Capitulo 1: Esto tiene que ser una broma.

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Estaba cansada... cansada de las expectativas, de las miradas, de ser siempre la que tenía que llevar la carga. Nunca pedí esto, pero aquí estoy, frustrada hasta el punto de romperme. ¿Quién imaginaría que mi vida estaba apunto de terminar solo por estar comiendo un maldito pedazo de aperitivo? No era como si hubiera hecho algo heroico o siquiera interesante, no. Solo un paso en falso desde un octavo piso.

Quizás fue el deseo que pedí, uno que Dios decidió malinterpretar yo no quería morir solo quería liberarme por fin de mi madre, ser la hija mayor de una familia adinerada. Atraes todas las cargas, y más aún las sombras de tus hermanos. Seguir las reglas, vivir las reglas, sacrificar todo lo que te gusta por el bien de los demás. ¿Y para qué? Para ser el blanco de todas las expectativas. "Deberías aprender de tus hermanos", "Deberías ser como tu hermana". Ser el ejemplo siempre era agotador.

Siempre hacía lo que mi madre quería y vivía una vida de esclava. Solo quería hacer lo que yo deseaba. Pero quién demonios imaginaría que moriría tan pronto me revelaría..

Mientras mi conciencia se desvanecía, rogué por el primero y último deseo de toda mi existencia: tener una familia normal o al menos poder hacer lo que quisiera, aunque solo fuera por una vez.

Fue como si ese deseo desatara todo. Escuché el sonido de un camión y, de repente, recobré la conciencia, algo desconcertada y aturdida, reflexionando sobre si tal vez había sobrevivido.

Pero siendo realista, ¿quién diablos sale ileso después de caer desde un octavo piso? A menos, claro está, que anduvieras repartiendo alas.

De repente, una voz masculina rompió el silencio:

-Tu cabello está más largo.

¿Mi qué? ¿Cabello? -dije automáticamente, sin pensar.

Acabo de tener un accidente y lo primero que me preguntas es por mi cabello, pensé, desorientada, girando la mirada hacia la fuente de la voz. Pero la conmoción era tanta que apenas lograba procesarlo, mientras miraba fijamente a la figura frente a mí.

-¿Cómo? -dije, mi voz entrecortada, reflejando la confusión en mi expresión.

¿Qué demonios está pasando?, me pregunté mientras sentía cómo una mezcla de incredulidad y pánico comenzaba a apoderarse de mí. Respiré profundo, tratando de ordenar mis pensamientos, y pregunté con duda:

-¿Tú crees?

-Por supuesto, está más largo que la última vez que te vi -respondió la figura con una sonrisa enigmática, mientras la situación se volvía cada vez más surrealista.

Guardé silencio mientras el auto avanzaba, rumiando si esto era una pesadilla o mi propio infierno.

Esto tiene que ser una maldita broma, ¿verdad? Dios, te pedí una familia normal, no importaba si no tenía lujos. No una novela cliché juvenil con vampiros y adolescentes con problemas emocionales. ¿Estás haciendo casting para la próxima película o qué? -murmuré, intentando sonar graciosa, pero la ironía de la situación comenzaba a superarme. Continué mirando por la ventanilla del auto, esperando a que alguien apareciera de la nada con una cámara y gritara

"¡Sorpresa!"

Anhelaba que las cosas fueran así, pero claramente, la realidad había optado por un escenario más digno de una película de alto calibre. ¡Vaya presupuesto que deben tener para este dramón! Imagino que las risas y los aplausos no están incluidos en el paquete.

Debería perfeccionar ese comentario para que suene más sarcástico, ¿no crees? me dije a mí misma.

Absorta en mis pensamientos, el auto hizo una parada sorpresiva. Sentí un cosquilleo en los dedos por culpa del mini cactus que sostenía. Recuperé la compostura, y al mirar hacia el retrovisor, quedé momentáneamente boquiabierta.

-¡Dios mío! Esto tiene que ser una broma.

Maldita reencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora