Arabella Mendes.

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- Dylan...
- Enserio madre, ¿qué es lo que más le gusta a las chicas? ¿Las rosas o los chocolates?
- Dylan, por favor...
- ¡Estoy hablando enserio!

Yo sabía que a mi hijo le iba a pasar algo así, pero no pensé que tan pronto. Me imaginaba a un Dylan de treinta y dos años tocando a mi puerta diciendo "Creo qué me enamoré de la chica de mi trabajo. Pero esta casada" o algo así, sin embargo, Dylan había elegido a la peor chica para enamorarse. Danielle no tenía nada de malo, era muy bonita, inteligente y sobre todo muy amable, era inocente, casi tenía la misma edad que Cecilia. ¿En qué estaba pensando Dylan al enamorarse de ella? No tenían nada que ver, además... Ella era hija de Taylor Caniff. Nos estábamos metiendo en terrenos muy peligrosos.

- Alejate de Dani, por favor. ¡Es como si salieras con Cecilia!
- Ugh, no -Shawn fijo su mirada en la pequeña a su lado que desayunaba unos waffles- Es como si besara a Toby, el chico que tiene asma. Incluso sería mucho mejor.
- Claro qué no -Se defendió Dylan, se cruzó de brazos- Al menos yo no le hago...-Y comenzó a hacer una extraña respiración.

- ¿En serió le hace así? -Preguntó Shawn sorprendido. Noah asintió mientras ponía pedazos de fresas encima de sus waffles.
- Cuando tiene una crisis le hace... - Y Noah le hizo mucho peor.
- ¡No, no es verdad! Eso es cuando corre, en realidad es... - Y Cecilia parecía qué se estaba ahogando, miré a mi familia haciendo sonidos extraños con la nariz y la garganta, mientras su padre los veía sorprendidos, como si fuera lo más normal del mundo. Definitivamente los Mendes eramos extraños.

- ¡Basta! - Pararon los tres. Giré mi mirada a Dylan, que ahora jugaba con su celular entre sus manos- Dylan, sabes que Taylor no te va a querer para Danielle, tienes que ganartelo y se que no lo vas a lograr. Por que...
- ¿Soy un mujeriego?
- Sonaba mejor social, pero si, eres un mujeriego.
- ¡De verdad puedo ganarmelo!

Shawn, Cecilia y Noah se miraron entré si, todos negamos, inclusive yo.

- No pierdas tu tiempo, ahí esta la hija adoptiva de Johnson ¿no es bonita? -Sugirió Shawn.
- Papá. Es hombre.
- ¿Qué?
- La que tiene la hija adoptiva es Gilinsky, por favor, Shawn. Actualizate.

El se quedó aun más confundido.

- ¿Entonces mande el regalo equivocado? ¿Por qué le mande un vestido al hijo de Johnson entonces?

Noah se río, comiendo en silencio.

- Mira. Dylan -Regresé a la plática, ignorando las sandeses de los demás- Ya te dije qué no vas a salir con Danielle y ya.
- Esta tarde nos vamos a ver en la pista de patinaje.
- Me lleva la...
- Y le dijo a Taylor que iba a salir con una amiga.
- ¿Pero...?
- Y en realidad va a ir conmigo. Así que ni vayan a decir nada.
- Hijo de...

Pasé mis manos por mi rostro. Quizá solo era un capricho más de Dylan, sin embargo, no estaría dispuesta a que Taylor lo arrollará frente a mi casa con su Ferrari. Alessandro sonrió, beso mi mejilla y despidiéndose de todos salió de casa. Shawn me miró.

- ¿Por qué no le damos una oportunidad?
- Por qué darle una oportunidad sería: Aquí esta Danielle, con un cuerpo de dieciocho y Netflix al fondo.
- ¡Ah! Mamá, papá dijo que te preguntara. ¿Qué es Netflix and chill?

Abrí los ojos sorprendía. Noah dejo de comer al instante, se levantó de golpe y le dijo a su hermana menor.

- Por favor, Ceci, deja de preguntar esas cosas. Tenemos que ir a la escuela, adiós papás.

Se fueron a lavar los dientes, tomaron sus mochilas y se despidieron.

- Shawn Mendes...
- Arabella Mendes, te quiero.

Rodeé los ojos.

- Tu los malcrias.
- Perdón, pero tengo muy poco tiempo para verlos, tengo que malcriarlos cuatro veces al año.
- Desde ahora serán tres.

Me miró, una sonrisa se extendió por su rostro. Me sonroje al instante.

- ¿Qué me ves?
- Estoy recordando cuando compramos esta casa. Teníamos diecinueve y tu llevabas un short deportivo.
- Ay no -Suspire. Otra vez iba con la historia del short deportivo.

Shawn estaba poniendo el sillón en el centro de la habitación principal, pues Dylan lo había movido a la sala de juegos, mientras yo ponía arriba de la encimera algunas fotografía nuevas. Mi baja estatura no ayudaba mucho, por lo que pararme de puntas era una opción. No me esperaba que Shawn me tomara más abajo de las caderas.

- ¡Shawn! -Lo había regañado aquella mañana, dejo un suave beso en mi nuca.
- Extrañaba tocarte de esta manera -Cuando hablaba así, era una señal de que el tierno y pasivo Shawn se había ido a Canadá de vacaciones y había dejado de suplente al bad boy Peter Mendes. Shawn bajo sus manos un poco más abajo, pero ahora por la parte de enfrente, aunque ya tenía tres hijos, mis hormonas de colegiala flotaban a mi alrededor.
- Shawn... -Susurre, tratando de seguir con mi trabajo de las fotos, pero el estaba dispuesto a llevar esto más lejos que jugar a las manitas calientes.
- Arabella, no puedes decir que no -Gruñó en mi oído, su mano rodeó mi cintura y la otra estaba en... Creo que era obvio- Si te hago esto... -Su brazo me apretó contra su firme cuerpo, haciendo presión "ahí" con su mano, como era de esperarse, mi cuerpo tuvo una reacción muy vergonzosa: gemi. El se río.- Creo que ya sabes lo que iba a decir.

De un segundos al otro ya nos encontrábamos en el sillón, yo encima de él mientras trataba de subir la falda de tubo color café que me había puesto por que según íbamos a ir a desayunar él y yo solos. Pero creó que haríamos algo más que ir a desayunar. Sus dedos rozaban mis piernas como no queriendo, eso hacía que mis rodillas temblaran incontrolable mente. El sonrió, estirándose un poco para besar mi cuello despacio, primero besando, luego lamiendo y subiendo lentamente por el lazo izquierdo de mi cuello deteniéndose detrás de mi oreja. Me tome el tiempo para desabrochar con lentitud los botones de su pantalón, me miraba pidiendo que lo hiciera rápido, pero el había comenzando, así que tenía qué aguantar. Cuando por fin termine de bajar la bragueta, sus brazos me rodearon la cintura y me puso contra el sillón, ahora quedando encima de mi.

- Definitivamente te extraña muchísimo, mi Bella.

Mis bragas terminaron en el suelo, sus boxers estaban a la mitad de sus rodillas y cuando cerré los ojos el estaba entrando en mi, con lentitud, sin prisa, mientras sus manos se apoyaban en el brazo del sillón. Mordi mi labio para no gemir, pero fue imposible cuando Shawn se movió subiendo la intensidad de las embestidas. Su mano izquierda apretó mi cintura, conforme sus caderas y las mías chocaban impares tratando de acoplarse juntas a los movimientos, Shawn era magnífico y yo no podía negarlo. Su rostro era como el de un ángel, el cabello le caía por la frente, cubriéndole el ojo izquierdo y sus mejillas estaban rosadas, sin saltarse que mordía su labio con fuerza. Arque la espalda cuando las embestidas fueron aun más fuertes e incluso profundas, un suave grito salió de mi garganta, haciendo que Shawn gruñera cuando su rostro se escondió en mi cuello, sentía su cálida respiración chocar contra mi piel y eso me hizo estremecer.

Cuando levanté las caderas, para recibir más de él pude escuchar algo que me hizo sentir un cosquilleo en el estómago, su cuerpo tenso sobre el mío, apretó con fuerza el brazo del sillón, empujó un poco más fuerte hacía mi y gimió, muy fuerte, rompiendo el silencio de la habitación.

SOLO 16. | s.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora