Capitulo 35: James parte 2.

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He vuelto, chic6s Aunque, siendo sincera, no descansé nada, jaja. Pero bueno, aquí estamos otra vez .Espero que disfruten este nuevo capítulo. 

Vamos con todo😎

No tenía que estar aquí si no quería, pero decidí venir de todos modos

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No tenía que estar aquí si no quería, pero decidí venir de todos modos. ¿Por qué? Porque sabía que si no lo hacía, James centraría su atención en Alice. Él descubriría quién había sido ella antes . La misma joven, su "cantante", que se le había escapado. Y cuando lo hiciera, todo se volvería un juego macabro. Disfrutaría atormentándola, tal vez hasta hacerla recordar la miserable vida que tuvo antes de ser transformada. No iba a permitir que eso sucediera.

Sabía exactamente de lo que James era capaz, cómo se deleitaba en el sufrimiento ajeno. La idea de que Alice, la pequeña y vivaz Alice, se convirtiera en su nuevo juguete me revolvía el estómago. Ella había pasado por suficiente ya, y si James lograba resucitar aquellos oscuros recuerdos... no sé cómo lo soportaría.

Así que, sí, vine. 

Aunque debo admitir que vine también para jugar me interesaba saber como se sentiría...

Me puse como su objetivo. Prefería que él se centrara en mí. No era la heroína de esta historia, ni pretendía serlo. Pero si podía evitar que Alice reviviera su propio infierno, entonces todo valdría la pena. Aunque no me agradara, aunque preferiría mil veces estar en cualquier otro lugar, mejor que fuera yo la que atrajera su atención.

Edward me miró de reojo, y antes de que me diera cuenta, todo el grupo se había reunido a mi alrededor como si fuera un pollito con frio que necesita calor. Casi me reí por la esa acción, pero no era el momento adecuado para chistes. Aún así, el humor de la situación no pasó desapercibido para mí.

—No debí haberte traído deberás lo siento— dijo ed interrumpiendo mis pensamientos.

—Ya se iban, pero nos oyeron —dijo Alice, la preocupación impregnando su voz. 

Sabía que estaban cerca.

—Tenemos que irnos ahora —Edward tomó mis manos, su tono tan firme que no dejaba lugar a discusión.

—Es tarde —murmuró Carlisle, con el rostro tenso.

—Suéltate el cabello —ordenó Edward de repente, sus ojos llenos de urgencia.

Lo miré, arqueando una ceja. ¿Soltarme el cabello? ¿De verdad pensaba que eso ayudaría?

Suspiré internamente y, sin hacer mucho alboroto, me solté de las manos de Edward. La presión en sus dedos se relajó un poco, pero podía sentir su mirada clavada en mí, como si no pudiera aceptar que, de hecho, podía manejar esto.

 No es que fuera a decirlo en voz alta, pero ya estaba preparada para esto practique mucho y estoy segura que puedo con james, el truco aquí no era parecer valiente o audaz; la clave era hacerle creer a James que estaba lidiando con una chica débil, alguien fácil de manipular y quebrar. Aunque claro, no iba a exagerar hasta el punto de parecer patética. Tenía estándares, después de todo. Si iba a parecer frágil, al menos lo haría con dignidad.

Maldita reencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora