Pasó un rato desde que la carrera comenzó y todos estaban emocionados. Uno de los conductores hizo un derrape impresionante, devolviéndome a aquellos recuerdos con mi padre. También hacía carreras con él, aunque nunca había visto una de forma independiente. Él me enseñó todo lo que sé de autos, incluso aviones. Sí, sé manejar aviones; ser hija de un piloto de élite me proporcionó esos conocimientos básicos. Pero esas cosas solo eran divertidas cuando él me las enseñaba. Su partida fue muy dolorosa para mí.
—Hey Bella, ¿estás bien? No pareces estar disfrutando las carreras —dijo Ian, interrumpiendo mis pensamientos.
—Sí, estoy bien, solo recordé algo —contesté para salir del paso.
—¿Y qué estabas pensando que es más importante que esto? —preguntó Liam, curioso.
—Pensaba que sería más divertido estar allí que aquí —dije, señalando los autos que competían. Realmente no iba a decirles que pensaba en mi padre muerto, ya que para ellos mi padre es Charlie y está vivo. Sería como decirles que soy una reencarnada.
—Oh —dijo Demian, arqueando las cejas y soltando un suspiro de queja.
—¿Crees que no soy capaz? —dije, desafiando.
—No —respondió Demian.
—¿Crees que porque soy una chica no puedo conducir un coche? —dije cruzando los brazos.
—No pienso eso —dijo Demian.
—Entonces, ¿qué piensas? —pregunté, curiosa.
—Solo pienso que no te ves como alguien que ha hecho una carrera en toda su vida —dijo Demian en tono burlón.
—Ja, se puede decir que ese no es un comentario machista —respondí, sarcásticamente.
Técnicamente, él no estaba equivocado. Bella, o más bien este cuerpo, era originalmente de una persona torpe y descuidada, pero yo no soy Bella y además ahora tengo más capacidades que mi yo anterior. Estoy segura de que puedo destrozar a esos dos que están compitiendo muy fácilmente.
—¿Qué tanto sabes de carros? —preguntó Demian, con curiosidad.
—Pregúntame lo que sea —dije, segura.
Liam e Ian estaban callados y curiosos, siguiéndonos a donde estaban todos los autos. A simple vista, se veía que algunos no eran de Forks; era evidente que estos tipos de autos en un ambiente como Forks eran una broma. Demian señaló un carro y dijo:
—Probemos tu conocimientos.
Demian me miró con una mezcla de desafío y curiosidad. Caminamos hacia los autos, donde todo el ambiente se sentía sacado de una película de Rápido y Furioso. La multitud rugía, los motores bramaban y las luces neón iluminaban la pista improvisada. Me acerqué al auto que Demian había señalado, un Nissan GT-R, un coche potente y con una reputación que lo precedía.
—Este coche tiene 565 caballos de fuerza, tracción en las cuatro ruedas y puede ir de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos —dije, pasando mi mano sobre el capó—. ¿Quieres saber algo más?
—Parece que sabes lo básico —dijo Demian, sorprendido—. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica.
(Por favor, le estás preguntando a alguien que prácticamente nació en un carro).
—La teoría sin práctica es inútil, pero la práctica sin teoría es ciega —respondí con una sonrisa.
—¿Qué tal si hacemos una apuesta? —dijo Demian, con una sonrisa.
—¿Qué quieres apostar?
—Tú y yo haremos una carrera. El ganador le cumplirá un deseo al perdedor, y el perdedor no podrá negarse.
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Maldita reencarnación
Random¡Quién iba a imaginar que expresar un anhelo alteraría mi destino hacia el más allá! Absolutamente nadie. Incluso mi propia conciencia parece asombrada al pensarlo. Es insólito que los deseos se materialicen, y más aún cuando estás literalmente en l...