Capítulo 3: Conexiones y secretos

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(Kiara)

La noche llegó y, con una mezcla de ansiedad y determinación, intenté una vez más adentrarme en los sueños de mi amada hija. Aparecí en un mundo onírico donde todo parecía irreal, pero al verla allí, la luz de la esperanza se encendió en mi corazón. Lila se acercó a mí, sus ojos brillando con un brillo familiar.

— Mamá, mamá, ¿estás aquí? —preguntó con una mezcla de alegría y sorpresa.

— Sí, mi cielo, estoy aquí contigo. Siempre estaré cerca, pase lo que pase. — La abracé con ternura, sintiendo una oleada de amor y alivio al tenerla cerca.

— No sabes cuánto te extraño, mamá. Hace unas noches soñé contigo y con papá. — Ella sollozó y me abrazó con fuerza.

Mientras acariciaba su cabello, le aseguré: — Nunca te dejaré, Lila. Siempre estaré a tu lado, incluso si estamos separadas.

En ese momento ella pareció sorprendida por mi respuesta, y con ojos llenos de curiosidad, preguntó: — ¿Por qué te fuiste?

— Por ahora, no puedo contártelo, pero debes saber que te amo.

Lila asintió, y después, con una tristeza en su mirada, preguntó: — ¿Qué pasará cuando despierte? No te volveré a ver.

— Cuando puedas, podré visitarte en tus sueños. Siempre estaré allí cuando me necesites —le prometí.

Lila pareció aliviada por mis palabras y luego compartió sus pensamientos conmigo. A través de nuestra conexión en el mundo de los sueños, podía sentir su gratitud y alegría por haber obtenido respuestas sobre su pasado y sobre mí. Era un alivio para ambas saber que estábamos más cerca de entendernos y de encontrar un camino en este mundo misterioso.

Mientras compartía sus pensamientos, Lila expresaba su deseo de contarle a Daiana sobre nuestra conexión en los sueños y sobre la experiencia que acababa de vivir. Sabía que Daiana sería la única en creer en sus relatos, ya que la mayoría de las personas no creían en los sueños de Lila. Sus palabras transmitían la esperanza de que mamá y yo pudiéramos seguir visitándola en sus sueños y compartiendo momentos especiales con ella.

Lila también habló de su deseo de descubrir más sobre su pasado y por qué había llegado a este extraño lugar. Sentía curiosidad y determinación para desentrañar los misterios que rodeaban su existencia y su conexión conmigo en el paraíso. La promesa de que encontraría respuestas y haría algo "mágico" con la información que recopilara llenaba de emoción a ambas.

A medida que escuchaba sus pensamientos, sentía una conexión más profunda con mi hija, una sensación de orgullo por su valentía y determinación para buscar la verdad. Lila era una joven fuerte, y a través de nuestros encuentros en los sueños, podía estar a su lado para apoyarla en su búsqueda.

Mientras contemplaba el futuro, sabía que nuestras vidas seguirían entrelazadas a través de nuestros sueños compartidos, y eso me llenaba de esperanza y alegría. Juntas enfrentaríamos lo que el destino nos deparara, unidas por un amor que trascendía las dimensiones.

— Algún día, quizá podamos tener una conversación real. Pero por ahora, esto es suficiente —respondí, abrazándola más fuerte.

Lila no quería quitarme más tiempo y, antes de que me alejara, insistió en contarme algo importante. Escuché con atención sus palabras, aunque sabía que serían un desafío para ambas.

— Mamá, antes de que te vayas, quiero contarte algo —insistió Lila.

La miré con cariño, dispuesta a escuchar lo que tenía que decir.

Hasta que el cielo nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora