10.

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Caminé casi temblando hasta la puerta del restaurante, mi hermana me las pagaría muy caro por ello.

- ¿Tiene reservación, señora?

Realmente me ofendí, digo, me había llamado señora. Con tan solo 16 años. Y casi tres meses de embarazo.

- No, solo vengó a dejarle un mensaje de su esposa a... aquél señor -Señale a Sean, mi cuñado.
- Pasé, tenga cuidado, los pasillos entre las sillas son muy estrechos.

Aparte de señora, gorda. Seguí mi camino con la poca dignidad que me quedaba y me puse detrás del jefe y la súper modelo, para que sólo me viera Sean. Sus ojos se abrieron de golpe y antes de que dijera algo hice unas exageradas señas hacía la ventana. Puso cara de extrañado, pero comprendió cuando se giró "disimulada mente" a la ventana, encontrándose con su esposa y la madre de su hija realmente enojada. Mientras esa tal Chelsea o no recuerdo su nombre, seguía hablando, Sean me dijo a señas que me retirará para no meterme en más problemas, su jefe lo miró y este rápidamente se puso serio, mostrando una amable sonrisa. Casi me muero de la risa y salí con éxito del restaurante caminando hasta mi hermana.

- No te esta engañando, el es su jefe y no un sacerdote que va a casar a Sean con Chelsea Stirling.
- Sterming -Corrigió Jeniffer.
- Sterling -Corrigió una voz de hombre alterna a nuestras espaldas. Saltamos asustadas para verlo y ahí estaba mi cuñado con los brazos cruzados- ¿Se puede saber que están haciendo aquí?

No conteste.

- Averiguando si me engañas -Lo apuntó con un dedo y pico su pecho con este- Me dijiste que saldrias a comer con una empresaria, pero no me dijiste que tenía cuerpo de Behati Prinsloo.
- ¿Enserio quieres que vaya por el mundo diciéndote que tipo de cuerpo tienen mis clientas?
- Sólo cuando se tratan de modelos de Victoria Secrets -Se cruzó de brazos mi hermana, realmente molesta por... nada. Sorbí de mi bebida azul y camine de lado izquierdo.

- Creo que me iré...- Dije.
- ¡No! -Jeniffer y Sean dijeron al unisonó, mirándose fijamente molestos el uno con el otro. Regresé a mi lugar sin rechistar.
- Ok, ok, me regresó.
- ¿Qué pasa aquí? -Dijo el jefe de Sean, apareciendo en la escena y miró a mi cuñado- Tenemos que regresar, Chelsea esta preguntando por ti.

Miré a mi hermana, supe que ese comentario no le iba a caer también.

- Si, vuelvo en un segundo -Le dediqué una sonrisa incómoda al señor de mi lado, que presenciaba también la pelea matrimonial como yo, pero cuando el piso se me movió completo quise que Jeniffer dejará de reclamarle de que agencia de modelaje venía la pobre mujer que sólo trabaja. Las náuseas se venían venir.

- No me sorprende que comas con ese tipo de chicas.
- No lo hago por gusto, lo hago por trabajo. ¿por que no lo entiendes?
- Si, ¿por qué no lo entiendes? -Le dije a Jen, recargandome en una banca.

- Enserio, Sean, hay que irnos -Comentó su jefe molesto por la perdida de tiempo. Sentí que lo peor se avecinaba.
- Si, Sean. Creó que es mejor que te vayas -Puse mis manos en los hombros de Sean, tratando de que pasará por desapercibido mi mal estado.

Pero todo se salió de control cuando la rubia apareció también, confundida del por que tardaban tanto, haciendo acto de presencia en la pelea, ella y su asqueroso perfume.

- ¿Sean? ¿Sr. Walter? ¿Qué sucede?
- No... Lo... Llames... Sean...

¡No, No, Arabella, por favor! Me incline hacía abajo, tirando mi bebida y vomitando justo en los pies de la súper modelo, sentí unas irreprimibles ganas de llorar, incluso lloriqueando mencioné el nombre de Shawn y cuando odiaba las peleas matrimoniales.

SOLO 16. | s.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora