Me desperté segura de que hoy sería un día largo, muy largo. Ya fuera por lo que sucedió anoche o por lo que sentía que iba a pasar hoy. De repente, escuché el coche de Charlie estacionarse abajo. No había venido anoche, supongo que tuvo mucho trabajo. Sin embargo, esa suposición se disipó inmediatamente cuando escuché sus pensamientos. Demonios, me había olvidado por completo de eso. No sabía qué iba a pasar ayer; el tiempo es difícil de predecir, ya que me encuentro dentro del mundo, no afuera viéndolo. Aunque debí recordarlo, ya que Jess y Angela me habían invitado a comprar vestidos, pero yo decidí dar vueltas por Forks.
Suspiré y bajé las escaleras rápidamente. Miré a Charlie, esperando que él me dijera lo que pasó para poder consolarlo. No podía actuar como si ya lo supiera; se suponía que estaba durmiendo.
—Papá, ¿qué pasa? ¿Estás bien? —pregunté, aprovechando su estado triste para que se abriera y me contara sobre su amigo fallecido.
—Bella —dijo Charlie en un tono sombrío—. Hola. Suspiró. Lo conocí durante muchos años.
—¿A qué te refieres? —dije, fingiendo confusión.
—Es mi amigo. Lo conoces, ¿recuerdas el de la cafeteria?
—Sí, lo conozco, papá. Era muy amable. ¿Qué sucedió? —dije, aparentando curiosidad y confusión para no levantar sospechas.
—Estaba en un bote fuera de su casa. Fue asesinado por un animal —dijo Charlie, con una tristeza profunda.
—Oh, Dios mío, lo siento tanto. Era una persona increíble. ¿Cómo pudo suceder eso? Lo siento mucho, papá. Sé lo importante que era para ti —dije, acercándome para abrazarlo.
Me siento muy mal por Charlie. Desearía haber podido hacer algo por ese hombre. Era muy agradable. Qué lástima, tal vez todo era el destino, su destino, pero qué destino tan cruel.
Después de consolar a Charlie, me propuse prepararle un buen desayuno para que pudiera descansar un rato. El pobre tenía un aspecto cansado y abatido, se notaba que no había dormido.
Después del desayuno, Charlie se fue a su habitación, pero no antes de darme un spray de pimienta. Sabía que reprocharle sería inútil y que eso no serviría contra la criatura que mató a su amigo. ¿Cómo le explico que fueron vampiros los que realmente mataron a su amigo? Un spray de pimienta no serviría de nada, pero decidí tomarlo para que él se sintiera más tranquilo y aliviado. Sabía lo cansado que estaba, así que decidí salir a dar una vuelta, también con el propósito de encontrarme con los chicos, pero supongo que eso tendría que ser después, en la escuela.
Al salir a la escuela, me encontré con Edward. No era él a quien realmente quería ver en este momento.
pero...
Hablamos un rato y parecía estar en su elemento. Le seguí la conversación; la verdad es que Edward no es una mala persona. Puede ser agradable, pero su necesidad de querer espiarme y protegerme en todo momento es un poco abrumadora. Si no tuviera esa actitud tan sobreprotectora y espeluznante, sería un 10/10. Prefiero al Edward más maduro.
Después de hablar en clases como si el profesor no estuviera, Edward y yo decidimos ir a la cafetería. Por un momento, pensé que se iría a su mesa, pero al leer su mente, supe que estaba decidido a sentarse conmigo. No lo saqué de su nube, él lo haría solo. Yo sabia que ed no le gusta mucho estar abrumado de personas así que me senté con Jess, Angela y Mike. Los demás no estaban. Todos se quedaron estupefactos ante lo que hizo Edward. Se sentó a mi lado como si siempre lo hubiera hecho.
Miré a mi alrededor y todos tenían expresiones de sorpresa, excepto la mesa de los Cullen. Ellos no estaban muy contentos, bueno, Alice sí. Miré a mi mesa y leí los pensamientos de cada uno. Angela estaba sorprendida y al mismo tiempo pensaba que era tierno.
ESTÁS LEYENDO
Maldita reencarnación
Sonstiges¡Quién iba a imaginar que expresar un anhelo alteraría mi destino hacia el más allá! Absolutamente nadie. Incluso mi propia conciencia parece asombrada al pensarlo. Es insólito que los deseos se materialicen, y más aún cuando estás literalmente en l...