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Moví mis dedos con desesperación sobre la mesa, sentía la mirada clavada de Max sobre desde hace una hora más o menos provocando que me sintiera atacado con cada movimiento que hacía, No entendía la actitud del alfa, al principio las miradas que me lanzaba eran disimuladas, pero ya no trataba de ocultarlo, cada vez que lo miraba notaba la intensa mirada sobre mí. Entré a su oficina a petición del alfa para ayudar con algunas cosas del trabajo, yo me concentré en la explicación de algunas cosas.

Verstappen estaba sentado frente a mí solo mirándome, y lo peor es que no decía nada, de sus labios no salía ni un sonido podía pasar horas de esta forma. Comenzaba a acabar con mi paciencia porque ya eran casi dos días donde no disimulaba en nada, después de lo ocurrido en la cabaña yo me trate de comporte de la forma más profesional posible, evitando a toda costa quedarme a solas con él porque no quería tener una conversación incómoda.

Pase mi mano por la cara frustrado. —¿Tengo algo en la cara?

—No.

—Entonces porque no paras de mirarme. — Estaba fastidiado por la actitud de Max. —No tienes otra cosa más que hacer o un lugar a donde ir por que me estas desgastando de tanto mirarme.

—No se dé que hablas, como si hubiera algo importante qué ver en ti.

Negó rotundamente y lo peor es que ofendía por la cara, sin darle más atención volvió mi vista a los papeles que me dio a revisar Max, trataba de concentrarme a leer. El día de hoy y mañana desde muy temprana hora comenzaran a llegar todas las personas que fueron invitadas a la ceremonia, eso era un peso que me podía quitar de los hombros, después de eso, el trabajo bajaría hasta ser algo más llevadero. Tuve que organizar la estancia de todas las personas, para que tuvieran donde hospedarse durante los tres días que se quedarían, lo mejor que pude hacer es rentar algunas cabañas que estaban cerca del centro.

Note que Max estaba parado al lado mío, no sabía en qué momento se levantó de su lugar, no lo escuche por estar concentrado en mi lectura y trate de alejarme, pero cuando coloco su mano en mi nuca detuve mis intentos, pasó sus dedos con cuidado.

—Me gusta como se ve esta marca. — Expresó orgulloso, lo mire de reojo poniendo atención a el atuendo de el rubio, lucía una camisa color negra que no tenía ni una sola arruga a la vista, un pantalón formal del mismo color que la camisa. Su apariencia estaba completamente hecha a la mendicidad y fue planeada desde hace días para el día de hoy.

Inmediatamente tapé mi nuca, aún eran evidentes las marcas que él me dejó, mi piel era sensible y esto se tardaría algunos días más. Estos días que vine a trabajar intenté taparlas con alguna prenda o accesorio para que no fueran tan evidentes y algunas otras tuve que comprar maquillaje porque estaba en un área muy expuesta que no podían ser cubiertas por ropa. Pero imaginaba que desde la altura de donde Max estaba mirándome se podían ver las marcas que él mismo hizo, a pesar de tener una camisa de cuello alto.

—Creí que ya habían desaparecido después de dos días.

—No te preocupes nadie ha podido ver las marcas, tuve mucho cuidado. — Dije tenso, sin mirar a Max quería evitar todo tipo de contacto.

—No me molestaría para nada que alguien viera esto, podrías dejar que los vieran.

Seguía pasando sus dedos por la marca, yo me giré dispuesto a insultarlo en la cara y darle un manotazo para que le quedara claro no me volviera a tocar de esa forma, pero escuchamos algunos golpecitos venir de la puerta. Di un brinco para abrir la puerta sin escuchar la orden de Max, dando paso a la persona que estaba tocando.

—Espero no interrumpir. — Entró Charles, pasando de largo sin saludarme como era costumbre para él. Leclerc estaba usando una camisa color azul, su cabello estaba peinado perfectamente. —Acaban de llegar algunos invitados, los traje inmediatamente aquí para que les des la bienvenida.

Say You Are Mine?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora