger a Draco?

Narcissa tarareo. — Has sido un gran hermano para el, de eso no hay duda y tu padre y yo sabemos que el esta por encima de nosotros; lo sabemos y lo entendemos. — Murmuro con una sonrisa materna. — Si nosotros no podremos protegerlo, no nos sentimos tan mal de dejarlo desprotegido porque sabemos que tu harás lo posible por alejarlo del peligro. — Deposito un beso sobre la frente de su hijo. — Puede que Draco lo vea muy exagerado, pero solo es un sentimiento de protección que tienes sobre el. Eventualmente tendrá que saber de lo que lo rodea.

—Entonces tengo que dejarlo experimentar.

—Si. — Murmuro. — A veces tenemos que saber el riesgo de las cosas por nuestra cuenta. — Aseguro con una mueca. 

Naruto MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora