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Mi cuerpo se movía con mucho cuidado tratando de no despertar a Max, hoy fue la primera vez que dormíamos en la misma cama y fue extraño para mi sin embargo estaba tan cansado que me quede dormido.

Y la verdad después de pasar la noche con Max podía decir que no me disgusto para nada, nuestras feromonas estaban mezcladas provocando que me sintiera realmente relajado a parte el alfa a mi lado nunca me soltó. Se aferro a mi desde que me acosté, su brazo aun se aferra a mi cintura sin dejarme mover  y no podía negar lo bien que se sintió, mi lobo interno estaba saltando de la alegría.

Después de semanas de no líder dormir por ese sueño, hoy ese sueño decidió no aparecer para atormentarme.

Trate de mover la mano de Max con sigilo para evitar despertarlo, tenía mucha hambre aún no pasaban d las nueve de la mañana pero mi estómago estaba rugiendo, ayer compre unos panecillos y no podía sacarlos de mi cabeza.

—¿A dónde vas? —Escuche la voz ronca y adormilada del rubio.

—Iré a preparar el desayuno, tengo mucha hambre.

—No te vayas, quedate aquí un minuto más a mi lado. — Dijo juguetón, jalando e hacia él y escondiendo su rostro en mi cuello. —Perdón si me moví mucho en la noche, no estoy acostumbrado a dormir con alguien a mi lado.

Las manos comenzaron haver dibujos en mi abdomen mientras seguíamos hablando.

—La verdad es que no te moviste para nada y me gustos dormir a tu lado. — Murmure lo último, no medite antes lo que iba decir y me apena decir ese tipo de cosas.

—A mi también me gusta dormir a tu lado, después de esto no podré dormir solo. — Lleve mis manos a las suyas, entrelazando nuestros dedos.

Nuestra relación iba mejorando día a día, todavía peleábamos pero era menos frecuente y solo intentabamos hablar las cosas antes de empezar a gritar. Cada vez recibía mejor las caricias de Max, me di cuenta que a él le gustaba que yo tuviera la iniciativa al momento de besarnos y por eso lo intentaba cada vez más.

—Nos podríamos quedar acostados todo el día, si así lo deseas. — Sentí sus labios en mi cuello pasando por la marca, solté un suspiro y moví mi cara para darle más espacio.

—Max... sabes que no podemos quedarnos todo el día, tienes que ir a ver hoy a tu padre. — Nuestros cuerpos estaban tan pegados qué sentís como su pelvis comenzó a restregar se contra mi.

—Cancelaré, no me importa quiero estar con mi omega.

La playera que ocupaba para dormir la fue levantando, yo apreté mis labios evitando gemir por que sabía que si seguía su juego no quedaría solo en algunas caricias.

—Yo también tengo... cosas que hacer... uhmm

—No salgamos hoy, se que tu también le deseas tanto como yo. — Negué, tratando de luchar contra el deseo que me hacia sentir. Las caricias de sus manos pasaron a mi pecho, tocando mis pezones. —Tanto lo deseas que tu cadera ni deja de moverse  contra mi.

No me di cuenta en el momento que mi omega interno se apoderó de mi, tenía razón mis caderas se estaban moviendo tratando de tener más fricción.

—Checo ¿Quieres qué deje de moverme?

Este era buen momento para negarme pero de mi boca solo salían jadeos por que Max nod dejaba de estimular mi cuerpo por diferentes lados, mi miembro estaba completamente duro. Me agerre a su brazo y escondí mi rostro para tratar de ocultarlo.

—Te necesito... aah.

—¿Dónde me necesitas? — Max me embisto sobre la ropa simulando que estaba en mi interior, mis gemidos eran callados por la almohada que tenia entre mis dientes. —Si me dices podre hacerte sentir mucho mejor.

Say You Are Mine?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora