La campana sonó, marcando el final de la clase, y aproveché la oportunidad para escaparme antes de que el profesor pudiera asignar tareas adicionales. Con un suspiro de alivio, me deslicé por los pasillos del instituto, buscando un lugar tranquilo donde poder relajarme antes de mi próxima clase.
Hoy noté la ausencia de Edward; probablemente, se había ido con el clan Denali en busca de mejorar su autocontrol para no representar una amenaza para mí.
En fin...
Quien sabe.
La entidad me dijo que habría cambios en mi nuevo mundo para hacerlo más interesante. Sentí curiosidad por descubrir cuáles eran esos cambios exactamente. Sin embargo, decidí no acercarme a los Cullen por el momento y, en su lugar, me dirigí a la cafetería para salir al bosque. Estar sola por un rato me hacía bien.
Mientras caminaba, escuché murmullos y risas provenientes de una esquina cercana. Curiosa, me acerqué y vi a un grupo de chicos reunidos alrededor de una mesa en la cafetería. Era evidente que eran nuevos en la escuela, y lo supe al instante gracias a mi habilidad telepática.
Al escuchar los pensamientos de las personas a su alrededor, me pregunté por qué no podía escuchar los suyos. "Hm, bueno, no importa", pensé.
—Odio este lugar, está en medio de la nada. ¿Qué demonios crees que encontraremos en Forks? Este lugar es técnicamente el más aburrido que he pisado en los últimos tres meses. ¿Por qué tenemos que estar en esta escuela si nos vamos a mudar pronto? —dijo uno de los chicos en un susurro, con evidente desagrado.
Sin embargo, otro chico, que parecía llamarse Ian, intervino para calmar los ánimos.
—Cállate, Liam. Mike sabe lo que hace. Dejemos todo en sus manos —pensaba en respuesta, tratando de calmar la situación.
Al escuchar su conversación, me di cuenta de que estos chicos nuevos estaban pasando por un período de ajuste y no estaban contentos con su situación actual. A pesar de su descontento, había algo intrigante en ellos, algo que despertaba mi curiosidad.
—Qué interesante. Así que esto quizás es parte de los cambios que ha hecho la entidad —pensé para mí misma al escuchar a los chicos. La idea de tener a personas diferentes y que claramente no pertenecen a este lugar me emocionaba.
De repente, mis pensamientos se interrumpieron por una voz que provenía de detrás de mí.
Te gusta escuchar las conversaciones de los demás, ¿no es así?
Al darme la vuelta, vi a uno de los chicos nuevos mirándome con curiosidad, como si supiera que había estado escuchando su conversación.
—Te gusta escuchar las conversaciones de los demás, ¿no es así? —dijo el chico, con su aspecto llamativo y un aire de distanciamiento, con tono casual, como si estuviera señalando el clima.
Me quedé un momento sin saber qué decir, pero antes de que pudiera reunir mis pensamientos, otro de los chicos se unió a la conversación con una sonrisa cálida y amistosa.
—Hey, ¿qué tal? —exclamó—. Soy Ian, este es mi hermano Liam y nuestro increíble, indiferente primo Demian.
Asentí, mirando a Ian con una sensación de déjà vu que me recordaba a Eric.
—Soy Bella —respondí, devolviendo el saludo con la típica sonrisa áspera de Bella—. ¿Son nuevos aquí? —pregunté, aunque ya lo sabía perfectamente. Quería evitar la pregunta ambigua de Demian.
Ian asintió con entusiasmo.
—Sí, acabamos de trasladarnos —dijo con energía—. Espero que nos llevemos bien y que nos guíes.
—¡Por supuesto! Me encantaría, pero sería un gran problema. También soy nueva aquí, así que si me convierto en la guía, posiblemente terminemos perdidos y dando vueltas en círculos —respondí con una sonrisa pícara—. Sería una aventura interesante, eso sí.
Ian soltó una risa contagiosa ante mi comentario.
—Bueno, Bella, no estaría mal perderse con buena compañía. Al menos tendríamos una historia emocionante para contar después —sugirió con una sonrisa traviesa, agregando un toque de humor a la situación.
Sonreí ante su respuesta, disfrutando de la energía divertida que parecía irradiar de Ian.
—¡Esa es la actitud! —respondí con entusiasmo—. Supongo que nunca es aburrido cuando se está perdido con buena compañía —añadí con un guiño cómplice.
—De acuerdo, chicos, fue genial conocerte a todos —dije mientras daba un paso atrás—. Pero ahora tengo que irme, mi clase está por comenzar.
Ian asintió con una sonrisa.
—¡Claro, Bella! ¡Buena suerte en tu clase! ¡ Espero nos encontremos otra vez!
¿Eso fue coqueteo o fue mi imaginación?
Mientras me alejaba del grupo de chicos nuevos digamos así, reflexioné sobre la interacción que acababa de tener, Era evidente que algo era diferente en ellos, algo que no era del todo normal.
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Maldita reencarnación
Acak¡Quién iba a imaginar que expresar un anhelo alteraría mi destino hacia el más allá! Absolutamente nadie. Incluso mi propia conciencia parece asombrada al pensarlo. Es insólito que los deseos se materialicen, y más aún cuando estás literalmente en l...