Sospechas

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"Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma"


Capítulo 14

Antes de partir, Candy decidió visitar el hogar de Pony, su corazón latía presuroso ante la idea de ver nuevamente el lugar en el que creció, conforme el automóvil se iba acercando Candy pudo ver las mejoras que su antiguo hogar tenia. Bajó presurosa del auto con su pequeña entre los brazos, seguida de Dorothy y la nodriza.

Había varios rostros desconocidos para Candy, pudo ver la cautela con que los pequeños la miraban, sólo unos cuantos la saludaron efusivamente.

- ¡Candy! ¡Candy!-gritaban esos pocos, abrazándola-pensábamos que te habías olvidado de nosotros.

-¡Eso nunca!-dijo emocionada Candy, con lágrimas en los ojos-¡pero miren que grandes están!

-¡Pero que hermosa estás Candy!-expresó con emoción la hermana María.

-Aunque te ves mas pálida Candy ¿Qué no había sol en los lugares en los que viviste?-la retó la señorita Pony-oh ¡pero mira nada más! ¡Déjame conocer a tu hija!

Candy hizo a un lado la cobija con la que cubría a su pequeña, dejando ver, un hermoso rostro níveo, el cabello que empezaba a crecer era de un rubio cenizo.

-¡Pero que hermosa niña!-dijo emocionada la hermana María-luce tan tranquila, parece que su carácter será muy tranquilo. Pero mejor pasemos, para que se puedan refrescar debió de haber sido un viaje muy largo desde Lakewood.

-Gracias-respondió educadamente Candy.

La hermana María y la señorita Pony decidieron darle a Candy, un recorrido por el recién remodelado hogar de Ponny. Las viejas maderas del techo, fueron sustituidas, al igual que los dormitorios de los niños y niñas, ahora eran más grandes, y ahora ya no tendrían que compartir las camas, pues se habían comprado las suficientes literas, para que eso ya no sucediera nunca más. El grito de su pequeña hija, se dejó escuchar por todo el lugar.

-Creo que alguien tiene hambre-dijo dulcemente la señorita Pony. Mientras ponía a la pequeña en brazos de Candy.

-Si me disculpan, iré a buscar a Agnes-se disculpó Candy, llevando a la niña a los brazos de su nodriza.

-Qué pena que no hayas producido leche-expresó la hermana María-Pero no tienes por qué afligirte Candy, estoy segura que cuando tengas más hijos, los amamantarás tú misma.

Candy solo respondió con una media sonrisa. La historia que Christopher contó del por qué Candy había tenido que contratar a una nodriza fue, que después del parto a Candy le había dado tanta temperatura que, en reacción, su cuerpo había dejado de producir leche.

-Por que tendrás más hijos ¿verdad?-preguntó la señorita Pony.

-Aún es pronto para saberlo-respondió Candy.

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-Lo mejor será que solo nos veamos cuando Christopher este presente-dijo Roger una tarde, mientras tomaban el té, en la mansión Jefferson, el Virginia.

-Y eso es por...-Candy dejó la frase colgando en el aire, en espera de la respuesta de Roger.

-Porque, el rumor de que tú y yo somos amantes, cada vez está en más bocas-respondió después de mucho meditarlo Roger.

-¿Y eso que tiene de malo? Después de todo, no sería la primera mujer en la historia con un amante ¿cierto?-preguntó Candy con una sonrisa divertida, mientras Roger la miraba como si hubiera enloquecido-lo único bueno de esto es que ya nadie recuerda aquel rumor de que tú y Christopher, son... ya sabes...

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