"La mejor productora y novia que puedo tener; Victoria, se las presento": Mateo palacios
•Las correcciones se harán al final de la historia.
•Capítulos cortos.
•Terminada.
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holis holis, recuerden que a partir de ahora hay cap los miércoles y sábados.
Victoria.
Después de haberme bañado le tocó a Karen.
Sorprendentemente ella no habia dicho nada, no estaba enojada ni nada por el estilo, sólo callada.
Me tiré en mi cama mientras Karen se bañaba.
Estaba aún con mucha energía debido a la mini siesta que hice, por lo que me era imposible dormir.
Quería hacer algo y no sabía qué.
El agua de la ducha se dejó de escuchar y a los minutos ella salió.
Yo había salido del baño vestida pero Karen no, sin embargo ella esta aún con el toallón envuelto en su cuerpo y la toalla envolviendo su pelo.
Fué hacia la cama para sentarse y comenzar a vestirse.
Sin miedo a que se le viera algo.
Comenzé a sentirme incómoda por lo que lentamente me levanté y salí por la puerta hacia el pasillo.
Las habitaciones del hotel se encontraban en un balcón con vista a las calles de Madrid.
Apoyé mis codos sobre el barandal disfrutando la vista.
Por más de que ya era tarde habian bastantes autos andando.
Miré hacia el cielo despejado, la luna estaba llena, me daba mucha paz.
Llegué a un punto de relajación alto, tanto que pegué un gritito cuándo sentí unas manos tocarme.
Me volví a calmar en cuánto su risa sonó.
Jamás miré hacia él, mi vista seguía fija hacia el frente, tenía mucha curiosidad qué era lo que me venia a decir.
No queria que fuese casualidad el que nos encontremos.
El se acomodó sobre el barandal de la misma manera en que yo estaba.
-está re linda la noche- asentí lentamente con la cabeza.
Pero después giré de a poco hacia él y ví que estaba mirándome a mí.
-re linda- concluí mientras nos mirábamos fijamente.
Ya no le tenía miedo a nada, cuándo lo veía sabía lo loca que me traia y antes sólo intentaba hacerme la tonta.
La realidad es que siempre me encantó y cumple con todas mis expectativas.
Llevó una mano hacia mi pelo colocándolo detrás de mi oreja, un gesto tan simple que hizo que mi pecho se llenara de una sensación cálida.
Le sonreí y giré mi cabeza nuevamente hacia la vista.
No contaba con que él después de acomodar mi pelo llevara la misma mano hacia atrás de mi cabeza y acercarme hacia él.
No alcancé a reaccionar cuándo sus labios ya estaban sobre los mios, al comienzo sólo se quedó ahí, pero luego comenzó a moverlos y yo no desaproveche la oportunidad.
