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By Bill

- Tom, ¿vamos a jugar afuera?

- Vamos.

Mientras corriamos y hablábamos Tom notó algo.

- Bill, espera.

- ¿Qué pas..?- Tom puso un dedo sobre mi boca para hacer silencio.

- Ponte detras de mí y no hables.

Algo se movía entre los arbustos y los botes de basura.

Tom agarró una rama que estaba por ahí y se acercó a ver.

- Tom, ¿qué es eso?- Él se acercó lo suficiente como para tocar los botes de basura con la rama.

Y de la nada salió un perrito y saltó hacía Tom.

Tom se empezó a reír cuando el chucho le lamió la cara.

La risa de él era incomparable, vi a miles de personas reír pero..Tom era especial. Él sufrió mucho y se nota aunque lo quiera ocultar y verlo reír sin ningún esfuerzo... Soy un afortunado por ver este momento.

- ¿De donde haz salido pequeñín?- Tom lo levantó en sus brazos.

- A ver. ¡Quiero tocarlo!- El perrito se movía de un lado para otro en los brazos de Tom.

- ¿Cómo lo llamaremos?- Pregunté mientras tocaba al perro.

- ¿Ponerle un nombre? Cuando le pones nombres a las cosas te encariñas. Y nosotros no podemos cuidarlo.

- ¡Anda, porfa! Esta solito, no tiene ni placa de que sea de alguien. ¿Nos lo quedamos? ¡Dí que sí, porfa!- Traté de verme lo más tierno posible para que Tom diga que sí.

Tom suspiró y respondió.

- Esta bien..¿Cómo haces para manipularme tan fácil?- Hice una cara de triunfador.

Luego de un rato calmando al perrito nos sentamos debajo del árbol de cerezo y acostamos al perro en medio de nosotros.

- ¿Cómo le pondremos?- Dijo Tom mientras le razcaba la panza al chucho.

- Tiene cara de llamarse..Scotty.

- ¿Scotty? ¿Por qué?

- Es inquieto y alegre. Le pega muy bien le nombre Scotty.

- Tienes razón..

- ¿Tú cómo le ibas a poner?

- No lo sé. No tengo ideas.- Tom río levemente.

- ¿De dónde sacaremos dinero para darle de comer?

- Mmm..No creo que a mi padre le moleste si le saco un poco de dinero. Además él los usa para..ya sabes, alcohol, cigarros, esas cosas.

- A mí, mi mamá me da una mesada por mes. Puedo ahorrar y así puedo comprarle la comida de Scotty.

- ¿Y dónde dormirá?

- Podemos hacer turnos. Un día tú otro día yo y así.

- Buena idea.

Scotty estaba panza para arriba, muy pancho mientras nosotros lo acariciabamos.

- Así que Scotty, amiguito..- Tom parecia gustarle los perros. Al igual que yo.

- ¿Te gustan los animales?- Tom sonrió.

Su sonrisa..Su sonrisa era dulce y tierna. Él podía decir mucho con solo una sonrisa.. Y justo le sonrió al niño que tiene corazón de pollo y llora por todo.

Mis ojos se pusieron aguados. Me saltaron un par de lágrimas solo por ver a Tom sonreír.

- Bill, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?- Me reí mientras me limpiaba las lágrimas.

- Nunca tuve un perrito.. Es la primera vez que tengo uno.

- Bill, limpiate esas lágrimas. No me gusta verte llorar...

Nenaxss



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