"La mejor productora y novia que puedo tener; Victoria, se las presento": Mateo palacios
•Las correcciones se harán al final de la historia.
•Capítulos cortos.
•Terminada.
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hola gente al pedo que lee mi historia de mierda 🙃
Victoria.
Al día siguiente me desperté con el sonido de la ducha, supe que era Mateo al no encontrarlo a mi lado.
Recién en dos días era el primer concierto de 3 fechas, mientras podiamos recorrer un poco Madrid.
Antes de que Mateo me vea en este estado decidí levantarme y buscar lo que me iba a poner.
Era temprano y hacia bastante calor.
Cuándo terminé de decidir mi oufit Mateo salió del baño con un toallón envuelto en la cintura, sus rulitos mojados y gotas de agua por todo su cuerpo.
Normalmente me enojaría porque está mojando el piso, pero estaba muy ocupada admirando la vista.
Mateo se burló de mí con tan sólo una mirada y para despertarme de mi ensoñación se acercó, me tomó por la cintura y plantó un pequeño beso en mi cachete.
Eso fue suficiente para que reaccione agarrando mi toallón para ahora bañarme yo.
- buenos días - me dijo sentándose en mi cama.
Mateo hizo el amague de sacarse el toallón y yo me di vuelta enseguida del susto.
El muy hijo de puta estalló en una carcajada.
- Mateo estúpido - le contesté en modo de broma para salir a pasos rápidos hacia el baño, tratando de no resbalarme.
Las actitudes de él habian cambiado drásticamente, siempre fue coqueto por naturaleza, pero ahora estaba un poco más atrevido y no respetaba mi espacio personal.
A mí no me molestaba para nada, a quién quiero engañar.
Me duché ralajando mis musculos y preparándome mentalmente para este nuevo Mateo, sabía que en el resto del día iba a ser difícil para mí no ponerme nerviosa.
Cuándo salí con una bata puesta me aseguré de que Mateo ya se haya ido, no iba a cambiarme frente a él.
Efectivamente nada de sus cosas estaban dónde las había dejado, indicando que ya se fué.
Suspirando comenzé a ponerme la ropa interior.
No había cerrado la puerta con llave, grave error.
Miré rápido hacia la puerta, yo estaba parada con la ropa interior ya puesta pero nada más, el toallón estaba envolviendo mi pelo.
Era Karen, ella pegó un gritito pero jamás dejó de ver, se llevó ambas manos a la boca cómo si no creyera lo que vé.
- que mujerrrr - me hubiese enojado o tapado rápido, pero era Karen y en el poco tiempo que convivimos ya me habia acostumbrado a su forma de ser.
En cambio la ignore y seguí vistiéndome.
Ella entró a la habitación y cómo si nada hubiese pasado cambió sus pantuflas a unas zapatillas.
