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Desperté asustado al darme cuenta que me quede dormido me estire un poco provocando qué mis huesos tronaran por la pésima posición en la que dormí. A mi lado no estaba Checo y toque la cobija tratando de encontrarlo creyendo que mágicamente pareciera.

Asustado por la evidente ausencia de Sergio, salí corriendo quitando la cobija qué tenía encima de mi.

—¡Carajo! — Se supone que debía de estar despierto pero no pude aguantar, talle mis ojos quitan me las lagañas que podía tener.

Camine molesto dispuesto a enfrentarme a mi padre, ahora si lo mataría sin ningún tipo de escrúpulos quería acabar con él. Sabía que debí haberme ido a mi casa y cudiae de Checo solo, no podía confíe en nadie más.

Me atormentaba por mi evidente ineptitud, solo cuidaría de Checo y lo perdí. Baje las escaleras a paso rápido, provocando qué en el intento me lastimara el tobillo, pase por la sala para ir a la oficina de mi padre pero me detuve al escuchar unas diferentes risas.

Seguí el sonido molesto por que quien podría estarse riendo cuando Checo desapareció de su habitación, rompería todo si era necesario. El ruido me llevo hasta la entrada del comedor donde estaban todos reunidos comiendo y en una de esas sillas estaba Checo qué paro de reír cuando me vio entrar cabreado.

—Buenos días Maxie. — Mi corazón se aceleró al ver sus ojos achinarse, sus labios rosas formando una sonrisa y los rayos del sol que entraban por la ventana lo hacía ver aun más guapo. Detuve mis pasos tratando de que esta imagen quedara para el recuerdo, ignore a todos los presentes qué me saludaron. —Puede servirme otro waffle, por favor.

Vi a Checo extender su plato para que mi padre le sirviera un waffle y mi instinto protección me hizo reaccionar.

—¡No! —Deje el plato en la mesa con fuerza y trate de cargar a Checo. —Vamonos de aquí, no quiero que comas nada de lo que venga de ese sujeto.

Intente cargar a Checo pero se aferro a la silla para que no lo cargará, mi padre se comenzó a reír y le lance una mirada de enojo. Mientras tanto Charles y Carlos seguían comiendo mientras veía esta discusión.

—Quiero quedarme, tengo demasiada hambre y tu padre preparo waffles. — Aplaudió con entusiasmo, acercando el plato con un wafle con moras y fresas cortadas encima. —¿Quieres?

—¿Por qué mierda aceptas la comida de ese imbecil? — Apreté su mano con fuerza y gimió del dolor. —Acaso no entiendes que por su culpa tu pudiste haber abortado.

Sergio era una personas tan buena e inocente que no se merecía este mundo, era mi deber protegerlo para qhhe personas como mi padre no se aprovecharán de él.

—¡Deja la maldita comida? — Avente el plato estrellandolo contra la pared al ver que Checo me ignoraba.

Cherles y mi padre intervinieron entromerienose entre nosotros.

—Amigo será mejor que te calmes.

—¿Como puedo calmarme? Acaso todos perdieron la memoriao soy yo el loco.

—Calmate, Sergio no se ha recuperado del todo.

—¿Por que tratan de detenerme a mi? Jos es quien te a lastimado, no quiero que le aceptes ni un vaso de agua.

—Tu padre y yo hemos hablado, hemos limado asperezas qué espero con el tiempo poder dejarlas atrás.

Exigia algún tipo de explicación, aparte a mi amigo y me arrodillé frente a él, poniendo sus manos entre las mías.

—Vámonos.

—Max, Maxie, no quier irme. — Hablaba como si yo fuera un niño al qje le tuvieran qué explicar las cosas despacio. —Mejos trae una silla y quiero que los dos desayunemos juntos.

Say You Are Mine?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora