Capitulo 36: Juguemos al gato y al raton parte 1.

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Después de que los nómadas se fueron, la familia Cullen comenzó a prepararse para marcharse rápidamente. Edward, que no se había despegado de mí ni un segundo, me tomó de la mano una vez más, tratando de llevarme apresurado hacia el coche.

—¿Cuál es tu problema? —dije, soltándome de su mano—. Puedo caminar sola, Edward. Deja de estar tan nervioso.

—Bella... es que no lo entiendes... —comenzó a decir, pero lo interrumpí.

Entré en el todoterreno y me senté como si nada hubiera pasado. Él se subió enseguida y arrancó el coche a toda velocidad, conduciendo como si estuviera escapando de un animal feroz, lo cual, en cierto modo, no estaba tan lejos de la realidad. El silencio fue breve, porque de repente comenzó a hablar, exactamente lo que ya veía venir.

—Escucha, Bella, James es un cazador, es su obsesión. Leí su mente. Mi reacción en el campo lo provocó, y ahora se ha vuelto un juego para él...

—Edward, ya tranquilízate —lo interrumpí, mirándolo sin mucho interés—. No soy estúpida, lo vi con mis propios ojos. Además, sé mucho más de lo que crees sobre lo que estaba pensando. No tienes que explicármelo. Solo deja de decir tonterías y llévame por mi camioneta.

El resto del trayecto fue incómodamente silencioso, al menos para mí. Pero con lo rápido que iba, podías escuchar cada charco que atravesábamos y las ramas que rompíamos al pasar. Cuando finalmente llegamos a su casa, me bajé sin más y me subí a mi camioneta. No le di oportunidad de decir nada, pero sabía que sus pensamientos seguían girando en torno a lo mismo.

—Bella... —murmuró cuando ya estaba lista para arrancar.

—Edward, no. —Lo corté de nuevo y encendí el motor.

Conduje rápidamente por la carretera. Aunque notaba que alguien me seguía, sabía que no eran ni James ni los Cullen, porque no escuchaba los pensamientos de ninguno de ellos. Lo ignoré, concentrada en mi camino.

Cuando llegué a casa, entré apresurada, queriendo recrear el mismo espectáculo dramático que Bella había hecho. Sabía que más tarde tendría que borrar los recuerdos de Charlie para no lastimarlo. Subí las escaleras corriendo, gritando como si algo terrible hubiera pasado. Pero al llegar a mi habitación, suspiré aliviada, dándole gracias al cielo por haber mejorado lo suficiente mis habilidades para que Charlie no se quedara con ese nudo en el estómago parecido al que yo sentía ahora.

Sin embargo, cuando entré en la habitación, una sorpresa me esperaba.

—¿Me estabas siguiendo? —arqueé una ceja, cerrando la puerta de un portazo.

—¿Seguirte? Jamás haría eso... —respondió Dean con una sonrisa claramente falsa.

—Dean... —lo fulminé con la mirada.

—Vale, vale. Te vi salir esta tarde con el vampirito ese y decidí seguirte. Tenía curiosidad por saber por qué te relacionas tanto con él... si es muy extraño...

—Así que, ¿viste todo? —dije, cruzándome de brazos.

—Bueno, fue un buen espectáculo, la verdad. ¿Y qué piensas hacer ahora? Porque no luces tan aterrorizada como antes... no me digas que solo fingías.

—A ver, genio, ¿en qué momento te pedí que hicieras de detective aficionado? —repliqué, dándole un gesto sarcástico —. metete en tus propios asuntos, y, por lo que puedo decir, eres un bicho raro también. No recuerdo haberte invitado a mi casa y menos a escabullirte en mi habitación...

—Hey, pero no te enojes... no esperaba que reaccionaras así. Si lo sé, no vengo...

—¿Qué, esperabas que te recibiera con chocolate caliente y galletas o qué?

—Bueno, galletas no... no espera eso,pero no soy tan fácil de complacer —dijo, encogiéndose de hombros con fingida inocencia.—Chocolate no me vendría mal —continuo, alzando una ceja como si fuera una solicitud completamente razonable

—Ah, qué chistoso —bufé, conteniendo el enojo—. Quédate quieto y silencioso como una buena planta decorativa, ¿quieres? o mejor desaparece...

— Eso quieres?...

Suspiro

—Creo que un... ahg Maldita sea, creo que deberías esconderte; alguien molesto se acerca.

—Sí, ya lo sentí , que mal el ambiente se ha arruinado—respondió, moviéndose tan rápido que me dejó pasmada.

—¿Qué rayos...? —murmuré para mí misma.

—Bella —la voz de Edward resonó desde afuera de la casa.

—Edward... ya te dije que puedo manejar esto.

—No lo entiendes. James es un cazador nato. Ni siquiera estoy seguro de poder con él...

—Tú no lo estás. Esa es la diferencia entre tú y yo. Tú no me conoces como crees. Ahora, deberías irte a tu casa —respondí, mientras fingía estar ocupada organizando ropa, aunque en realidad solo era una pantalla.

—No puedes dejarme fuera de esto. Es mi culpa que estés en peligro. No debí haberte llevado a jugar... Déjame tomar la responsabilidad.

Suspiré ante sus palabras, y justo cuando iba a decir algo más, escuché los golpes en la puerta.

—Bella... —la voz preocupada de Charlie me hizo estremecer.

Edward y yo nos quedamos en silencio. Le susurré que bajara y que lo vería más adelante. Él asintió y salió. Al abrir la puerta de mi habitación, vi a Dean saliendo del armario con una actitud despreocupada, como si lo que estaba ocurriendo no tuviera nada que ver con él. Bueno, técnicamente no lo tenía, pero ¿qué rayos hacía aquí, de todos modos?

—¿Entonces qué vas a hacer? —susurró Dean, cruzando los brazos de nuevo.

—Ya te lo he dicho métete en tus propios asuntos...

Lo ignoré y abrí la puerta de golpe, bajando las escaleras como si Charlie no estuviera justo frente a mí. Cada paso que daba era doloroso, no solo por lo que estaba a punto de hacer, sino porque escuchar los pensamientos de mi padre era como caminar sobre brasas.

—¿Qué pasó, querida? ¿Te hizo algo, Bella? —preguntó Charlie con el rostro lleno de preocupación.

No quería mirarlo a los ojos. Ya había escuchado sus pensamientos, y cada palabra suya me quemaba. Sabía que esto tenía que terminar rápido para poder borrar estos recuerdos de su mente. No se merecía esto, pero era necesario si quería que mi plan funcionara.

—No llames a Renée —le dije firmemente, y él pareció confundido, pero obedeció.

Mi habilidad funcionó bien. Ahora debo alejarme de aquí lo más rápido posible.

Antes de salir de la casa, le di otra dosis de dolor, sabiendo que James estaba cerca, observándonos. Tenía que hacerle creer que era una chica aterrada y débil.

Me subí a la camioneta con una expresión de dolor en mi rostro. Sinceramente, tenía ganas de llorar, pero me contuve.

Debo hacer sentir a James como si estuviera en el infierno, al cual pronto irá.

—Bella —dijo Edward, sentándose a mi lado.

Ahora que lo pienso, creo que debería dejar que esto continúe como debió pasar y tomar a James por sorpresa. También para que Edward se controle y sienta que tiene el control. Suspiré y lo miré.

—¿Qué tienes en mente? —pregunté vagamente.

Entonces, él comenzó a hablar.

...


Nota:

Lamento la demora y la poca frecuencia en las publicaciones y palabras; he tenido algunos percances con este fanfic. Pronto traeré nuevas actualizaciones para ustedes y por cierto a partir del capitulo 38 la trama sera un poco mas diferente espero les guste.

Spoilers fanfic TVD

https://youtube.com/shorts/tIDsYAIC1nk?si=81VER4UEVPMa32Bf 


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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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