Capítulo 6: El amor duele

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(Lila)

Tres semanas después del baile, encontré a Thompson y Ciro peleando como animales al haber terminado el entrenamiento y antes de que uno de ellos le propiciara una patada que lo llevaría al hospital al otro, aparecí detrás de él y lo taclee y Thompson, estando tirado en el suelo me miró igual que los demás. Me lo llevé a la enfermería e inmediatamente, antes de que la enfermera llegara, me puse a buscar algo que sirviera como gasa y buscando en la habitación había como unas vendas, así que le dije que se sentara en la camilla de la enfermería para colocarle la venda y se la coloqué suave y lentamente en su hombro, pero luego de unos minutos llegó la enfermera y lo curó, vendó y luego lo mandaron a la oficina del director y los suspendieron a ambos.

A la salida del colegio lo acompañé a su casa y antes avisé a mi familia que comería en la casa de Thompson, al llegar a la casa de mi amigo lo llevé a su cuarto a recostarse y se puso a interrogarme, comenzando por su pregunta rara: — ¿Tú me estás salvando de esto? — me preguntó mientras gemía del dolor. Ciro lo había golpeado en el brazo e hizo que se raspara con un poste de luz mal pintado de la cancha, el cual tenía roturas.

— Amigo, sabes que tengo un lado bueno, después de todo para eso estamos los amigos. — dije sonriéndole mientras sostenía sus manos.

— Gracias... nunca pensé que...

— Yo haría esto por ti...

— Exacto.

— Iré a decirle a la señorita Nélida que vaya por nuestra comida, sabes que soy capaz de darte en la boca idiota salvaje.

— Te quiero. — dijo mientras continuaba gimiendo del dolor del brazo.

(Thompson)

Nunca pensé que Lila se preocupara por mí de esa manera y al pasar el día con ella me di cuenta que quisiera pasar mi vida a su lado, aunque me vea como un amigo, yo la seguiré viendo como la chica que me gusta y me enamoré desde que la conocí por Vicente en una salida al cine junto con algunos amigos.

— Gracias... por todo. — le agradecí.

— De nada y perdón si te lastimé en algún momento mientras te he estado cuidando. — dijo ella con una sonrisa dibujada en su rostro.

— Al menos no llegaré con un ojo morado. — los gemidos de dolor disminuyeron y comencé a reír.

— ¡No seas estúpido! — Exclamó.

Ambos nos despedimos y ella besó mi frente, en ese momento acaricié su rostro y por un momento nos quedamos mirándonos, mientras que yo en mi interior decía "Como quisiera que me vieras como lo hago yo". Antes de que se alejara la tomé de las muñecas de manera delicada y ella me miró con sumo cariño.

— No puedo creer que seas un ángel caído del cielo, amiga querida. — le decía mientras que ella sonreía.

— Te voy a querer siempre... siempre y cuando no vuelvas a romperme la mandíbula, idiota. — me dijo ella con mucha razón.

— Un millón de veces voy a torturarme por haberte hecho eso, de veras yo no quise. — admití con vergüenza por haber hecho lo que hice aquel verano.

— Me parece que te costaría creer que una chica como yo puede perdonar, como lo hice contigo.

— Te quiero... — dije mientras soltaba sus manos y pensando en decirle "Te amo", sin sacarlo de mi boca.

Ella se alejaba de mí y lo único que hice fue sonreírle mientras se marchaba, esta noche extrañaré que se quede a dormir para reír juntos y estar juntos un ratito más.

— Pues... yo también te quiero. — me dijo antes de que se fuera de la habitación.

— Oye, estaré bien... te lo juro. — le dije mientras se marchaba.

— De acuerdo... ¿estás seguro?

— Sí. — le dije mientras mi corazón se partía de a poco mientras la veía marcharse.

— Entonces... ¡Hasta luego! — dijo ella despidiéndose y saliendo por la puerta del cuarto.

No podía creer que me pasara esto, es decir... es una de mis mejores amigas, la que acepta que soy un tremendo hijo de puta, pero la verdad es que no me entiendo a mí mismo ni a mis sentimientos.

(Lila)

¿Será que de una manera imaginaria había ganado esta vez la batalla contra otras chicas ganando el corazón de Thom? No lo sé, estoy confundida con esto. Cuando salí de su casa me sentí rara, como si unas vibras bastante buenas me abrazaran, mi confusión era horrorosa. Es decir... me gusta Caleb y lo que siento por él es... sólo amistad o al menos eso creo.

Al llegar a casa, en el inframundo o más bien a la mansión del conde Diablo, fui a mi habitación a buscar mi pijama y toallón para poder bañarme y poder aclarar o al menos poder borrar todo lo que siento y relajarme de una vez. Mientras estaba en la ducha y el agua caliente caía sobre todo mi cuerpo, intentaba despejar la mente y entonces luego de lavarme el cabello y jabonarme entera. Quisiera dejar de estar confundida, que todo esto dejara de pasarme y de una vez dar borrón y cuenta nueva de una vez. Una vez que ya me había duchado y arreglado para ir a la cama me puse a ver mi Instagram y sólo intentaba distraerme, cuando se hizo la hora de dormir, me llegó un mensaje de un número desconocido en el cuál decía "Hola, soy Caleb, Daiana me mandó tu número esta tarde, porque me fui muy temprano de la fiesta y olvidé pedírtelo". Luego de haber leído el mensaje solo le mandé un emoji de una cara sonriente y luego lo agendé en mi celular como "Caleb" y luego dejé el celular en la mesa de luz, luego me acurruqué en mi cama y lo único que hice fue tratar de dormir. Minutos más tarde, mientras trataba de conciliar el sueño, pero cuando estaba casi quedándome dormida sonó el ringtone de notificación de whatsapp y era un texto de Thompson que decía "Hasta mañana, mi ángel de la guarda". En ese momento sólo vi el mensaje en la pantalla de bloqueo y allí mi cabeza inhibitoria volvió a funcionar del asco.

(Caleb)

Luego de mandarle el mensaje en mi faceta de humano a Lila, subí al cielo con Kiara y ella me dijo que confiaba en mí para lo que fuera con esa chica, pero sabía por dentro que ella guardaba un gran secreto. Mientras estaba acostado en mi cama por dormir, Ki se acercó a mí y me preguntó que tal con mi día.

— Caleb... te noto bien, con los ojos brillantes. — me dijo ella desde la puerta.

— Es... Lila, la verdad es que... no puedo seguir las reglas del cielo, porque estoy enamorado de ella.

— ¡Mi señor! — Exclamó.

— Sé que está mal, pero sé que tú también guardas secretos y no te juzgo por ello, Kiara.

Mientras me metía en la cama, entró Gus a la casa y le dijo a Kiara que ya se olvidara de hablar un rato más, porque estaba cansado y quería dormir.

— Deja de pensar en esa chica, porque se que nuestro supremo señor castiga. — dijo Gus mientras que Kiara se iba de la habitación.

— Si supieras lo que duele no ser mortal, Gus. — le dije mientras pensaba en Lila y el martirio que era subir al cielo sin que ella sepa que soy un ser celestial.

— Si supieras las ganas de dormir que tengo amigo...

Gus no se tomaba enserio lo que era para mí esto, él solo pensaba en otras cosas y no por un amor que parece imposible de concretarse. Después de que mi amigo se durmiera intenté conciliar el sueño, pero no podía, ella invadía mi cabeza y la hacía volar. La recordaba en aquel baile, cuando bailamos "Perfect", se veía tan... radiante.

¡Oh señor! Dime cual es el destino que has planeado para este ser celestial...

Hasta que el cielo nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora