Naruto Malfoy

5

—¿Te gustan? Los vi en el Callejón Diagon y pensé que te gustarían. — Murmuro con una sonrisa.

—A Dobby le gusta, pero el amo no tenia porque comprarle ropa a Dobby

Naruto soltó el humo de su cigarrillo mientras negaba suavemente. — Tómalo como un regalo. — Concedió.

—Dobby no puede aceptarlo, Dobby no ha trabajado para ganársela.

Naruto rodo sus ojos despegándose del árbol y agachándose e incitando al elfo a acercarse. — ¿Por que es difícil que lo aceptes? — Se pregunto. — Mira, aremos esto para que sientas que ya te lo ganaste. — Realizo una mueca mientras pensaba. — Cuando todo acabe tienes que ser amigo de los hijos de mi hermano, los cuidaras como lo cuidaste de el. ¿Qué te parece? — Propuso.

Tiro su cigarrillo con diversión al ver que al elfo no le gustaba el olor del humo.

—Dobby acepta el trato.

Naruto asintió satisfecho, hace al menos una semana que habia estado varado en ese lugar sin querer regresar a la mansión porque para el ahora era mas importante el elfo que una estúpida misión.

Incluso habia sentido como Voldemort, quizás lo llamaba por medio de la marca.

Además, planeaba ayudar al trio entrar al banco de Gringotts luego de escuchar que se dirigirían a ese lugar para entrar a la bóveda de su tía, entonces los ayudaría y con eso se divertiría tomar un par de galeones y traspasarlos a su bóveda personal. Sin contar que ganas no le faltaban para ir hacia ella y mandarle un par de Crucios.

Dobby se había recuperado bastante bien a decir verdad. Se rió al ver como el elfo se miraba con aquella nueva ropa. No le habia gustado verlo con el mismo traje. Entonces había comprado un conjunto nuevo para el.

—Harry Potter.

Naruto dejo que el elfo caminara hacia el chico, se fue alejando poco a poco con intensión de tomar otro cigarrillo. Sabia que había estado recurriendo al cigarrillo últimamente y lo hacia con más frecuencia cuando estaba en misiones.

—Queremos entrar a la bóveda de Bellatrix Lestrange.

El rubio alzó una ceja ante la chica. — ¿Y? — Paso su vista de ella a la varita que estaba apuntándole. — ¿Piensas secuestrarme? — Cuestiono en un tono burlón.

—Em, si.

Ron estaba atrás de la castaña en apoyo, ambos observaron al rubio quien parecía sin problemas con que le estaban apuntando con una varita mientras el se dedicaba a encender un nuevo cigarrillo.

—¿Esos son cigarros muggles?

—Si, son muy buenos. — Respondió mientras se concentraba en ellos. — Tu mundo tiene buenas cosas, no hay que negar eso. — Confesó.

—¿Has ido al mundo muggle? Creí — Hermione negó con una mueca. — Creí que te aborrecía tocar ese tipo de suelo. — Dijo con ironía.

—Piensas mal, chica. — Le aseguro entrecerrado sus ojos, le molestaba que lo compararan con sus padres, pero no podía hacer mucho sabiendo que muchos lo hacían. — ¿Entonces cuando piensas ir al banco de Gringotts? — Cuestiono.

—¿Cómo sabes? — Harry pregunto.

—Los escuché.

Naruto se divirtió de las miradas de los tres, era obvio que ellos pensaron que no los había escuchado, pero el tenía buen oído para escuchar los susurros y murmullos, y ellos no eran muy discretos que digamos.

Tarareo mientras movía su cabeza, se rió al ver a Dobby en una de las ramas del árbol que estaba arriba suyo todavía admirando su nueva ropa. Incluso habia comprado un traje para Kreacher, el elfo que era sirviente de la casa Black y que había sido presentado por Sirius cuando lo habían necesitado cuando todavía estaban viviendo aquellas falsas vidas.

—Los ayudare a entrar a la bóveda de mi tía, pero a cambio quiero una cosa.

Harry lo observo con ojos calculadores, preguntándose que querría el rubio de ellos. — ¿Qué sería eso? — Cuestionó con sus ojos verdes viéndolos.

—Cuando todo acabe y si es que ganas, no quiero que mi hermano sea juzgado ante el ministerio como alguien malo. Ayúdalo y yo te ayudare. — Propuso soltando el humo de su cigarrillo.

—¿Qué hay de ti? — Hermione preguntó.

—¿Yo? Solo busco que mi hermano tenga una buena vida, después de todo no se si estaré para el toda la vida. — Levanto sus hombros restándole importancia de sí estaba o no. — ¿Qué dices? — Murmuro.

—Harry, es un mortifago.

—¿Cómo estás seguro?

Ron lo observo indiferente. — Pruébalo, muéstranos tu brazo. — Ordeno.

Naruto se rió entre dientes con el cigarrillo en sus labios, sintió el ligero toque en su brazo encontrándose con los ojos impregnados de curiosidad del elfo. — ¿Amo Naruto? — Musito.

—No creí que dependías de las palabras de alguien mas, Potter. — Dijo con desagrado. Pero aun así, pasó su mano sobre su brazo lanzando un hechizo sobre el mismo para luego levantar la manga de su camisa; repitió el mismo proceso en su otro antebrazo. — ¿Feliz? — Pregunto. — ¿O también vas a preguntar por la aceptación de esto a tus amigos? — Se rio de la cara del pelinegro.

—Pudo esconderla.

Harry hizo una mueca. — El no tiene la marca. — Dijo hacia Ron, desde luego que Naruto les habia mostrado sus brazos libres de cualquier cosa.

—¿Entonces?

—Queremos irnos hoy.

Naruto asintió en comprensión, tarareo examinándolos. — ¿Piensan ir así? — Pregunto con curiosidad.

Hermione negó, ella había estado preparando unas pociones para entrar al banco. — Tenemos pociones. — Expreso.

—Bien, bien.

Naruto se giro mirando a Dobby, no esperaba que el los acompañara y en cambio, le tenía una orden. — ¿Puedes buscar a Kreacher y darle eso? — Cuestionó.

—Dobby puede hacerlo, Dobby le entregaran el paquete a Kreacher que el amo le envía.

Naruto asintió satisfecho. — Ve, entonces. — Ordeno.

Entonces el elfo chasqueo sus dedos y desapareció de aquel lugar, Naruto se encamino hacia su tienda para cambiarse de ropa y estar más formalmente.

(...)

Naruto observo las espaldas del trio, cada uno parecía que habian olvidado que el los estaba acompañando; no los podía culpar. El iba hasta atrás dejando que ellos lideraran el camino, los pasillos estaban oscuros y solo eran iluminados por unas pequeñas antorchas que solo brindaban una tenue luz.

Estaba seguro que una vez tuvieran la bóveda abierta el los dejaría y se iría, ya les habia ayudado a pesar de estar retrasándose para llegar a la mansión Malfoy. 

—La bóveda esta abierta, es hasta aquí donde los puedo acompañar. — Murmuro recostado en la entrada, jugando con su encendedor. 

—¿Tienes que irte ya? — Harry cuestiono caminando hasta el.

—Es hasta donde les dije que los acompañaría, ya cumplí la parte de mi trato. — Observo los ojos verdes del chico, tan parecidos al verde de la maldición asesina. — Asi que espero que puedas cumplir tu trato. — Dijo.

Entonces se dio la vuelta y empezó a caminar directo a la salida, no esperaria estar mas en ese lugar. Entonces mientras avanzaba desapareció sin parecer que el hubiera estado ahi.